Las alitas de pollo son un plato versátil y económico que se puede preparar de muchas maneras. Una de las combinaciones más populares y deliciosas es la de alitas fritas con miel. Esta receta ofrece un equilibrio perfecto entre lo dulce y lo salado, con una textura crujiente por fuera y jugosa por dentro. A continuación, te presentamos diferentes formas de preparar esta delicia, desde la versión frita clásica hasta opciones más saludables al horno o en freidora de aire.
Si hay un plato que nunca falla en reuniones o cenas informales, son las alitas de pollo con soja y miel. ¿Quién puede resistirse a su combinación perfecta de dulce y salado, con ese glaseado brillante que se pega a los dedos?
Cuando Se Te Antojen Unas Alitas de Pollo Haz Está Receta Súper Fácil
Alitas de Pollo Fritas con Salsa de Miel y Mostaza
La receta de alitas de pollo fritas con salsa de miel y mostaza es una elaboración a la cual muy pocos nos podemos resistir. Bien hechas, con la piel del pollo crujiente y con unos simples ajillos fritos, están realmente deliciosas. Aunque si las acompañamos de una salsa, aún están mejor. En esta ocasión hemos acompañado las Alitas de pollo fritas con una salsa de miel y mostaza. Una receta sencilla que podemos hacer sin mayor problema.
Ingredientes:
- Alitas de pollo
- Aceite de girasol
- Ajo
- Miel
- Mostaza
- Orégano
- Cilantro picado
- Salsa brava (opcional)
Instrucciones:
- Salpimentar las alitas de pollo.
- Freír en abundante aceite de girasol, teniendo cuidado con las salpicaduras.
- Sacar las alitas sobre papel absorbente cuando estén doradas y hechas (aproximadamente 4-5 minutos a fuego medio).
- En una sartén limpia, verter 6 cucharadas de aceite de la fritura y dorar el ajo picado.
- Colocar las alitas en un plato limpio y esparcir por encima los ajos dorados.
Elaboración de la salsa de miel y mostaza:
- Mezclar todos los ingredientes en un cuenco con la ayuda de un tenedor.
- Repartir la salsa de miel y mostaza por encima de las alitas fritas.
- Esparcir un poco de orégano y cilantro picado por encima.
- Verter unas gotas de salsa brava (opcional), servir y degustar.
Alitas de Pollo al Horno con Soja y Miel
Hacer alitas de pollo con soja y miel es más fácil de lo que parece, y lo mejor es que puedes elegir la opción de cocción que más te convenga: horno, sartén o freidora de aire. La clave de su éxito está en la marinada: la salsa de soja aporta un toque umami irresistible, la miel las carameliza y el ajo y el jengibre elevan el sabor. Además puedes cocinar las alitas de pollo al horno, en sartén, o alitas en freidora de aire, que quedan crujientes y deliciosas con menos grasa.
Preparación de la Marinada
En un bol, mezcla la salsa de soja, la miel, la salsa de ostras, el aceite de sésamo, el ajo, el jengibre, el vinagre de arroz, el azúcar moreno y la pimienta.
Marinado y Horneado
- Pon las alitas de pollo en una bolsa apta para alimentos, y mézclalas bien con la marinada.
- Reparte las alitas en una bandeja amplia, vierte la salsa por encima y mezcla que se impregnen bien, tápalas con papel de aluminio y mételas en el frigo para que maceren.
- A la hora de cocinar, precalienta el horno a 180° con calor arriba y abajo y sin aire y forra una bandeja de horno con papel sulfurizado.
- Hornea las alitas a media altura 17 minutos con la parte con más piel hacia abajo.
Hay que tener cuidado al hornear estas alitas de pollo a la miel, porque como todas las salsas con elementos dulces puede quemarse con facilidad.
Otras Variantes y Consejos
Cuando compremos las alitas, le pediremos a nuestro carnicero que las divida en las tres secciones que tienen. Las dos secciones más gruesas que contienen la carne son las que utilizaremos para nuestra receta. Cocinicas, no te calientes la cabeza. Lo más sencillo es que le pidas a tu carnicero que te partas las alitas, que lo hace en un momentín, te quedan tan rebién y todos contentos. Y si te pregunta, la parte de la punta no la quieres para nada, la puede tirar sin problema.
Con esta receta de alitas de pollo a la miel puedes preparar también costillas y otros cortes del pollo. Mezclar bien la soja, el ketchup, la miel, el aceite y el vinagre. Salar las alitas (con cuidado porque la soja ya sala mucho) y espolvorear con la pimienta y el ajo en polvo. Colocar en una bandeja de horno un poco separadas una de otra y hornear unos cuarenta minutos a 180 ºC hasta que las alas estén hechas y doradas por arriba.
Como ves, la receta no tiene ninguna complicación y el trabajo prácticamente lo hace todo el horno, así que es muy socorrida para cuando hay invitados o no tienes mucho tiempo para cocinar. Unas alitas de pollo con soja y miel bien ricas y muy, muy fácil con las que vas a chuparte los dedos, eso garantizado. ¡Corre ya a probarlas!
Acompañamientos Ideales
Estas alitas son tan sabrosas que pueden comerse solas, pero si quieres un plato más completo, aquí van algunas ideas:
- Un clásico que nunca falla es un arroz blanco, que absorbe la salsa y equilibra el dulzor de la miel.
- Si buscas algo más crujiente, unas patatas fritas o gajos de patata al horno son una opción ideal.
- También puedes preparar una ensalada de col y zanahoria con un aderezo de mayonesa y limón, que combina a la perfección con el sabor agridulce de las alitas.
Preparamos una mezcla -un mejunje según lo explica Darío Barrio- mezclando en un bol la soja, la miel y el zumo de los limones y espolvoreando con una cucharadita de orégano seco. Precalentamos el horno a 200ºC y mientras alcanza la temperatura ponemos las alitas sobre un silpat de silicona para evitar que se nos ensucie la bandeja del horno. Damos la vuelta a las alitas cada 5 minutos, barnizando de nuevo con el mejunje cada vez que las volteemos y las dejamos hornear hasta que estén bien doradas y con la piel muy crujiente.
En ese tiempo preparamos un arroz blanco y si queréis una ensalada de hojas verdes y servimos todo junto. Esta receta de alitas de pollo con soja, miel y limón es una de las mil posibilidades que tienen las alitas a la hora de cocinarse. Os recomiendo tomarlas a la hora de comer como entrante a compartir, o como plato fuerte después de una buena sopa calentita que podéis hacer cociendo las puntas de las alas que descartamos en la elaboración de esta receta.