Análisis de "Tomates Verdes Fritos": Amistad, Amor y Subversión en el Sur

A finales de 1991, con el cine de acción dominando la taquilla, la historia de una anciana que inicia una conversación con una desconocida en un geriátrico hablando de cirugía interna no parecía la propuesta más atractiva de la cartelera. A "Tomates verdes fritos" tampoco la ayudaban el título extrañamente gastronómico y un cartel anodino repleto de mujeres sonrientes en el que se aventuraba la enésima historia de sororidad sureña con anciana sabia, joven que acepta su prematura muerte con entereza y la inevitable lección aprendida por todos. Y así era. Aunque no era exactamente así.

Porque "Tomates verdes fritos" habla de amistad, sabiduría y muerte, pero también de violencia de género, lesbianismo, racismo, gerontofobia, feminismo, eutanasia, pobreza y discapacidad. La, a priori, amable película sobre amistades femeninas en el viejo sur, era realmente un milhojas envenenado que oculta en cada pliegue de nata una oblea de cianuro. Un pastel tan amargo que, por no dejarse ningún ingrediente, incluye hasta canibalismo.

El encuentro casual de un ama de casa tan anodina que no llega a desesperada y una anciana parlanchina que ha sobrevivido a todos sus seres queridos sirve para adentrarnos en una historia con olor a cardamomo que nos lleva a los tiempos de "Matar a un ruiseñor" para contarnos una versión femenina y sureña de **Karate Kid**. Porque la rubicunda Evelyn es en "Tomates verdes fritos" un Daniel San que gracias a las instrucciones de su particular Señor Miyagui es capaz de enfrentarse a los demonios de su Cobra Kai particular, que no es más que la pérdida de su lugar en el mundo.

Ninny, criada en una comunidad que en plena gran depresión no arrugó la nariz ante una relación entre mujeres absolutamente normalizada o el asesinato a sartenazos de un hombre y su posterior descuartizamiento y degustación colectiva, una comunidad que cada mañana se despertaba con decenas de temporeros hambrientos y niños que suplicaban por una latas de alubias y sacudía su tristeza abrevando whisky de maíz en burdeles clandestinos, encuentra ligeramente ridícula e incluso divertida, la fatiga vital de su nueva amiga Evelyn, **una mujer saludable con una vida acomodada en una sociedad que le ofrece todas las posibilidades para realizarse.**

Y Evelyn, una mujer adulta, madre y esposa, pero con la experiencia de una escolar, descubre el camino de la ascensión en las pequeñas historias cotidianas del heterogéneo grupo de habitantes de una pequeña población sureña. Un Whistle Stop a medio camino entre la Cicely de "Doctor en Alaska" y Fraggle Rock. Y es gracias a las charlas motivacionales de Ninny, que sustituye el “dar cera, pulir cera” por una inagotable cornucopia de historias que guarda en la recámara desde que todos empezaron a ser demasiado viejos o sordos para prestarle atención, que Evelyn inicia un viaje hacia el empoderamiento que empieza con una queja lastimosa y certera:-"Soy demasiado vieja para ser joven y demasiado joven para ser vieja".

Y termina atreviéndose a alzar la voz por primera vez en su vida, para enfrentarse a dos jovenes que se burlan de su edad tras robarle la plaza de aparcamiento. La Evelyn pasiva da paso a Towanda. Y las lágrimas de impotencia a una ira desatada que provoca que choque “accidentalmente” seis veces contra el coqueto Volkswagen de las usurpadoras.

-"Admítalo señora, somos más jóvenes y más rápidas".

-"Admitidlo, soy más vieja y mi seguro lo cubre todo".

Evelyn había llegado demasiado tarde a la liberación de la mujer. O más bien, esa liberación la había sorprendido, como a tantas, demasiado ocupada intentando no salirse del patrón de la mujer que le habían enseñado a ser.

-"¿Tiene usted problemas con su sexualidad?" Le pregunta la monitora de uno de los cursos a los que se apunta para atrapar el tren de la revolución feminista tras proponerle que escrute su vagina con un espejo-.

-"No, tengo problemas con mi faja".

¿Cómo puede preocuparse por liberar su vagina alguien que ni siquiera se ha liberado de la opresión de una faja? Esa faja emocional es el primer contrapeso que liberará Ninny con sus pequeñas historias de ostras, patos que roban lagos y perros de tres patas. Y la gran historia de amor de Idgie y Ruth, el verdadero motor de la historia.

¿Amigas? ¿Amantes?

Si tras su estreno se hubiese preguntado cuál era la relación entre Idgie y Ruth, probablemente 90 de cada cien espectadores habrían dicho que la película hablaba exclusivamente de amistad. Para el público heterosexual la evidencia de la relación entre Idgie y Ruth -absolutamente explícita en la novela e indisimulada en la película- era perfectamente acorde con una amistad. (Aunque tal vez cubrirse de abejas para ofrecer un tarro de miel sea algo que vaya un poco más allá de la amistad. ¿Verdad?) Una ceguera emocional de la que se han servido a lo largo de los años miles de parejas de mujeres cuyo parentesco nadie ha sido capaz de desentrañar y que ante los ojos de los conocidos se acaban transformando en primas o tías pintorescas.

Pero para el público homosexual, experto rastreador de subtextos, la historia de amor no pasó desapercibida. ¿Cómo podría hacerlo una relación que empieza con algo tan hermoso como esos versículos de la Biblia que una Ruth devastada por la muerte de su madre y las palizas de su marido envía a Idgie como un grito ahogado?

“No me ruegues que te deje, y que me aparte de ti; porque a dondequiera que tú vayas, iré yo; y dondequiera que vivas, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios.” ¿Amistad?

La secuencia de la lucha de comida con Idgie y Ruth envueltas en harina y crema es la única concesión del director Jon Avnet que quiso condensar en ella la relación física entre las protagonistas. Arguyendo -imaginamos- que la historia de amor de dos mujeres alejaría de las salas a su público objetivo, que no era otro que, fundamentalmente, mujeres.

Y esas mujeres y el boca oreja fueron lo que convirtieron a "Tomates verdes fritos" en el gran sleeper del año. Una película sin pretensiones que acabó encaramada en los puestos más altos del box office, se codeó con las grandes producciones del año como "Hook" y "Robin Hood. Príncipe de los ladrones" y se convirtió en la gran sensación del mercado de vídeo doméstico.

Aunque el éxito inesperado de una película a al que se auguraban recaudaciones moderadas estuvo a punto de causar una tragedia. En su afán recaudatorio los productores pretendían pergeñar una secuela que contase la historia del café contada por Sipsey y Big George, pareja en la película y madre e hijo en la novela. Un proyecto que finalmente no salió adelante.

Tomates Verdes Fritos, plato emblemático de la película.

El Secreto Está en la Salsa

“Nadie está interesado en una anciana y un hogar de ancianos” escuchó durante años Fannie Flagg, guionista, escritora y 7 veces candidata a Miss Alabama, porque ganar un concurso de belleza era la única manera de que una mujer obtuviese una beca en los 50. Pero parece que los editores que descartaban una y otra vez el manuscrito de Flagg no eran infalibles. La novela fue candidata al Pulitzer y el guión, coescrito por la propia Flagg, recibió una nominación al Oscar al mejor guión adaptado.

Aunque los fans de la novela pueden no estar de acuerdo con una adaptación que además de velar la historia de amor entre Ruth e Idgie, modifica las historia de secundarios tan relevantes como Buddy,al que Ruth, su amada en el film, ni siquiera llega realmente a conocer en la novela. Elimina personajes tan fascinantes como el de Eva Bates, esa dueña del burdel que es sucesivamente novia de Buddy, amante de Idgie e iniciadora sexual del pequeño Buddy Jr., el justiciero Bill el del ferrocarril o la gacetillera Dot Weems que aporta la dosis de deliciosa y chispeante intrascendencia que alivia la tragedia que se asoma en cada página. Sin el alivio cómico que supone el semanario de Dot, "Tomates verdes fritos" sería uno de esos libros que Joey Tribbiani guardaría en el congelador.

Por no citar la pléyade de secundarios con la interminable familia de Sipsey a la cabeza que habrían encontrado mejor acomodo en una serie de televisión -¿estáis leyendo HBO y Netflix?** -** que bajo el corsé de una producción cinematográfica.

Y si la poderosa historia de Fannie Flagg es el ingrediente principal del éxito, el reparto era un aditamento mucho mejor de lo que un director primerizo como Avnet podría haber soñado. Jessica Tandy y Kathy Bates, las dos últimas ganadoras del Oscar a la mejor actriz; Mary Stuart Masterson y Mary-Louise Parker, talentosas estrellas emergentes y Chris O’Donnell a punto de convertirse en el chico más deseado (y efimero) de Hollywood. Y alrededor un puñado de secundarios entre los que brillaba Cicely Tyson, dama del teatro, pareja de Miles Davis y figura imprescindible de las artes americanas a la que el año pasado Obama otorgó la medalla de la Libertad.

Aunque probablemente la historia fuese muy distinta si como se planteó en un inicio Joanne Woodward y Susan Sarandon se hubiesen hecho con los papeles protagonistas. ¿Podemos creernos a la Sarandon que acababa de seducir a James Spader en "Pasión sin barreras" y se desmelenaba al volante de un Thunderbird de 1966 en "Thelma y Louise" como la sufriente y pasiva Evelyn Couch?

Como rezaba el poster, El secreto está en la vida. El secreto está en la salsa. En la década de los 90, Hollywood seguía apostando por el cine de acción y aventura, pero a la vez empezó a contar historias protagonizadas por mujeres, mujeres fuertes que pelean por su integridad y dignidad en un mundo de hombres. 1991 fue el año de grandes películas en clave femenina -y feminista-, desde "El silencio de los corderos", con Jodie Foster, a "Thelma & Louise", con Geena Davis y Susan Sarandon, y "Tomates verdes fritos", basada en la novela que Fannie Flagg publicó en 1987.

La película tuvo un gran éxito, en parte por el boca a boca, y llegó a proyectarse hasta en 1229 salas, recaudando casi 120 millones de dólares. Todo un logro, ya que se rodó con un presupuesto de menos de 11 millones. "Tomates verdes fritos", contra todo pronóstico, fue una de las películas más taquilleras de su año de estreno, 1991. "Tomates verdes fritos" aborda temas como el amor entre mujeres, la violencia machista, el racismo, la amistad, el alcoholismo, la menopausia y, de forma un tanto tímida, el feminismo.

Los Orígenes de la Novela

La película combina dos historias, protagonizadas por cuatro mujeres que viven separadas por cinco décadas. Evelyn Couch y Ninny Threadgoode viven en los años 80, mientras que Idgie Threadgoode y Ruth Jamison están en los duros años 30, la época de la Gran Depresión. El pasado y el presente se entrecruzan a través de las historias que la anciana Ninny va contando a Evelyn, que poco a poco cae enamorada ante las vidas de Idgie y Ruth, dos amigas que montan un café en Whistle Stop, Alabama. Allí ocurrirán muchas cosas, y todas las conoceremos en los sucesivos saltos en el tiempo. La película, como la novela, destaca por la fuerza y la resiliencia de sus personajes femeninos.

El libro de Fannie Flagg fue candidato al Pulitzer y el director Jon Avnet quedó atrapado por las vidas de sus personajes. Por eso quiso llevarlo al cine: era su primer largometraje tras hacer varios trabajos para televisión. Para hacer el guion contó con la autora de la novela y con Carol Sobieski, guionista de "Annie".

Cuatro Grandes Actrices para una Gran Película

Kathy Bates fue la primera en unirse, interpretando a Evelyn Couch. Mary Stuart Masterson y Mary-Louise Parker interpretaron a Idgie Threadgoode y Ruth Jamison, respectivamente. Jessica Tandy, quien hace el papel de Ninny Threadgoode, entregó una de sus últimas actuaciones antes de fallecer en 1994. A pesar de que ellas fueron las finalmente seleccionadas para sus personajes, otros grandes nombres fueron pensados para la película, como Joanne Woodward, elegida originalmente para ser Ninny, Uma Thurman para Idgie y Susan Sarandon para Evelyn.

El Significado de «¡Towanda!»

En los años 80 nos encontramos a Evelyn Coach, una mujer insatisfecha con su vida y menos con su marido, a quien solo le interesa el fútbol. Un día visita a su suegra en un asilo y conoce a Ninny Threadgoode, una anciana que le empieza a contar la historia de Idgie, una joven rebelde, y Ruth, una joven más convencional y atada a los convencionalismos de la época. Entre ellas surge una profunda amistad y un sincero amor. Idgie es fuerte y no está dispuesta a estar sometida. Ruth vive aterrada por un marido maltratador. Idgie se la lleva de la casa y amenaza al marido de Ruth, que poco después desaparece. Las dos amigas emprenden una nueva etapa llevando el Whistle Stop Cafe y allí llega un inspector que busca al desaparecido. Pero nadie parece saber qué ha sido de él.

A lo largo de la película, el espíritu de Idgie va transformando a Evelyn, que empieza a derribar obstáculos, físicos y emocionales, al grito de ¡Towanda!. Esta es una palabra inventada por la autora del libro y, aunque no tiene un significado específico, hoy sigue siendo símbolo del empoderamiento y la revolución de las mujeres.

En la novela, Ruth e Idgie se aman casi desde la primera vez que se ven. Pero en la película, esta relación se presenta de manera más ambigua y sutil. Esta decisión fue criticada, aunque la película ganó un premio GLAAD por su contenido lésbico implícito. “Si no nos crees, lee el libro”, fue lo que dijo la actriz Sheila Kuehl cuando presentó el premio.

Tomate Verde y fritos. película completa Subtitulada

Uno de los momentos más especiales y recordados de la película es cuando Idgie recoge miel para Ruth, que la observa desde lejos, asustada porque mete la mano desnuda en el árbol de las abejas, que empiezan a cubrirle el brazo y el cuerpo. Permanecen sobre ella durante bastante tiempo y Ruth está visiblemente sorprendida por lo que ve. La escena es real, porque la actriz no quiso que la doblaran.

Final Explicado

La película está repleta de historias, porque cada personaje, aunque sea secundario, tiene la suya. Al final parece que Ninny, debido a su edad, mezcla los recuerdos con la ficción, pero Evelyn se queda perpleja cuando, en el cementerio, la escucha decir: "tal vez veamos a Idgie hoy”. Ninny vuelve al coche y Evelyn ve que alguien ha dejado flores en la tumba de Ruth. ¿Nos está diciendo Ninny que ella es Idgie? Esta sugerencia en el guion de la película no gustó y son pocos los que creen que la dulzura de Ninny venga de la rebeldía de Idgie.

La novela deja un poco más claro que Ninny e Idgie son dos personas diferentes, ya que hay escenas en las que ambas aparecen e interactúan entre sí. En el filme, mujer afirma que se casó con el hermano de Idgie, Cleo, que es como adquirió el apellido Threadgoode. También confirma en la película que estaba enamorada de Buddy, lo que sería bastante extraño de admitir si ella fuera realmente Idgie, ya que Buddy sería su hermano biológico.

Donde se Rodó, Café de Whistle Stop, ¿Tenemos Receta?

Fannie Flagg se inspiró en el Irondale Cafe de Birmingham, Alabama, para crear su Whistle Stop Cafe. Muchas escenas se filmaron en un verdadero restaurante de Georgia, que curiosamente tiene el mismo nombre y en todavía hoy se sirven tomates verdes fritos, un imán para los turistas. La receta del café es sencilla y según el libro hay que hacerlos así: corte el tomate en rodajas de 1 centímetro, aderece con sal y pimienta y rebócelas con harina de maíz. En una sartén grande de hierro, caliente suficiente aceite de freír beicon para cubrir el fondo, y fría los tomates hasta que estén ligeramente dorados por ambos lados.

Whistle Stop Cafe.

Una Película Aclamada por la Crítica

La película tuvo muy buena acogida y logró varias nominaciones, incluyendo dos a los Oscars, a Mejor actriz de reparto, para Jessica Tandy, y a Mejor guion adaptado para Fannie Flagg. Además, obtuvo nominaciones a los Globos de Oro a Mejor película en la categoría comedia/musical y a Mejor actriz para Kathy Bates y Jessica Tandy. Las dos actrices también recibieron nominaciones a los BAFTA.

Premio Categoría Resultado
Oscar Mejor actriz de reparto (Jessica Tandy) Nominada
Oscar Mejor guion adaptado (Fannie Flagg) Nominada
Globo de Oro Mejor película (Comedia/Musical) Nominada
Globo de Oro Mejor actriz (Kathy Bates) Nominada
Globo de Oro Mejor actriz (Jessica Tandy) Nominada
BAFTA Mejor actriz (Kathy Bates) Nominada
BAFTA Mejor actriz (Jessica Tandy) Nominada

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