Si hay un representante especial de los dulces fritos sin duda son los buñuelos, pequeñas porciones de masa con un exterior crujiente y un interior suave. Pero, ¿cómo lograr la masa perfecta para freír? A continuación, exploraremos diversas recetas y técnicas para que tus fritos sean irresistibles.
Buñuelos: Un Clásico de la Cocina Española
Esta receta tiene un origen muy antiguo, pues se tiene constancia de que los romanos ya la preparaban. Los árabes que vivían en el sur de la península fueron los primeros que iniciaron su venta ambulante, aunque en esa época se servían recubiertos de miel. Aunque hay muchos tipos de buñuelos, los más típicos son los conocidos como buñuelos de viento, que bien hechos resultan más ligeros que la mayoría de dulces fritos.
¿Os gustan las recetas dulces que salen a la primera? Pues aquí tenéis unos buñuelos tan fáciles de preparar que salen a la primera perfectos sin saber mucho de cocina. Unos buñuelos distintos a los buñuelos de viento que tanta fama tienen en Todos los Santos, el 1 de Noviembre, donde los buñuelos en España alcanzan su mayor consumo. Aunque estos los preparamos también en Carnaval y Semana Santa, es decir son perfectos para todo el año.
Este tipo de buñuelo que os presento a continuación es quizás de las más sencillas de preparar, únicamente se fríe la masa y luego la espolvoreamos de azúcar glas. Pero existen más versiones donde podéis incluir algo de manzana o incluso patata, boniato o calabaza. Una receta de buñuelos más que completa a los tradicionales buñuelos de bacalao, los originales buñuelos de manzana, los adictivos buñuelos de chocolate o los menorquinos buñuelos de boniato.
Además si tenéis niños, seguro que les encanta participar de su elaboración y luego disfrutar de una merendola de rechupete. Os vamos a ayudar a ser los mejores cocineros, ya verás que triunfarás con esta receta de buñuelos dulces fritos. Además te daremos algunos consejos para que tus buñuelos sean los mejores del barrio.
Ingredientes para Buñuelos (para 6 personas)
- 150 g de harina de pastelería
- 150 ml de agua tibia
- 100 ml de leche entera
- 4 huevos
- La ralladura de un limón (opcional)
- 50 g de mantequilla
- 5 g de sal fina (una cucharadita tipo postre)
- 1 sobre de levadura química (10 g.)
- Aceite de oliva virgen extra suave (para freír, 1 litro aproximadamente)
- 50 g de azúcar glas
Preparación de los Buñuelos
- En un bol mezclamos la harina con la levadura. Lavamos bien el limón y lo rallamos. Vamos a emplearlo de aromatizante.
- En un cazo ponemos el agua, la mantequilla, el pellizco de sal y la cucharadita de azúcar. Lo ponemos al fuego hasta que hierva. Añadimos de golpe la harina, bajamos el fuego y removemos hasta obtener una masa que se despegue de las paredes. Retiramos del fuego y dejamos templar.
- Fuera del fuego, vamos añadiendo los huevos de uno en uno, batiendo con unas varillas eléctricas después de añadir cada uno y no agregando el siguiente hasta que el anterior no esté bien disuelto en la masa. Obtendremos una masa lisa y homogénea. Dejamos reposar la masa una media hora.
- Calentamos aceite en una sartén y con dos cucharitas de café (lo más pequeñas posible porque la masa crece muchísimo cuando se fríe) vamos formando bolitas que iremos friendo hasta que estén bien doradas. A medida que los buñuelos estén hechos los iremos depositando sobre un plato recubierto con papel cocina, para que absorba el aceite sobrante.
- Mezclamos bien con una cuchara y removemos hasta que quede una masa espesa. Introducimos los huevos, uno cada vez. Es decir primero un huevo, removemos, incorporamos bien a la masa y cuando veamos que ya no se ve el huevo, seguimos con el siguiente. Añadimos la mantequilla para acabar de mantecar, hace más crema y le da brillo.
- Le damos forma a los buñuelos. La dificultad de este postre está en la temperatura del aceite. Además si el aceite está muy caliente, se nos dorarán muy rápidamente y quedarán crudos por dentro. Echamos a la sartén de pocos en pocos ya que van a doblar su tamaño.
- Cuando estén templados espolvoreamos con azúcar glass. Así ya estarían perfectos.
Freír los buñuelos es la parte más "delicada" de esta receta si queremos que nos queden de forma redondeada. Mi truco es untar las cucharas con aceite, así la masa no se pega. Los rebozamos en azúcar y los servimos inmediatamente.
Si agitamos la sartén mientras los freímos, se hincharán más y resultarán más esponjosos. Es recomendable ir quitando los restos pequeñitos de masa que se puedan desprender de los fritos, para que no se quemen y contaminen el aceite.
Fritos de Maíz Caseros: Un Snack Crujiente y Sin Gluten
Descubre como preparar unos riquísimos FRITOS DE MAÍZ caseros estilo Matutano, sin gluten, empleando harina de maíz precocida o harina «P.A.N». Estos fritos se preparan de forma fácil y rápida ¡Y están buenísimos! Si bien, casi nunca compro snacks, ya que raramente pico entre horas, si lo hago acabo comiéndome la bolsa entera.
Para esta receta es imprescindible que emplees harina de maíz precocida, también conocida como harina P.A.N. o harina para arepas. Al contrario que la harina de maíz cruda, que es parcialmente insoluble en agua fría. Añado una pequeña cantidad de almidón de maíz (maicena), ya que esto hace los fritos más crujientes y les otorga una textura similar a los “Fritos” de bolsa.
Lo que más me ha costado en este receta es darles un sabor que se asemeje a los “Fritos” comerciales, ya que emplean saborizantes bastante particulares (aroma de carne ahumada, aroma de humo). Pero sobre todo, cuesta que queden sabrosos sin emplear un aditivo nada recomendable: glutamato monosódico.
Es por ello que tengo que advertirte sobre la sal. La que se añade a la masa es la que tiene mayor importancia, de lo contrario los fritos quedan insípidos.
Preparación de los Fritos de Maíz
- Mezcla los ingredientes secos en un cuenco en el que puedas amasar.
- Añade el agua y comienza a mezclar. Una vez que ella agua se haya absorbido amasa hasta tener una masa lisa y sin grietas.
- Divide la masa para que sea más fácil estirarla y estira cada porción entre dos trozos de papel de hornear, de film plástico o una bolsa para congelar cortada por al mitad. NOTA: es importante que la masa quede bien fina para que los fritos queden crujientes.
- Prueba la temperatura del fuego con un palillo, si este burbujéa al introducirlo, añade el primer frito al aceite.
- Mezcla una pizca de azúcar, de sal y de pimentón (preferiblemente picante) y espolvorea por encima de los fritos.
Guarda bien cerrados hasta el momento de consumir.
Pasta Orly: Un Rebozado Casero para Todo Tipo de Fritos
También es muy habitual hacer fuentes tremendas de fritos con pasta orly como entrantes para Navidad, por lo que también os puede venir de perlas un rebozado casero como este para esas fecha. La pasta orly tiene mucha historia en mi familia, ya que tanto mi abuela como mi madre lo hacían en las grandes comidas familiares. Claro que no solo hay que limitarlo a los calamares, con la pasta orly también podéis rebozar unos langostinos o algún tipo de croqueta también estaría espectacular.
No penséis que es una elaboración muy complicada, pues solo consiste en mezclar una serie de ingredientes que encontraréis detallados un poco más abajo.
En cualquier caso, tempura y orly no son lo mismo, ni por origen ni ingredientes, pero en ambos casos son soluciones que pueden rebozar cosas parecidas como gambas, hortalizas, langostinos, filetes de pescado e incluso pequeños trozos de pollo. Todo lo que os apetezca se puede rebozar con la pasta orly, que además tiene una garantía de solidez que permite no necesitar dos pasadas en algunas frituras. Ya con el aceite caliente, se nos ocurre que podemos rebozar con ella unos discos de calabacín o de berenjena, si nos apetece un toque vegetal, igual que unos espárragos verdes.
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Preparación de la Pasta Orly
- Mezclar los ingredientes de la pasta Orly: Comenzamos rompiendo y batiendo un huevo en un bol. Luego vamos añadiendo harina poco a poco mientras batimos, al igual que la cucharadita de levadura. Iremos añadiendo harina hasta que consigamos una masa espesita pero líquida, que no se haga pastosa. También hay que ponerle una pizca de sal.
- Rebozar los calamares en la pasta Orly: A continuación, ponemos un bol con harina y enharinamos los calamares previamente sazonados. Acto seguido los embadurnamos bien con la pasta orly.
- Freír los calamares: Acto seguido freímos los calamares en abundante aceite.
- Eliminar el exceso de grasa: Cuando estén bien doraditos (debemos hacerlos a fuego medio para que no se quemen por fuera y queden crudos), los vamos sacando a un plato con un papel absorbente para extraer la grasa sobrante.
Les ponemos unas gotas de zumo de limón recién exprimido y listo, ya hemos terminado nuestros calamares fritos con pasta orly, una tapa veraniega impresionante.
Si lo que queréis es un frito realmente crujiente, optad por una masa sin huevos, hecha solo con agua y harina, que os explicaremos rápidamente al final de la receta.
Preparación de la Masa para Freír con Claras a Punto de Nieve
- Para preparar la masa para freír, como primer paso separad las yemas de las claras.
- Después montad las claras a punto de nieve utilizando una batidora eléctrica. Dejad las claras a un lado por un momento y retomad las yemas.
- A estas añadid una pizca de sal, la leche y mezclad con un batidor, o con la batidora a velocidad mínima, para amalgamarlos.
- Tamizad luego la harina directamente dentro del bol y seguid mezclando con el batidor hasta obtener una mezcla homogénea.
- En este punto, añadid las claras montadas a punto de nieve e incorporadlas a la masa utilizando una espátula y mezclando de abajo hacia arriba delicadamente.
¡Tan pronto como la masa sea homogénea y espumosa podréis usarla! Se recomienda usar la masa para freír al momento; no es aconsejable prepararla con antelación. Además, se recomienda freír verduras, pescados o carne y consumirlos al momento; con el tiempo la masa tiende a ponerse blanda. El mejor aceite para freír es sin duda el de semillas, mientras que para obtener un frito seco y crujiente su temperatura debe estar entre 170°C y 180°C.
Otros Dulces Fritos Tradicionales
Aunque las hayamos agrupado bajo un mismo epígrafe, nada tiene que ver una rosquilla, de origen español, con un donut, de tradición estadounidense. El origen de las rosquillas, nuevamente, tenemos que buscarlo en la época romana, por lo que se trata de una tradición muy antigua. En la actualidad se trata de una preparación típica de la Semana Santa.
La historia del pestiño se remonta, como mínimo, al siglo XVI aunque probablemente es mucho más antiguo. La primera referencia literaria la encontramos en La Lozana andaluza (1528) de Francisco Delicado, obra en la que es mencionado como parte del repertorio culinario de la protagonista. Su tamaño y forma son variables, aunque por lo general suele ser un cuadrado de masa con dos esquinas opuestas plegadas hacia el centro.
En nuestro país, la torrija o torreja aparece documentada en el siglo XV, curiosamente como un plato indicado para la recuperación de parturientas. Su preparación admite leche, almíbar o vino, y también infinidad de variantes más creativas o contemporáneas.
En este apartado hemos incluido muchos otros dulces que también se fríen, sean recetas tradicionales como los churros, o novedosas como la tarta árabe. Para evitar que estos postres sean demasiado aceitosos lo mejor es dejarlos escurrir sobre un papel absorbente, pero justo el tiempo necesario porque si no quedarán demasiado gomosos.
Pero vamos a relajarnos un poco, entregarnos al jolglorio de estas fiestas y a disfrutar de los placeres que nos ofrece la cocina más tradicional. Muchas de las siguientes propuestas son postres típicos de nuestra gastronomía, también encontraréis recetas internacionales y algunas sorprendentes y poco conocidas. Venga, hagamos un pequeño parón en nuestros menús habituales y por una vez dejémonos llevar por un delicioso dulce con el sabor de antaño. Seguro que luego continuaremos con energías renovadas. ¿Por cuál os vais a decidir?
Buñuelos esponjosos suaves
Siempre que las como me acuerdo de cuando nos las hacía. Hacer estas galletas es una verdadera gozada. La casa se llenaba del aroma de la canela, de la harina tostada y era como un símbolo de la fiesta. Ésta es una receta que hacía mi abuela cuando íbamos todos los nietos a su casa, recuerdo toda la casa con un olor dulce espectacular, tienen un aroma delicioso y envolvente, al igual que su sabor, siempre lo acompañamos con una taza de chocolate caliente. Probad ésta receta y veréis qué rica está! Es uno de mis dulces favoritos!