Tarta Pavlova: Receta Clásica y Delicada

Entre las tartas de merengue más famosas a nivel internacional, como la tarta de limón o Lemon pie de la cocina estadounidense, desde Oceanía nos llega la tarta Pavlova. Entre las tartas de merengue fáciles que podéis hacer en casa aquí os proponemos la famosa tarta Pavlova, un postre elegante y ligero con base de merengue crujiente adornado con nata montada y frutas frescas troceadas como fresas, kiwis o frambuesas. La pavlova clásica es uno de esos pasteles que dejan al personal con la boca abierta. Un nido de merengue cubierto de nata montada y fresas… ¿cómo se os queda el cuerpo? Es llamativa y bonita a rabiar. La Tarta Paulova (o Pavlova) es una de las grandes tartas con nombre propio de la pastelería clásica internacional. Su estética es tan espectacular y llamativa que resulta imposible que no haya quien se quede con la boca abierta al verla.

La tarta Pavlova es una tarta de aspecto rústico y delicada al paladar, de la que puedes comerte fácilmente dos raciones y querer todavía repetir. Una combinación de sabores muy acertada, con el crujiente del merengue, la cremosidad de la nata montada y el frescor que le aportan los frutos rojos. Además, como ya domináis el tema de los merengues gracias a nuestros doctos consejos (ejem) podéis atacar sin miedo esta receta de pavlova.

Origen e Historia

Su origen es antiguo y hace honor a la famosa bailarina rusa Anna Pavlova, un postre creado en 1926 durante una de sus giras por Australia y Nueva Zelanda. Se dice que la pavlova se creó en honor de la bailarina rusa Anna Pavlova, durante una de sus giras por Australia y Nueva Zelanda en los años 20 del pasado siglo; parece que ambos países se pelean por ser los padres del invento. De la Tarta Paulova se dice que fue creada en honor de la bailarina rusa Anna Pavlova, durante una de sus giras por Australia y Nueva Zelanda en los años 20 del pasado siglo. Según hemos podido comprobar fue creada en los años 20 en honor a la bailarina rusa Anna Pavlova, durante una de sus giras por Australia y Nueva Zelanda. Ambos países la reclaman como propia, por lo que el lugar de nacimiento de este dulce no está claro, aunque a nosotros nos da bastante igual.

Y a nosotros… ¿qué más nos da? Lo que nos importa es que es una estupenda combinación de sabores y texturas.

Ingredientes Clave

La tarta Pavlova clásica y tradicional consta de una base de merengue, rellena de nata montada azucarada y rematada con fresas (aunque nos hemos permitido la licencia de sumarle unos arándanos para dar contraste de color y sabor, y podríamos agregarle crema pastelera). El único misterio que tiene la pavlova es el merengue, que es un merengue francés con algo de almidón de maíz. La base de esta tarta consiste en montar un buen merengue con fécula de maíz y cocinarlo la víspera, ya que necesita 2 horas de horno a baja temperatura (100ºC) y un reposo de 24 horas para que coja textura y firmeza antes de rellenar y montar con la nata con las frutas frescas.

El merengue debe quedar crujiente por fuera, pero suave por el centro, con una consistencia similar a la de las nubes de chuchería.

Preparación del Merengue

Esta receta arranca con la preparación del merengue que, en este caso, es un merengue francés. Empezamos por preparar el merengue francés siguiendo los consejos de nuestro artículo sobre cómo hacer merengue francés. Lo primero que hay que hacer es pesar las claras y, después, pesamos la misma cantidad de azúcar y reservamos. En un recipiente hondo y bien limpio batimos las claras con un pellizco de sal. Podemos hacerlo a mano o con unas varillas eléctricas, algo con lo que tardaremos infinitamente menos tiempo. En un recipiente hondo y amplio batimos las claras, junto con una cucharadita de zumo de limón, con unas varillas eléctricas. Si tenemos un robot de cocina, podemos usarlo. Cuando las claras ya hacen picos blandos vamos añadiendo el azúcar poco a poco, de cucharada en cucharada, hasta acabarlo. Tardaremos por lo menos 10 minutos en esto.

A continuación, sin dejar de batir, añadimos la harina de maíz refinada y solo paramos cuando notemos que, al coger un poco de merengue con los dedos, no notamos el granillo del azúcar. A continuación añadimos el almidón de maíz, sin dejar de batir, y solo paramos cuando notemos que, al coger un poco de merengue con los dedos, no notamos el granillo del azúcar. Añadimos el vinagre y el almidón de maíz sin dejar de batir. Batimos lo justo para mezclar.

Vertemos la mezcla sobre la bandeja del horno y con la espátula le damos una forma circular dejando un hueco poco profundo en el centro. Pasamos el merengue a una bandeja de horno forrada con papel sulfurizado o un tapete de silicona. Vertemos la mezcla con una espátula sobre un papel de hornear o un tapete para horno. Con la espátula le hacemos un hueco poco profundo en el centro, como si hiciéramos un nido, para que luego sostenga la nata y las fresas. Damos forma de volcán, dejando un hueco en el centro. Corta un trozo grande de papel de horno y marca un círculo de 20 cm en la parte central. Vierte el merengue sobre el papel y extiéndelo en redondo (siguiendo la marca de papel) dejando una hondonada en la parte central. No importa que queden picos, o no quede perfectamente redonda.

Horneado y Enfriado

Precalentamos el horno a 140 grados. Cocemos el merengue en el horno, precalentado a 140º C (horno tradicional, sin aire, y con calor arriba y abajo) durante 80 minutos. Cocemos en el horno, pre calentado a 140ºC (horno tradicional, sin aire, y con calor arriba y abajo), durante una hora y media aproximadamente. Horneamos a 120 grados durante dos horas y la dejamos enfriar por completo dentro del horno. Cocemos el merengue en el horno a 140º (sin aire) / 120º (con aire) durante una hora y media. Hornéalo a 100ºC durante 2 horas. Apaga el horno y mantenlo dentro del horno durante 24 horas. Cuando esté listo, entreabrimos la puerta del horno y dejamos que se enfríe al mismo tiempo que el propio horno.

Montaje y Decoración

Para montar la tarta, os aconsejo hacerlo justo en el momento en el que la vayáis a servir. De esta manera, no se ablandará y quedará perfecta de textura. Podéis tener la base de merengue lista desde el día anterior, sin problema, guardada en un recipiente hermético. Así, antes de servirla, solo tendréis que montar la nata y decorarla en el último momento.

Cuando vayamos a servir la Tarta Paulova, montamos la nata (que habrá de estar bien fría). Cuando vayamos a servir la tarta Paulova, montamos la nata (que habrá de estar bien fría) con unas varillas eléctricas, un robot de cocina o manualmente. Cuando empiece a tomar consistencia, añadimos el azúcar glacé y seguimos batiendo hasta que haga picos duros cuidando de no pasarse y que se nos corte. Cuando empiece a tomar consistencia, añadimos el azúcar glacé y seguimos batiendo haga que haga picos duros. Poco antes de servir la pavlova montamos la nata con robot o con varillas eléctricas, hasta que haga picos duros, pero con cuidado de no pasarnos.

Agrega la mitad de las fresas (picadas en dados) y ponlas en la parte central del merengue. Rellenamos una manga pastelera con boquilla rizada con la nata montada azucarada y rellenamos el hueco central del merengue con ella. Podemos hacerlo igualmente sin usar una manga pastelera y usando una cuchara, pero queda mucho más vistoso de esta manera y esta tarta lo merece.

Por último, pelamos los kiwis, retiramos las durezas y los cortamos en trozos regulares. Limpiamos las fresas, les cortamos el peciolo y las partimos en dos o en cuatro. Las colocamos decorativamente encima de la nata, en una cantidad a nuestro gusto. Los colocamos sobre la nata montada azucarada de forma armoniosa, repartiendo bien por toda la superficie, y decoramos con hojas de menta fresca al gusto.

La clásica Paulova va coronada de fresas, pero estas se pueden sustituir por cualquier otra fruta. Nosotros hemos usado kiwi, que nos encanta, pero podéis usar la que más os guste. Las fresas se pueden sustituir por otra fruta, cualquier fruta roja le va muy bien a la pavlova. He visto recetas de pavlovas con fruta de la pasión, con granada, incluso con manzana caramelizada. Aunque conviene que sea una fruta que contraste con la nata y el merengue. En esta receta hemos usado fresas pero podéis utilizar otras frutas como piña y kiwi, frambuesas o arándanos. Además puedes aromatizar las frutas con un poco de ralladura de lima.

Consejos Adicionales

Para que las claras monten bien es importante que estén a temperatura ambiente. En caso de olvidar sacarlas de la nevera, el proceso se puede acelerar colocando el recipiente en que las vamos a montar sobre una cacerola con agua caliente a fuego muy bajo. Para que las claras se monten bien, es importante que no tenga nada de grasa, es decir, nada de yema. No obstante, un buen truco para evitar que el merengue se humedezca una vez montada la tarta consiste en pintar la base y paredes interiores del merengue con chocolate blanco derretido.

El merengue aguanta en buenas condiciones un par de días sí lo guardamos en un recipiente hermético y en un lugar seco.

Pavlova con frutos rojos

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