El almíbar es una preparación básica en repostería, que está presente en todo tipo de tartas y pasteles, cremas de helado, merengues, caramelos y un largo etcétera. Es una mezcla de agua y azúcar que al llevar al fuego forma un líquido pegajoso, ideal para embeber bizcochos y cupcakes antes de rellenarlos o cubrirlos con cremas. De esta manera, los bizcochos quedarán deliciosos y no estarán secos.
Aunque según la Real Academia de la lengua española, el almíbar es básicamente “azúcar disuelto en agua y cocido al fuego hasta que toma consistencia de jarabe”, nosotros sabemos que no es baladí prestar atención a las posibles características de este ingrediente.
Y es que, preparar un buen almíbar puede ser el responsable de aportar jugosidad y diferenciación a tu creación. Además, si sabes calar correctamente, no solo conseguirás que el bizcocho o base de galleta no se reseque a temperatura ambiente, sino que también obtendrás una absorción homogénea y regular.
A continuación, te presentamos algunas recetas deliciosas, sencillas y rápidas de hacer, que combinan con un montón de recetas para darle una jugosidad y sabor extra:
Tipos de almíbar para un sabor perfecto
Pueden existir muchos tipos de almíbar, tantos como estilos propios existen, todo dependerá de la mayor o menor densidad que le quieras dar al jarabe (en función de su uso y finalidad), o del toque personal de sabor.
En esta ocasión te traemos algunas ideas de sabores para tus almíbares, que te vendrán genial para completar tus postres y creaciones:
- Café
- Limón y naranja
- Miel
- Chocolate
- Canela
Almíbar de café
El Almíbar de café puedes utilizarlo para emborrachar bizcochos cuando haces una tarta (o torta), para que queden mas jugosos y también para darles un sabor especial. El almíbar de café es un jarabe ideal para conseguir un bizcocho jugoso y delicioso, para hacer postres con sabor a Moka.
Nosotros hoy vamos a preparar un almíbar de café, receta del maestro pastelero Paco Torreblanca, que puedes encontrar en su libro La cocina dulce. Este Almibar de Café ligero es ideal para aportar sabor y jugosidad a bizcochos en tartas y postres, especialmente en elaboraciones como la Tarta Ópera de Paco Torreblanca, que también puedes encontrar en nuestro blog.
JARABE DE CAFÉ PARA TUS BETUNES Y TUS PASTELES.
Cómo hacer almíbar de café
Ingredientes:
- 500 ml de agua
- 200 g de azúcar
- 7 g de café molido
- 12 ml de coñac (opcional)
Elaboración:
- Infusionar el café: Calienta el agua en un cazo, añade el café molido y lleva a ebullición. Retira del fuego y deja reposar un máximo de 3 minutos.
- Colar: Cuela la mezcla en otro recipiente para eliminar los posos del café.
- Añadir el azúcar: Agrega el azúcar al líquido caliente y mezcla hasta disolver completamente.
- Enfriar y conservar: Una vez frío, incorpora el coñac si lo deseas y guarda el almíbar en un tarro de cristal hermético dentro del frigorífico. Se conserva perfectamente durante 2 semanas en la nevera.
Almíbar de cítricos (limón y naranja)
El almíbar de cítricos es perfecto para tus tartas de frutas. Aunque a nosotros nos encanta el almíbar de Limón y naranja para combinar en pasteles y postres de chocolate. Si quieres conseguir un almíbar básico con un sabor cítrico ideal solo necesitaras ingredientes 100% naturales que seguro tienes por casa.
Cómo hacer almíbar de limón y naranja
Ingredientes:
- 500g de agua
- 575g de azúcar
- 1 limón
- 1 naranja
Elaboración:
- Hervir el agua y el azúcar.
- Antes de que el agua y el azúcar se disuelvan, unas cáscaras de limón y naranja a la cocción hasta conseguir el espesor adecuado.
- Retirar del fuego y dejar enfriar.
Tip: si quieres un toque más ácido te recomendamos sustituir el limón por la lima. Además, no dejes de improvisar con otras frutas como… la granada, o una ciruela roja… por ejemplo.
Os invitamos a conocer en este post cómo hacer un almíbar con zumo de naranja realmente delicioso que podréis utilizar en muchas recetas. Ya podemos empezar a disfrutar de las variedades más tempranas de naranja. La temporada de cítricos llegará a su pleno apogeo con el invierno, pero los que vivimos en esta zona del mediterráneo tenemos la suerte de poder aprovechar toda su frescura, sabor y propiedades cada día, desde ahora hasta bien entrada la primavera. Se pone en un cazo y se calienta al fuego con el azúcar (100 mg ). Como ves hemos recomendado las proporciones acostumbradas: poner el doble de zumo de naranja que de azúcar. Pero se pueden variar las cantidades en función de lo que busquemos. Para evitar que pueda pegarse o quemarse, hay que remover constantemente. Ahora que ya sabes cómo hacer almíbar con zumo de naranja te recomendamos una receta. Si lo dejas dentro de la nevera de un día para otro, te resultará más fácil conseguir la textura deseada. Se puede presentar directamente así, o decorar con merengue.
Almíbar de miel
La miel es uno de los llamados actualmente “superalimentos” con un montón de propiedades beneficiosas para la salud. Además, su sabor dulce lo convierte en un indispensable para la repostería. Por ejemplo, este tipo de almíbar es el que se utiliza en postres tradicionales como torrijas y pestiños.
Cómo hacer almíbar de miel
Ingredientes:
- 500g de agua
- 575g de azúcar
- 15g de miel
Elaboración:
- Hervir el agua y el azúcar.
- Añadir a la disolución de agua y azúcar unas cucharaditas de miel y mezclar bien.
- Retirar del fuego y dejar enfriar.
Tip: la miel le da un espesor extra al almíbar, por lo que conseguir la espesura ideal depende de jugar con la cantidad de azúcar y miel. Si quieres un almíbar normal, con un intenso sabor a miel, reduce el azúcar y añade más miel. Mmmm, delicioso!
Almíbar de chocolate
Para los más golosos no podía faltar un almíbar de chocolate. Uno de los preferidos de muchos de vosotros. Es muy utilizado en tartas donde el protagonista indiscutible es el chocolate. Y es que, además de darle jugosidad al bizcocho, aporta un extra de intensidad al sabor.
Cómo hacer almíbar de chocolate
Ingredientes:
- 500g de agua
- 575g de azúcar
- 35g de cacao en polvo
Elaboración:
- Hervir el agua y el azúcar.
- Añadir a la disolución el cacao en polvo para conseguir un sabor extra a chocolate y el color perfecto para calar nuestros bizcochos
- Retirar del fuego y dejar enfriar.
Tip: si puedes, nosotros también te recomendamos añadir una cucharadita de azúcar vainillado para conseguir un sabor más redondo.
Almíbar de canela
La canela es un condimento que tiene tantos amantes como detractores. Su aromático sabor lo convierte en inconfundible y muy presente en muchas creaciones de repostería. Así que… no podía faltar entre nuestro tipos de almíbar favoritos el exótico Almíbar de canela.
Hoy vamos a preparar un Almibar de Canela. El almibar, tan utilizado en repostería y que admite un sin fin de sabores y aromas. Puedes hacer diferentes tipos de almíbar, con todo tipo de frutas, y luego utilizar en diversos postres, dándoles un aroma y sabor especial. Por ejemplo, este Almíbar de canela.
Cómo hacer almíbar de canela
Ingredientes:
- 500g de agua
- 575g de azúcar
- 2 canela en rama
Elaboración:
- Hervir el agua y el azúcar.
- Añadir la canela en rama a la ebullición de agua y azúcar
Ingredientes:
- 350 ml de aguaEstas cantidades son como para empapar 3 tartas medianas
- 250 gr de azúcar
- 1 piel de limón
- 1 rama de canela
Preparación:
Ponemos el azúcar y agua caliente en un cazo y removemos hasta que se disuelva. Le añadimos la corteza de limón y la rama de canela y dejamos que hierva unos 10 minutos. Debe quedar bastante clarito, (hebra floja). Retiramos y dejamos enfriar. Lo colamos y guardamos lo que no vamos a utilizar en un tarro etiquetado en el frigorífico. Podemos dejar dentro la ramita de canela y la piel de limón para que tenga más sabor. Podemos variar el aroma y sabor del almíbar modificando o incluyendo algún ingrediente más.
Elaboración básica del almíbar
El almíbar es una una disolución sobresaturada de agua y azúcar, que se cocina al fuego hasta que comienza a espesar. Existen varios tipos de almibar dependiendo de la proporción de agua y de azúcar que utilicemos así como de la temperatura.
El azúcar en la cocina hace algo más que endulzar. Calentado con agua forma unos almibares indispensables en muchos postres. Las dos técnicas esenciales para conseguir un almíbar claro, no granulado consisten en disolver el azúcar antes de aumentar el fuego y que el líquido hierva, y nunca remover al almíbar una vez está hirviendo.
Generalmente el azúcar y el agua se usan en la proporción de 2 x 1, es decir 200 gramos de azúcar y 100 ml. de agua. De cualquier manera las cantidades pueden variar de receta en receta y dependen del uso que se le dará luego al almíbar. Colocamos los dos ingredientes en una cacerola y los llevamos a fuego medio-bajo. Si en cambio necesitamos el almíbar tradicional, ese que es denso como un jarabe, debemos cocinarlo por unos 10 minutos desde que hierve, removiendo cada tanto con una cuchara de madera.
Puntos de cocción del almíbar
El punto de cocción nos sirve para diferenciar entre los distintos tipos de almíbar. Podemos usar un pesajarabes, que es una especie de termómetro especial que nos indica la temperatura alcanzada, para calcular los diferentes puntos de cocción del almíbar. Pero no te preocupes, para todo hay un método alternativo y tradicional. En este caso es tan simple como ir cogiendo un poco de almíbar con la cuchara y pasarlo entre los dedos, eso sí, mojados en agua fría. La textura que adquiere entre los dedos nos indica los distintos puntos de cocción.
- Almíbar flojo o ligero: Corresponde a 100º de temperatura. Se produce cuando mezclamos agua y azúcar a partes iguales, hasta su punto de ebullición, alrededor de cinco minutos. Es decir, cuando rompe a hervir, totalmente transparente.
- Espejuelo o espojuelo: Un poquito después, a unos 105º C, el almíbar empieza a espesar. En este punto, si cogemos una pequeña cantidad entre los dedos (enfriados en agua fría, no lo olvides), comprobamos cómo los filamentos finos que se forman desde la cuchara se rompen con facilidad.
- Hebra o hilo fino o flojo: Necesitamos un almíbar a punto de hebra, que se llama así porque al mojar el dedo índice y pulgar en agua y luego en el almíbar, al separar los dedos se debería formar una hebra.
- Hebra o hilo regular: A 110º esas hebras alcanzan un punto más grueso y resistente, de unos 5 milímetros de largo. Podríamos decir que este es el almíbar básico o estándar.
- Bola blanda o globo: Para saber si hemos llegado a este punto debemos poner un poco de almíbar entre los dedos o dejar caer un poco en agua fría. Si forma una perlita blanda o una bola blanda es que ha llegado a este punto. En el pesajarabes equivale a unos 120º.
- Bola dura o fuerte: Es muy parecido al anterior, pero la bola que forma es más dura y compacta y no se aplasta con los dedos. Corresponde a unos 130-135º.
- Quebradizo: Equivale a 140º C. En este caso, la mezcla se endurece al caer en agua fría y se pega a los dientes si la mordemos. Es flexible y no se rompe si lo curvamos con los dedos. No se usa así para ninguna elaboración. Es el punto previo al caramelo.
- Caramelo: El punto de cocción es cercano a 150º. Aquí el almíbar se caracteriza por el color amarillo claro que empieza a coger en las paredes del cazo. La gota que cae en el agua fría se vuelve dura y quebradiza. Si intentamos estirarla entre los dedos comprobaremos que se rompe fácilmente. Pasado este punto, cuando alcanza los 160º, el almíbar evapora casi toda su agua y empieza a convertirse en caramelo. El color determina su estado: primero se convierte en caramelo amarillo; luego se empieza a poner de color castaño y dorado. Si dejamos que se siga cociendo llegamos al punto de caramelo oscuro, que corresponde a unos 170-175º C. Esta es una fase previa a la carbonización. En este punto el azúcar pierde su capacidad de endulzar.
Consejos y trucos
- Para detener la cocción, sea cual sea el tipo de almíbar que estemos preparando, es muy importante sumergir el cazo en un recipiente con agua fría.
- A pesar de la escasa dificultad de esta receta, existe un peligro que debemos evitar cuando preparamos almíbar: las quemaduras. Por eso toda precaución es poca. La seguridad en la cocina siempre es imprescindible. En este caso debemos tener mucho cuidado con la manipulación del almíbar y con los niños. Si puedes evitar que estén cerca durante ese momento, mejor.
- Podemos aromatizar el almíbar agregando cáscaras o zumo de cítricos, una ramita de canela… Solo tenemos que incorporar alguno de estos ingredientes al cazo para que hiervan con el almíbar y los retiraremos al final de la cocción. Si es necesario, colaremos el almíbar para retirar cualquier residuo. También podemos usar algún licor, como ron, para aromatizar el jarabe.
- El almíbar también se puede conservar. Solo tenemos que guardarlo en un bote o tarro de cristal con cierre hermético una vez frío.
- Y si se te pasa el almíbar ¡no te preocupes! Esto no es arroz. Puedes solucionarlo agregándole un poco de agua y cocer de nuevo hasta el punto que necesites.
El almíbar se utiliza entre otras cosas, para emborrachar los bizcochos y que queden jugosos cuando los utilizas para tartas. Aunque si lo hacemos mas espeso puede servirnos para cubrir postres o para otro tipo de elaboraciones. La temperatura alcanzada al hervir azúcar y agua es lo que determina su futuro uso.