La hamburguesa, ese manjar que ha conquistado el paladar de millones alrededor del mundo, tiene una historia fascinante que se remonta a siglos atrás. Más allá de las luces doradas de los arcos de McDonald’s, la historia de la hamburguesa es un relato de creatividad culinaria, adaptación cultural y una evolución constante que ha dejado una marca indeleble en la gastronomía global.
El rastro de la hamburguesa se pierde en la bruma del tiempo, pero se cree que sus orígenes se remontan a la Europa del siglo XVIII. Algunas leyendas sugieren que los tártaros mongoles llevaban carne cruda bajo sus sillas de montar, y al llegar a Europa, la carne se mezclaba con especias y se consumía cruda o ligeramente cocida.
A finales del siglo XIX y principios del XX, la hamburguesa cruzó el Atlántico junto con la migración de europeos hacia Estados Unidos. Los inmigrantes alemanes llevaron consigo la tradición de la carne molida, que rápidamente se popularizó en las ferias y eventos callejeros.
La gran expansión de la hamburguesa ocurrió en la década de 1920, cuando empresarios visionarios, como White Castle, comenzaron a establecer cadenas de restaurantes especializados en hamburguesas.
La década de 1950 marcó la era dorada de la hamburguesa en Estados Unidos, con la proliferación de diners y drive-ins que ofrecían hamburguesas acompañadas de batidos y papas fritas. Este período también vio el surgimiento de McDonald’s, fundada por los hermanos Richard y Maurice McDonald en 1940.
Con el tiempo, la hamburguesa trascendió las fronteras de Estados Unidos para convertirse en un fenómeno global. Cada región ha aportado su toque único, desde la inclusión de salsas especiales en América Latina hasta las variantes gourmet en Europa.
En la era moderna, la hamburguesa ha evolucionado para adaptarse a las tendencias contemporáneas. La creciente conciencia sobre la sostenibilidad ha llevado al surgimiento de hamburguesas vegetarianas y veganas, utilizando ingredientes como lentejas, garbanzos o incluso carne cultivada en laboratorio.
La historia de la hamburguesa es un fascinante viaje que abarca continentes y siglos. Desde sus humildes comienzos en las calles de Hamburgo hasta convertirse en un fenómeno global, la hamburguesa ha demostrado ser más que un simple platillo: es un ícono gastronómico en constante evolución.
El Origen de la Hamburguesa McDonald's
La hamburguesa, como la conocemos hoy, tiene sus orígenes en Hamburgo, Alemania. Allí, en el puerto de Hamburgo a mediados del siglo 19, los marineros solían comer filetes de carne picada entre dos rebanadas de pan para facilitar su consumo. Estos “filetes Hamburgo” eventualmente llegaron a América a través de inmigrantes alemanes, donde el plato fue evolucionando hasta convertirse en la hamburguesa que hoy conocemos.
Cuando los inmigrantes alemanes llegaron a Estados Unidos, trajeron consigo la idea de filetes de carne picada entre pan. Sin embargo, la carne utilizada cambió de filete a carne picada, y el pan de molde cuadrado fue reemplazado por uno redondo. Así nació la versión americana y, por tanto, el origen de la hamburguesa tal y como la conocemos en la actualidad.
A principios del siglo 20, las hamburguesas se hicieron populares en Estados Unidos, sobre todo porque eran baratas, fáciles de comer y versátiles. Pronto, los puestos callejeros de hamburguesas surgieron por todo el país, y en la década de 1950, cadenas de comida rápida como McDonald’s ayudaron a popularizar las hamburguesas en todo el mundo.
Hoy en día, la hamburguesa sigue siendo uno de los alimentos más populares y versátiles. Se ha convertido en un plato clásico que continúa evolucionando para satisfacer los gustos cambiantes de los consumidores en todo el mundo.
La hamburguesa, como la conocemos hoy, fue introducida en los Estados Unidos a mediados del siglo 19 por inmigrantes alemanes. Como hemos mencionado antes, el origen de la hamburguesa era realmente carne molida de res mezclada con pan rallado y cebollas, un concepto muy similar a lo que ahora conocemos como albóndigas.
A principios del siglo 20, las hamburguesas comenzaron a popularizarse en Estados Unidos. Se vendían en puestos callejeros y restaurantes, y la gente las disfrutaba por su bajo costo y conveniencia. Pronto, las cadenas de restaurantes como White Castle y McDonald’s ayudaron a estandarizar las hamburguesas, haciéndolas más accesibles.
Hoy en día, las posibilidades de hamburguesas son infinitas. Puedes encontrar hamburguesas gourmet con ingredientes de lujo, hamburguesas vegetarianas para los que no comen carne, e incluso hamburguesas dulces para el postre. Sin embargo, a pesar de todos estos avances, muchos aún prefieren la simplicidad de una hamburguesa clásica con carne, queso, lechuga, tomate, cebolla y aderezo en un pan suave.
Sea cual sea tu hamburguesa favorita, no hay duda de que este platillo tan humilde se ha convertido en un ícono de la cultura popular estadounidense. Y pensar que todo comenzó con unos inmigrantes alemanes y su anhelo por un sabor de su tierra natal.
Así que ya conoces el origen de la hamburguesa y cómo se convirtió en un clásico de la comida rápida que amamos hoy en día. La próxima vez que disfrutes de una jugosa hamburguesa, piensa en todos los ingredientes, eventos e inventores que se combinaron para crearla. Y siéntete agradecido de que los inmigrantes alemanes decidieran traer sus tradiciones culinarias a los Estados Unidos, donde prosperaron y se fusionaron en la diversa mezcla de culturas que da forma a la cocina estadounidense.
La Evolución de la Hamburguesa en McDonald's
Hace un año y medio McDonald's decidió que había llegado el momento de mejorar sus hamburguesas de carne más tradicionales. Algo que, aunque no lo parezca, es absolutamente disruptivo e histórico porque la compañía nacida en 1955 en California jamás se había atrevido a modificar ni un ápice el método de elaboración de sus hamburguesas más clásicas.
“Un movimiento arriesgado”, como han reconocido este lunes fuentes de McDonald's a EL ESPAÑOL, pero que llena a la empresa de ilusión y expectación. Y es que no es fácil atreverse a cambiar lo que ya funciona. A mover ficha en el método de preparación de cuatro de los buques insignia de la compañía. Pero lo han hecho. Ha sido como un all in en Póker. O todo o nada.
Este diario, de esta manera, ha accedido a las cocinas de uno de los 550 restaurantes de McDonald's España y ha sido testigo de qué ha cambiado. “Las recetas no han variado. Son las mismas, con los mismos ingredientes”, puntualiza Paloma Cabral, directora corporativa de la compañía. Entonces, ¿qué varía? “Lo que cambia es la forma del cocinado y de algunos tiempos de los procesos de elaboración”, explica Isabel García, gerente de restaurante de la empresa. Y ya les avanza este medio: las hamburguesas saben igual, pero mejor.
En las cocinas del McDonald's del número 1 de la calle Esparteros, a escasos metros de la Puerta del Sol (Madrid), este periódico ha comprobado los cambios acometidos. El más importante, a nuestro juicio, tiene que ver con la carne, que es “100% vacuna” como siempre, pero cuyo método de preparado ha cambiado en favor de proporcionarle mayor jugosidad. “Ahora aumenta el tiempo en el sellado de la carne mientras está en la plancha -que sigue a la misma temperatura-, lo que permite que retengan todos los jugos propios de la carne. Que la carne se elabore “en su propio jugo”, evidentemente, se traduce en que se potencia el sabor del ingrediente más clave de la hamburguesa. Es más, este diario ha tenido la oportunidad de probar un Big Mac, un Cuarto de Libra y un McRoyal Deluxe elaborado mediante el método antiguo y mediante el nuevo y las diferencias en el paladar son reseñables.
La vuelta de tuerca que ha querido dar McDonald's a sus hamburguesas clásicas no sólo ha afectado -de manera positiva- a la carne, sino que otros procesos del cocinado de la cebolla, del queso y de la receta de los panes de hamburguesa han sufrido variaciones o “pequeños cambios”, como lo indica la compañía. “Ahora, la cebolla se pone encima de la hamburguesa que se cocina en la plancha para que se caramelice en el momento”, explica Isabel García. Y hablando de vegetales, McDonald's también ha mejorado, por ejemplo, el tiempo en el que “están en la mesa de la cocina” los tomates y la lechuga “para que estén más frescos”. Han reducido este tiempo de espera “a la mitad; un 50%”, indica Isabel García. Hemos de pensar que cuanto más tiempo esté un fresco al aire libre, pierde calidad. Por ello, la cadena de restaurantes estadounidense, consciente de ello, ha optimizado también este parámetro. Lo notamos, sobre todo, en el McRoyal Deluxe, cuyo tomate y cuya lechuga cruje en boca, como cabría de esperar de estos productos.
Los otros dos grandes cambios que ha introducido McDonald's, por otra parte, se pueden percibir a nivel organoléptico en todas las hamburguesas probadas. Uno de ellos tiene que ver con el pan, “hecho 100% en España”. Ha aumentado su esponjosidad y, sobre todo, su capacidad de conservación del calor de la hamburguesa hasta “8 ó 10 grados más”, explica García. Esto es muy interesante, sobre todo, para los servicios de delivery en el que los tiempos entre el cocinado de la hamburguesa y su consumo final aumentan, evidentemente.
El otro cambio percibido tiene que ver con el queso, que “se atempera previamente a colocarlo sobre la carne recién cocinada, consiguiendo así su fundido lento sobre la misma”. El resultado: el queso es mucho más cremoso y casa mejor con la nueva jugosidad de la propia hamburguesa. De hecho -y perdónenme-, el queso del Big Mac preparado con el antiguo método era muy fino, casi transparente, y estaba puesto de manera pobretona.
La “arriesgada” jugada de cambiar, tras 67 años de historia, el método de elaboración de las hamburguesas clásicas no sólo se aplicará en España. Se prevé que, en un tiempo, los 39.000 restaurantes que tiene la compañía en todo el mundo apliquen este nuevo procedimiento que cambia sus hamburguesas para siempre -aunque no su sabor-. “Para McDonald's, el mercado español siempre ha sido muy importante. Por ello, España se une al primer grupo de países que han cambiado la manera de cocinar las hamburguesas clásicas”, explica Paloma Cabral antes de añadir que ha sido gracias a que todas las cocinas de los 550 restaurantes españoles “están preparadas para los cambios”. Por ello, desde este martes ya se podrán disfrutar las hamburguesas elaboradas con la nueva metodología.
Ingredientes Clave de la Hamburguesa McDonald's
McDonald´s ha presentado en primicia internacional una versión mejorada de la hamburguesa Big Mac. La tradicional receta mejora con lechuga romana fresca y crujiente, y el pan de sésamo horneado al estilo tradicional, acompañada siempre de “los clásicos” que han convertido el Big Mac en la hamburguesa más famosa del mundo: dos piezas de carne de vacuno, cebolla, pepinillo, queso y la reconocidísima salsa secreta.
- Carne: Es carne 100% vacuno español, sin conservantes ni aditivos, de más de 30.000 ganaderías nacionales y acreditada con el sello de calidad AENOR. Es la misma que la carne del resto de hamburguesas. La mayor parte viene de Extremadura y Galicia, y las hamburguesas se elaboran en Toledo, en el centro de producción OSI FOOD Solutions.
- Lechuga: Es de la variedad Iceberg y procede de campos de cultivo que la empresa Florette tiene principalmente en Navarra, Murcia, Gran Canaria y Soria.
- Pan: El panadero de McDonald’s en España es Aryzta, Bakeries Iberia, con sedes en Daganzo (Madrid) y Olessa de Montserrat (Barcelona).
- Pepinillo: De Alemania, concretamente de Develey Holding GmbH & Co. Beteiligungs KG, en Dingolfing.
- Queso: Es queso cheddar, sin conservantes. La producción en España se encuentra en Viladecans (Barcelona), donde Hochland tiene su sede.
- Cebolla: Procede de Extremadura, del Guadiana.
- Salsa Secreta: La fabrica la compañía McCormick en Littleborough, Reino Unido.
El Big Mac: Un Ícono Dentro de McDonald's
Es la hamburguesa más icónica de McDonald’s y, seguramente, una de las que más veces te has comido en tu vida. Hablamos de esos míticos dos pisos de carne, separados por una rebanada extra de pan, con lechuga, cebolla, queso y el controvertido pepinillo, que tiene tantos adeptos como detractores. Y esa salsa que sabe igual desde que tenemos uso de razón, y que es imposible que no te chorree entre los dedos. Bendita sea. En resumen, hablamos del Big Mac.
Esta hamburguesa ya tiene más de medio siglo de vida y muchas cosas que contar. Y te las vamos a contar nosotros, respondiendo a algunas preguntas sobre ella, algunas de ellas realmente curiosas, para celebrar que tal día como hoy de 1940 se inauguró el primer restaurante McDonald's en la Ruta 66 en San Bernardino (California).
¡Larga vida al Big Mac!
- ¿Quién se inventó el Big Mac? Está inspirada en la Big Boy, una hamburguesa doble comercializada por el restaurante del mismo nombre desde el año 1936. La hamburguesa fue creada en 1967 por el propietario de una franquicia de McDonald's en la ciudad de Uniontown (Pensilvania). Después se comercializó en todo EE.UU con la única modificación de agregar una rebanada de pan adicional en medio.
- ¿Cuántos Big Macs se consumen al día en España? 75 por segundo.
- ¿Y en el mundo? Más de 50.000 millones.
- ¿Cuánto costaba el primer Big Mac de la historia? 0.49 centavos.
- ¿Y el primer Big Mac en España? 250 pesetas.
- ¿En qué consiste el Índice Big Mac, conocido a nivel mundial? Se trata de un índice que publica The Economist desde el año 1986, y que mide el poder adquisitivo de los distintos países donde se vende esta hamburguesa, en función de su precio.
Según el profesor asistente de Ciencias de la Alimentación de la Universidad del Estado de Wayne, Yafan Zhang, el motivo de esta increíble conservación puede deberse a un ingrediente llamado propanoato de calcio, que se utiliza en bollería, panadería, carnes procesadas y algunos lácteos. “Estos conservantes tienen la capacidad de causar algo de inflamación en nuestros estómagos, pero no es preocupante, a no ser que los comas en grandes cantidades durante el día. No obstante, de acuerdo a una investigación publicada en el 'Journal of Paediatrics and Children Health', la ingesta de propanoato de calcio mantiene cierta relación con la irritabilidad, la falta de atención y los problemas de sueño de los niños.
Hago todas las burgers del McDonalds desde cero
Las hamburguesas clásicas de McDonald’s en Estados Unidos ya no tienen conservantes, colorantes ni saborizantes artificiales, así se ha comunicado en la página oficial de esta cadena de comida rápida. Se trata, según la compañía, de un paso más para alcanzar el objetivo de satisfacer las necesidades y exigencias de los consumidores.
El cambio realizado afecta a los 14.000 establecimientos que la cadena tiene en Estados Unidos, se trata de un cambio iniciado en 2016 en el que de forma gradual se han eliminado los aditivos de los ingredientes que forman parte de las hamburguesas clásicas, como la hamburguesa con queso, la hamburguesa doble con queso, la cuarto de libra con queso, la doble cuarto de libra con queso o la Big Mac.
Claro, que no todos los conservantes han sido eliminados, en el caso de los pepinillos, seguirán teniendo conservantes artificiales, pero bastará con pedir una hamburguesa sin pepinillos para no ingerir estos aditivos. Pero merece la pena recordar que, aunque se han realizado avances con la carne de pollo, todavía no se ha establecido un plan de trabajo para eliminar los antibióticos en la carne de cerdo y vacuno con la que se abastece.
A la compañía le queda mucho trabajo si quiere alcanzar la meta planteada, contar con una oferta de productos de calidad libres de todo aquello que no quieren los consumidores. Lo cierto es que muchos de los cambios realizados han sido forzados por los consumidores, los medios de comunicación, las nuevas regulaciones o la competencia de otras cadenas, de lo contrario, a saber si se hubieran producido. Ahora abandera el estandarte de la calidad y el deseo de satisfacer a los clientes, pero como hemos indicado, le queda un largo trecho por recorrer.
Decíamos que casi dos tercios de las hamburguesas que comercializa McDonald’s están libres de aditivos artificiales, pero ¿y el resto? En este sentido, todavía no se ha dado a conocer el plan de trabajo y en qué fecha se podrán presentar sin colorantes, saborizantes o conservantes artificiales.
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