La Romería de Cestos y Bollos en Santa Bárbara: Un Tesoro Cultural de Icod de los Vinos

En el pintoresco barrio de Santa Bárbara, en Icod de los Vinos, Tenerife, se celebra cada año una de las romerías más hermosas y arraigadas del norte de la isla: la fiesta de los Cestos y Bollos. Esta antigua costumbre, que se remonta a más de un siglo, perdura con fuerza y atrae a un número creciente de participantes.

Vista panorámica de Icod de los Vinos

Orígenes de la Tradición

Según relatan los habitantes más antiguos del lugar, Don Antonio Ruiz, residente del pago de La Quinta, fue quien inició esta tradición. En agradecimiento a Santa Bárbara por la abundante cosecha de un año, preparó un cesto adornado con frutas y flores para ofrendarlo a la Santa y colgarlo en la fachada de su ermita.

A partir de ese momento, los vecinos comenzaron a engalanar la fachada principal de la iglesia con hayas y castaños, donde colgaban los cestos de fruta en señal de gratitud por la generosidad de sus campos. Don Félix “El del barranco” fue el encargado de construir el arco o enramada hasta su fallecimiento; hoy en día, sus sobrinos, Mundo y Marcos, junto con otros vecinos, continúan con esta delicada labor.

Elaboración de los Cestos

Cada artesano prepara el cesto en su hogar, y una vez terminado, lo transporta en vehículos hasta la zona de La Pina. Desde allí, los cestos son cargados a hombros hasta la plaza, acompañados por vecinos ataviados con trajes típicos y grupos folclóricos. Así se forma la romería que lleva las ofrendas a la Santa, las cuales adornarán el arco durante toda la festividad.

Plaza de la Iglesia de San Marcos en Icod de los Vinos

Los cestos están decorados con frutas y verduras provenientes de las magníficas huertas del barrio. Puede durar casi toda la noche el proceso de elaboración, comenzando por elegir desde días antes las hortalizas o frutas a emplear. Luego las seleccionan por tamaño, color, etc. Preparan el cesto con sus crucetas y las atan cuidadosamente, introducen las cuerdas a las frutas u hortalizas y comienzan a atarlas por el contorno del cesto, de abajo hacia arriba, fila a fila, introduciendo entre ellas bien flores, papel de colores o helechos, para calzar bien la fruta y a la vez rellenar los huecos existentes.

Los Bollos: Dulces Ofrendas

Los bollos son canastillas con una base de masa de harina, sobre la cual se colocan figuritas de azúcar que representan diversas formas, como flores y animales. Todo esto se adorna con cintas de colores que le dan un toque especial.

Inicialmente, las monjas de Garachico y posteriormente las de La Laguna eran las encargadas de confeccionar las figuras para los bollos. En la actualidad, Doña Obdulia los elabora en su domicilio de la calle del Plano, en el casco de Icod. Desde allí, las Señoritas Proveedoras, doce en total, los llevan caminando hasta la zona de La Pina, donde se unen a los cestos y dan inicio a la romería popular.

Las cintas que adornan los bollos son de tela y, antiguamente, eran donadas por los jóvenes casaderos a las muchachas. Estas cintas eran trofeos obtenidos en otra tradición ya desaparecida del barrio: la carrera de cintas, que consistía en tratar de coger cintas enrolladas con un palo afilado mientras se montaba en bicicleta.

Una calle típica en Icod de los Vinos

Desarrollo de la Fiesta

El recorrido de la ofrenda comienza en la calle icodense de El Plano y, tras varias paradas en Lomo Blanco o La Pina, llega a Santa Bárbara. La comitiva avanza al ritmo de las parrandas, los voladores, los vasos de vino y el júbilo de los participantes.

El domingo anterior a la fiesta se celebra la bajada de la rama. La gente sube temprano al monte, algunos incluso hacen noche, y tras cortar las hayas, las bajan hasta el barrio en grandes camiones, acompañados por una caravana de vehículos engalanados. Esta rama es la que se utilizará para hacer la enramada que sostendrá los cestos y bollos.

Como broche final, se celebra "La Pelana". La comisión saliente, portando banderas amarradas a cañas, sale acompañada de una multitud para entregarlas a la nueva comisión en sus domicilios. Allí, se ofrecen viandas y buen vino del Miradero (típico de la zona) a todos los acompañantes. Al llegar a la plaza, se celebra una verbena para concluir las festividades.

Un Legado Cultural

La Subida de Cestos y Bollos crece cada año, gracias al deseo de los vecinos de transmitir a las nuevas generaciones el legado de sus antepasados y recordar un acto relevante en tiempos de grandes dificultades.

Durante el trayecto y en los lugares de descanso, los asistentes tienen la oportunidad de degustar gofio amasado por los lugareños, exquisitos rosquetes y el buen vino blanco fresco del barrio. Las isas, folías, saltonas y seguidillas acompañan al alegre viandante que baila y se divierte durante todo el recorrido. Los grupos de tocadores y bailadores, ataviados con trajes típicos de la isla, añaden colorido a la comitiva.

El santa barbero de desvive cada año en superarse en la organización del acto, no sin un gran esfuerzo personal. Actualmente son miles las personas que hacemos el recorrido acompañando la comitiva multicolor, llenas sus calles de banderas, hayas, flores de papel y cintas que con los acordes de la música típica de la tierra revolotean al viento, siendo un espectáculo digno de admirar por las calles del barrio ese día.

Como remate de fiestas, la Comisión Organizadora del evento suele preparar una gigantesca chuletada para todo el mundo, con papas arrugadas y vino fresco, para reponer fuerzas. Todo ello en la plaza, al llegar y a continuación una verbena. Todo fue inmejorable con un ambiente de lujo, la buena temperatura que siempre nos acompaña, en fin, gracias a todos y hasta la próxima vez pero, que no falte nadie.

A pesar de que algunos participantes no visten de forma adecuada, la organización debería asesorarse con expertos en la materia para mantener la autenticidad del evento.

ELABORACION DE BOLLOS - Convocatoria 2609-2021

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