El agua es esencial para la vida, y su calidad es fundamental para nuestra salud. Hidratarse es esencial para mantener el equilibrio de la salud de nuestras células y de todo el organismo, y para ello, disponer de un agua de calidad es clave. Aunque el agua del grifo pasa por rigurosos procesos de tratamiento y depuración, la presencia de micro y nanoplásticos (MNP) se ha convertido en una preocupación creciente.
En este contexto, y retomando la calidad del agua, entran en escena los micro y nanoplásticos (MNP), diminutos fragmentos de plástico de los que ni el agua del grifo, ni la embotellada en botellas de PET -el Tereftalato de polietileno, el material más usado para fabricarlas-, se escapan de contenerlos.
El Problema de los Microplásticos
Existe una preocupación sobre el impacto de la exposición a los MNP para la salud medioambiental, de los ecosistemas y sus organismos, así como de la la salud humana. El tamaño aquí es una de las cuestiones en las que poner el foco, ya que estamos hablando de pequeños fragmentos de plástico, de un tamaño inferior a 1μm para los nanoplásticos, y de 1-5000 μm para los microplásticos. Al ser tan diminutos pueden saltarse las barreras de protección del organismo y son capaces de llegar al intestino, al corazón, al cerebro, incluso a la placenta. En realidad, no hay freno para estos microscópicos plásticos capaces de sortear todas los escudos de protección de nuestro organismo, incluida la barrera hematoencefálica. Los científicos constantan que, una vez en el interior del cuerpo, se acumulan en los tejidos e interfieren en su equilibrio. Actualmente los MNP son objeto de estudio para conocer su implicación en la salud humana, y se relacionan con la disbiosis de la microbiota intestinal, la resistencia a la insulina, un aumento del riesgo cardiovascular, problemas metabólicos en el hígado, y se asocian a enfermedades crónicas.
Cómo Minimizar la Exposición a los Microplásticos
Como el agua es una fuente de exposición para toda la población, algunos estudios ponen el foco en cómo minimizarla. Un primer paso sería beber agua del grifo en lugar de agua embotellada, ya que además de ser más ecológico y de no generar basura plástica, se ingiere un número menor de MNP. Así lo afirma el estudio canadiense publicado en la revista científica Environmental Science & Technology, que evidencia que beber agua embotellada supone incrementar la ingesta con un extra de 90.000 microplásticos, mientras que el agua del grifo aporta 4.000.
Un segundo paso sería adoptar un sencillo truco que “atrapa” los MNP del agua de forma eficaz tal y como indican los investigadores de la Universidad de Guangzhou en China en la revista científica Environmental Science & Technology Letters. Para “descontaminar” el agua del grifo de microplásticos, el equipo formado por investigadores de la Facultad de Ingeniería Biomédica y del Centro de Estudios de Microplásticos Ambientales en Guangdong, propone hervir el agua del grifo, después dejar enfriar y, finalmente, colar. Con ello, como expone el ingeniero biomédico Zimin Yu de la Universidad Médica de Guangzhou y el resto del equipo, se pueden eliminar al menos el 80% de los NMP de poliestireno, polietileno y polipropileno (los tipos de plásticos que han incluido en su estudio) con un tamaño de entre 0,1 y 150 μm. Como nota adicional, los autores citan que beber agua hervida es una antigua tradición en algunos países asiáticos que se viene considerando como beneficiosa para la salud, ya que al hervir se eliminan algunos productos químicos y la mayoría de las microorganismos.
El Secreto Está en la Cal
Este truco para eliminar los MNP del agua de grifo es más efectivo en aguas más duras, las que disponen de mayor mineralización. Y es que este efecto de “descontaminar” de MNP el agua tiene que ver con la cantidad de cal del agua. Al hervir, los MNP del agua coprecipitan con las incrustaciones de carbonato cálcico (CaCO3) y quedan atrapados en ellas, y después, se pueden filtrar estos restos sólidos con un colador de acero inoxidable, y eliminar de forma fácil. Cuanto más dura es el agua, más cal precipita y más microplásticos quedan atrapados en ella. Pero, aunque un agua dura facilita el proceso, el estudio muestra que incluso en un agua más blanda se podían extraer hasta una cuarta parte de los MNP del agua.
En las pruebas, el efecto de encapsulación fue más pronunciado en el agua dura: en una muestra que contenía 300 miligramos de CaCO 3 por litro de agua, se eliminaron hasta el 90% de los nanoplásticos que flotaban libremente después de hervir. Sin embargo, incluso en muestras de agua blanda (menos de 60 miligramos de CaCO 3 por litro), la ebullición eliminó alrededor del 25% de los microplásticos. Los investigadores afirman que este trabajo podría proporcionar un método simple pero eficaz para reducir el consumo de estos materiales.
Tabla: Eficacia de la Ebullición en la Eliminación de Microplásticos
Tipo de Agua | Concentración de CaCO3 (mg/L) | Eliminación de Nanoplásticos |
---|---|---|
Agua Dura | 300 | Hasta 90% |
Agua Blanda | Menos de 60 | Aproximadamente 25% |
MICROPLÁSTICOS, UNA PREOCUPACIÓN MUNDIALEste sencillo truco de beber agua del grifo hervida ayuda a reducir la ingesta humana de los nanoplásticos y microplásticos que se escapan de los sistemas centralizados de tratamiento de agua y que, a día de hoy, se posicionan como una preocupación mundial creciente por parte de la ciencia. Primero fue la emergencia con el plástico, en la que National Geographic destacó con su campaña Planet or Plastic, y ahora además, se une la amenaza de los fragmentos microscópicos derivados de su degradación, los micro y nanoplásticos, que como sus antecesores, también afectan a los ecosistemas, y debido a tamaño pueden colarse hasta los más recónditos lugares de nuestras células, del agua y de todas las de las especies marinas, el aire y la tierra.
En 2022 un estudio del CSIC fue el primero en evaluar el impacto de la ingesta de microplásticos en el tracto digestivo y la microbiota intestinal humana. Y descubrió que reduce la diversidad bacteriana de la microbiota del colon y produce una alteración del equilibrio en los microorganismos presentes. Según se explicó, después de la ingestión disminuye la abundancia de bacterias conocidas por sus efectos positivos en la salud y se incrementa la presencia de otros grupos microbianos relacionados con una actividad patógena. Además, la investigación comprobó por primera vez que estos microplásticos pueden sufrir biotransformaciones a lo largo del tracto gastrointestinal y llegar al colon con una forma estructuralmente diferente a la original. Y apuntaba la necesidad de seguir estudiando este tema para chequear si estos materiales pueden permanecer en el cuerpo humano y acumularse potencialmente en algunos órganos y tejidos.
No obstante, un estudio realizado en 2023 por más de una decena de centros de investigación españoles de la Red EnviroPlaNet , y liderados por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y la Universidad de Alcalá (UAH), rebajó la preocupación. Y es que, a pesar de que encontraron microplásticos en el agua potable en varias regiones de España, aseguraron que las cantidades eran tan bajas que el riesgo para la salud humana es insignificante.
Otros Beneficios de Hervir el Agua
Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha desarrollado una herramienta clave para luchar contra estas enfermedades: el calor. Hervir el agua fue una de las primeras soluciones que nuestros ancestros encontraron a este problema. Hervir el agua supone alcanzar temperaturas superiores a los 90-100 °C, más que suficientes para matar a todas las bacterias que hemos descrito. No obstante, existen microorganismos que pueden sobrevivir temperaturas muy altas, por encima incluso de los 100 °C. Un ejemplo conocido es la bacteria Geothermobacterium ferrireducens, que vive felizmente en aguas casi hirviendo. Pero debemos saber que estas bacterias capaces de resistir muy altas temperaturas -llamadas hipertermófilas- no causan enfermedades en los seres humanos.
Hervir el agua entre 90 °C y 100 °C es suficiente para acabar con todos los organismos capaces de causar enfermedades en nuestro cuerpo. Algunas de estas toxinas son altamente resistentes al calor y pueden soportar temperaturas de 100 °C por largos periodos de tiempo, por lo que hervir el agua en estos casos no elimina esos «venenos bacterianos».
Por último, es importante mencionar que el método de hervir el agua puede no eliminar compuestos químicos nocivos que hayan quedado acumulados en aguas contaminadas. Esto también está altamente controlado y se mide en los estándares de calidad de las aguas potables. En resumen, hervir el agua entre 90 y 100 °C es suficiente para eliminar la inmensa mayoría de contaminantes biológicos que puedan estar presentes.
Como eliminar facil los micro plásticos del agua para beber
Factores que Influyen en el Punto de Ebullición
El 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua 2019, una efeméride ideal para explicar algo que todavía se sigue enseñando en muchos colegios de forma errónea: la temperatura de ebullición del agua. Según explica David Calle, impulsor de la plataforma educativa Unicoos y miembro del Consejo de Estrategia de Fundación Aquae, «a casi todos nos han enseñado que el agua hierve a 100 ºC, pero esto no es del todo cierto. Solo ocurre así si vives en ciudades que están al nivel del mar, como Alicante o Murcia, donde la presión atmosférica es de 1 atmósfera».Además de la presión, otro factor que influye en la temperatura de ebullición de este preciado líquido es el hecho de que el agua que consumimos no es pura ya que en ella están disueltas diferentes sustancias como sales minerales, calcio, sodio, sulfatos o bicarbonatos, que hacen que su punto de ebullición cambie.
«Si echamos sal común en el agua, haremos que tarde más en hervir: 58 gramos de sal en un litro de agua provoca que el punto de ebullición aumente en 1 ªC ya que los iones de la sal hacen que a las moléculas del agua les cueste más moverse y desplazarse, lo que provoca que sea más difícil llegar al punto de ebullición», indica Calle.
Cuanto menor sea la presión atmosférica (cantidad de atmósfera que tenemos sobre nosotros), más pequeña será la temperatura de ebullición del agua ya que a sus moléculas, al estar menos presionadas, les cuesta menos moverse y desplazarse y, como consecuencia, la temperatura de ebullición disminuye. Por ejemplo, en el Everest (la montaña más alta de la Tierra, con una altitud de 8.848 metros sobre el nivel del mar), la temperatura de ebullición del agua es de 86ªC; pero si subimos a una temperatura de 11.000 metros, esta temperatura se reduce a 71ºC porque a mayor altura, menor será la temperatura de ebullición.
Métodos Ancestrales para Hervir Agua
Era un día frío de octubre cuando un grupo de estudiantes de la carrera de arqueología de la Universidad de York (Inglaterra), capitaneado por el doctorando Andrew Langley, se adentró en un bosque con el propósito de aprender a hervir agua como lo hacían en el paleolítico. Para realizar este experimento, obviamente, los 13 universitarios no pudieron llevar ningún recipiente de cocción: ni ollas, ni sartenes, ni tazones, ni tazas, ni cualquier otro. Pero sí llevaron consigo pieles de ciervo, que habían adquirido en una granja. Hoyos, brasas y arcilla Un par de grupos cavaron hoyos, llenándolos con brasas y luego forrándolos con arcilla húmeda o piel de ciervo. Otros vertieron agua en la corteza de abedul o en el estómago de un cerdo. Un grupo colgó una piel de venado de un árbol y comenzó a calentar pequeñas rocas con fuego, una técnica inspirada en el descubrimiento de rocas agrietadas por el fuego en asentamientos paleolíticos.