¿Sabías que cada segundo se desperdician 250 kg de alimentos en España, según datos de la agencia FAO de las Naciones Unidas? Los consumidores pueden combatir esta situación con gestos simples y cotidianos, como alargar la vida útil de sus patatas gourmet. Ya estén crudas o peladas, la cuestión es cómo conservar las patatas en casa durante más tiempo. La calidad y sabor de la patata depende en parte de su conservación óptima, que varía cuando está cruda y cuando ha sido pelada y hervida. Factores como la temperatura, la humedad y la luz ambiental marcan la diferencia.
Cuando se reúnen las condiciones idóneas, ¿cuánto duran las patatas crudas? La respuesta es de 5 a 7 semanas. Por su parte, el pelado y cocción de estos tubérculos aún permitiría consumirlos en un plazo de 3 a 4 días, siempre dentro del frigorífico. Las patatas lavadas tienen una vida útil de aproximadamente 21 días, si se mantienen en condiciones óptimas.
Patatas Crudas: Claves para Conservarlas Eficazmente
Las patatas, cuando abandonan su «refugio» de tierra, están expuestas a la radiación solar, las altas temperaturas y otros factores ambientales. Estos favorecen el desarrollo de sustancias tóxicas que alteran su aspecto y comprometen su salubridad (véanse los efectos negativos de la solanina, por ejemplo). De ahí que, para conservar las patatas durante meses, sean necesarias unas condiciones apropiadas.
Conservar patatas en casa - Trucos | RTVE Cocina
Presta Atención a la Temperatura
Presumiendo una temperatura media de 22 a 24 grados centígrados en la vivienda, estos tubérculos necesitan almacenarse en la despensa u otra estancia similar. El termómetro se situará entre 5 y 10 grados, idealmente, para ralentizar procesos como la oxidación o la germinación. Con ello, esta hortaliza conservará su buen tono a la hora de preparar unas patatas a la cerveza, a la lionesa y otras recetas exquisitas.
Cuidado con la Exposición Solar
Las patatas frescas y la luz solar tienen una pésima relación. Cuando este tubérculo permanece expuesto a la radiación, sucede lo siguiente: se activa un mecanismo de defensa para protegerse del ataque de insectos y hongos. Como resultado, se forman glicoalcaloides como la solanina, potencialmente tóxica para el ser humano, como advirtió en el año 2020 la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Para impedir el desarrollo de estos glicoalcaloides, apreciables a simple vista por el color verde de la piel, es recomendable guardar estas hortalizas en cajas y envases no herméticos y mantenerlas fuera del alcance de los rayos solares.
Procura que las Patatas «Respiren»
Las patatas resisten mal a la intemperie y peor en compartimientos herméticos (cajones, armarios y similares). Por consiguiente, estos tubérculos necesitan proporcionárseles un espacio con rendijas y orificios que faciliten la libre circulación del aire y les permitan «respirar». Evitar su amontonamiento, con el fin de preservarlas de la humedad y los hongos (las situadas en el fondo podrían ventilarse mal). Al conocer estas amenazas y entender cómo conservar las patatas para que no germinen, no es difícil prolongar su vida útil.
Aléjalas de las Cebollas
Más de una alacena doméstica contiene, mezcladas y en desorden, hortalizas y verduras de variada especie. Esta práctica es un error porque, mientras que los ajos y las cebollas pueden convivir, estas últimas son incompatibles con las patatas. Cuando estos tubérculos entran en contacto con el bulbo de la Allium cepa, liberan etileno que echa a perder ambos alimentos.
Patatas Cocidas: Claves para Prolongar su Vida Útil
¿Has pelado una cantidad excesiva de patatas? Por fortuna, este superávit no es un problema, pues el tubérculo que huye, sirve para otra receta, adaptando un conocido refrán.
El Frigorífico es tu Aliado
El frigorífico ayuda a prevenir la oxidación y otros procesos naturales del tubérculo, pero es importante secar las patatas a conciencia, guardarlas en bolsas de congelación y extraer el aire contenido en las mismas. También puedes almacenarlas en un recipiente con agua y limón. Con estas medidas, se logra conservar las patatas en la nevera o frigorífico con éxito.
Usa Táperes y Recipientes Herméticos
Después de la cocción, la durabilidad de las patatas disminuye de forma significativa. Para almacenar patatas peladas ya cocidas, será muy importante dejarlas enfriar a temperatura ambiente antes de meterlas en el frigorífico. Y una vez que ya se haya liberado del calor propio de la cocción, el modo de conservación más recomendable es guardándolas dentro de un recipiente totalmente hermético.
Las patatas cocidas pueden guardarse en el frigorífico durante 3 o 4 días. Puedes reservarlas en un tuper hermético o bien en un plato cubiertas con un paño o un trozo de papel absorbente de cocina. De todos modos, tanto el olfato como la vista son sentidos que nos pueden ayudar a confirmar el buen estado de las patatas. De hecho, en ninguna circunstancia las patatas deben oler a humedad, ni tampoco su carne debe tener un aspecto vidrioso, marrón o con manchas.
Si te han sobrado patatas y ya están sin piel, mete las patatas en un recipiente con agua fría y rocía un poquitín de zumo de limón. Si quieres puedes taparlas con un poco de papel film y a la nevera.
Consejos Adicionales
- No congelar las patatas: La patata es uno de esos alimentos que responde muy negativamente a la congelación, ya que afecta tanto al sabor como a la textura, que resulta muy acuosa. La fécula se deshace al congelar.
- Almacenamiento de patatas peladas: Para evitar que se pongan negras, ponerlas en un recipiente con agua fría y una pizca de sal. Si en cambio al agua fría agregáis algunas gotas de vinagre, podéis conservarlas en la nevera por 2 o 3 días.
- Conservación de patatas cortadas: En el caso de que las patatas estén ya peladas y partidas, un truco que funciona muy bien es meterlas en un recipiente con agua fría y un chorrito de zumo de limón. El limón evitará que se pongan negras, al igual que hace con otras muchas frutas y verduras, y es que ácido cítrico es un estupendo conservante natural que también se utiliza en la industria alimenticia. Importante cubrir el recipiente y guardarlo en la nevera.
Variedades de Patatas y su Conservación
Existen muchas variedades de patatas, que además de diferenciarse en su aspecto (las hay blancas, rojas o amarillas), tienen otras diferencias fundamentales, como su época de cultivación y su contenido de fécula y agua. Además, la calidad del producto será determinante en este sentido.
Tipos de Patatas según su Recolección
- Patatas tempranas: Se recogen antes de su completa maduración, entre marzo y junio. Son pequeñas y lisas, con la carne compacta. Su sabor es suave y ligeramente dulce.
- Patatas de estación: Se recolectan teniendo en cuenta su punto justo de maduración, entre junio y finales de la época estival. Son más grandes y secas que las patatas tempranas.
- Patatas viejas o tardías: Se recogen en octubre, más tarde del punto óptimo de maduración. Con un tono amarillo y la piel gruesa, son más arrugadas y oscuras que sus compañeras. El sabor es mucho más intenso que las patatas tempranas.
Variedades Comunes de Patatas
- Patata Kennebec: Es la más cosechada en el continente europeo. Este tubérculo es grande y ovalado, con la piel fina y su interior blanquecino. Es una patata muy almidonada por su bajo contenido de agua.
- Patata Agria: Es un poco más oscura y alargada que la variedad Kennebec y su interior es compacto y de un tono amarillento. Presume de un equilibrio excelente entre agua y fécula, del mismo modo que contiene muy pocos azúcares.
- Patata Monalisa: Provienen del País Vasco y del sur de Francia. Como son de recolección temprana, su piel es suave y de color amarillo.
- Patata Red Pontiac: Conocida popularmente como “patata roja”, se caracteriza por tener la piel roja y la carne blanquecina.
- Patata Spunta: Esta nueva variedad de patata es originaria de Holanda. Su forma es redondeada y son de un tono amarillo clarito. Su sabor y textura es suave.
- Patata Vitelotte: Es la variedad de patata más exótica, por su piel morada y su carne de color lila. Su sabor y textura es suave y cremosa.
Almidón Resistente en las Patatas
Existe una fibra muy especial que se conoce como almidón resistente. Se trata de un tipo de almidón al que últimamente se le están atribuyendo propiedades positivas muy relevantes. Sin embargo, de nuevo, no podemos generalizar. Para conseguir el que más nos interesa tenemos que conocer un truco.
El almidón se presenta en forma de pequeños ovillos. Se trata de ovillos de glucosa formados por varios “collares” enroscados. Los collares son de perlas y cada perla es una molécula de glucosa. Durante la digestión del almidón se rompen los collares y van dejando libres todas las perlas (glucosa). Si hay exceso de glucosa, las perlas se transforman en ovillos de grasa (triglicéridos), cuyo acúmulo da lugar, entre otros, al sobrepeso y la obesidad.
Pero hay algunas situaciones en las que no ocurre ninguna de estas circunstancias, situaciones en las que no somos capaces de romper el ovillo de glucosa. La duda es, ¿esto es bueno, malo, indiferente? ¡El almidón resistente es genial! Al no poder digerirlo, este compacto paquete de almidón será un manjar para nuestros guardianes, nuestras “bacterias buenas”.
Es necesario remarcar que no todo el almidón resistente es igual. Existen 5 tipos:
- Tipo 1: Almidón físicamente no digerible. Se encuentra en estructuras celulares que no logramos digerir.
- Tipo 2: Almidón crudo.
- Tipo 3: Almidón retrogradado (formado al enfriar alimentos ricos en almidón después de cocinarlos).
- Tipo 4: Almidón modificado químicamente.
- Tipo 5: Almidón complejo con lípidos.
Por ejemplo, la patata cruda o el plátano verde son ricos en almidón resistente tipo 2. El truco para conseguir el almidón resistente tipo 3 es fácil: una vez enfriada la patata, la podemos volver a calentar, eso sí, a temperaturas no superiores a 130 ºC para mantener la nueva estructura creada y evitar que se vuelva, de nuevo, digerible y absorbible.
Consideraciones Finales
Siguiendo estos consejos, podrás disfrutar de patatas frescas y sabrosas por más tiempo, reduciendo el desperdicio de alimentos y aprovechando al máximo este versátil ingrediente en tu cocina.