En este artículo te enseñaremos a preparar una deliciosa receta de rosquillas fritas. Las rosquillas fritas son uno de los dulces más populares de Semana Santa, pero eso no quiere decir que no podamos comerlas todo el año. A simple vista podría parecer que hacer este dulce es complicado, pero nada más lejos de la realidad. Es una receta realmente sencilla.
Son dulces tradicionales que van pasando de generación en generación, y que cada uno de los que cogemos el testigo añadimos nuestro granito de arena personalizando nuestra nueva-vieja receta de la que disfrutamos toda la familia. Son dulces típicos, muy fáciles de hacer, con ingredientes de cocina diaria, económicos y deliciosos, si nunca los has hecho te invito a que pruebes esta receta, estoy segura que te va a encantar.
Los dulces de sartén son repostería muy apreciada, desde siempre hemos disfrutado de las rosquillas de anís, la leche frita, los buñuelos de viento rellenos, o las emblemáticas cañitas rellenas de crema.
Rosquillas de anís caseras
Más adelante te contaremos el origen de este pequeño dulce y qué tipo de rosquillas son las más conocidas. Pero ahora vamos al grano. La receta de rosquillas caseras de anís de la abuela que se quedará en tu vida para siempre. Las rosquillas caseras de anís de la abuela son el dulce de sartén más popular entre los más pequeños de la casa, al menos mis hijos disfrutaron siempre comiendo y haciendo estas rosquillas conmigo.
Antiguamente estas recetas se hacían “a ojo”, ya sabéis eso de “harina la que admita”, y salían recetas deliciosas pero en la actualidad con el afán de compartir recetas, hemos aprendido a pesar y medir todos los ingredientes con exactitud y no sé si el resultado es mejor que antes pero lo intentamos.
Ingredientes para las Rosquillas de Anís
- 2 huevos
- 100 g de leche
- 50 g de anís (La Asturiana)
- 80 g mantequilla casi derretida (o manteca de vaca o aceite en mismo peso)
- 600 g de harina de trigo común
- Pizca de sal
- 1 sobre de levadura de repostería 12 g (polvo de hornear)
- 1 ralladura de naranja
- 150 g de azúcar
Para rebozar
- Azúcar común (puedes mezclar con canela)
Para la fritura
- Aceite suficiente de oliva o de girasol
Elaboración paso a paso
- Tamiza la harina con la pizca de sal y la levadura de repostería.
- Vierte en un bol los huevos con el azúcar y la ralladura de naranja, la mantequilla, mezcla bien y comienza a añadir la harina a cucharadas integrando de cada vez.
- Incorporar la leche y el anís y mezclar.
- Añadir el resto de la harina, y mezclar primero a mano dentro del bol, y después amasar 4 o 5 minutos en la encimera hasta conseguir ligar perfectamente todos los ingredientes.
- Bolear la masa, guardarla en un bol y dejar reposar una hora bien tapada con film o un paño.
- Recupera la masa, pártela en dos, guarda una mitad y céntrate primero en una mitad para que te resulte más cómodo manipularla.
- Bolea ligeramente la masa y comienza a tomar pequeños trozos de masa de unos 30 g cada uno, forma una bolita, haz un agujero central en la bolita con un dedo y forma una rosquilla.
- Las primeras te servirán para saber si la temperatura del aceite es el correcto. La temperatura aconsejada para el aceite es de 170º, puedes medirla con un termómetro de cocina.
- Retira del fuego, pasa a un papel absorbente y reboza en azúcar en grano.
En un bol grande batimos los huevos con el azúcar. Si tienes una varillas eléctricas, mejor. Te facilitará el proceso y añadirás aire. ¿Sabías que cuando no existía la levadura química la forma de introducir el aire en las masas era con este batido? Si la masa es muy pegajosa, mójate la mano en aceite de oliva para que puedas manipularlas.
Cuando esté listo el aceite, metemos nuestras rosquillas y con la ayuda de un palillo (tipo palillo comida china) haremos girar a nuestras rosquillas desde el agujero. De esta forma no perderán las forma y el agujero no desaparecerá cuando se estén friendo.
El aceite no debe estar muy caliente y te recomendamos que entre tanda y tanda esperes un poquito para que el aceite se recaliente ya que al introducir la masa fría, la temperatura baja un poquito.
Cuando estén hechas las dejamos reposar sobre papel de cocina para que absorba parte del aceite sobrante pero seguido las vamos a rebozar en azúcar. No tienen que estar frías porque sino el azúcar no se va a pegar. También puedes añadirles un poco de canela por encima.
Si las quieres más dulces, puedes hacer una especie de almíbar mezclando agua y miel y luego bañarlas en azúcar.
Consejos adicionales:
- Os aconsejo formar todas las rosquillas antes de poneros a freír, así podréis atender la fritura y no habrá peligro de que se os quemen.
- Yo las frío en una sartén honda, con aceite hasta la mitad para que las rosquillas bailen en el aceite y se hagan por todas partes, al tiempo las voy girando.
- Es importante encontrar el punto de calor justo del aceite, no debe de estar demasiado caliente o las quemará por fuera y quedarán crudas por dentro. Lo ideal es medir con un termómetro la temperatura de aceite y que esté a 166 o 168º y mantener la temperatura mientras se fríe a 160º. En mi placa de inducción del 1 al 9, mientras estoy friendo la pongo al 7.
- No os desaniméis, las primeras son de prueba y casi nunca salen bien porque el aceite está demasiado caliente.
- Se mantienen perfectamente durante 3 o 4 días en un bote hermético o en una bolsa de congelación que cierre bien (con cierre de cremallera).
¿QUIERES HACERLAS EN AIRFRYER? ponlas en BAKE a 160ºC durante 20 minutos.
Os animo a probar estas riquísimas rosquillas de anís y recordad si tenéis peques, dejadles que os ayuden, siempre recordarán esos momentos amasando rosquillas con mamá o papá, son momentos mágicos que no os debéis perder. A disfrutar de estas rosquillas caseras de anís de la abuela.
Tipos de Rosquillas
Este producto tiene múltiples variantes. A día de hoy se trata de esa rosquilla tan tradicional de los pueblos que además consigue conservar su propia identidad en cada rinconcito de la geografía como por ejemplo sucede en la comunidad de Madrid donde encontramos diferentes rosquillas muy populares: rosquillas tontas, listas, de Santa Clara y francesas.
Las rosquillas es uno de esos dulces españoles más importantes. Hay recetas de rosquillas con anís y otras que no llevan anís, ya que ese aroma hay gente que no le gusta así que hoy vamos a hacer rosquillas tradicionales o roscas fritas como se llaman en otros países.
- Rosquillas tontas: las más simples y sinceramente las más secas.
Las rosquillas se pueden hacer dobles o simples. Las dobles se hacen juntando dos porciones de masa, por la cara que no ha estado en contacto con la harina para que se peguen bien. Apretando ligeramente y haciendo un agujero con las puntas de los dedos.
Freímos las rosquillas en el aceite y usamos el mango de una cuchara de madera (o un palo cualquiera) para introducirlo en el agujero y hacer girar las rosquillas. Con ello evitamos que el agujero se cierre.
Las rosquillas se hundirán al meterlas en el aceite, pero terminarán subiendo a la superficie. Cuando las rosquillas estén doradas, las escurrimos bien de aceite, retiramos a un plato con azúcar y rebozamos bien.
Podemos batir los huevos enteros, con el azúcar aromatizado en la ralladura de cítricos, y evitarnos el engorro de separar claras y yemas. En este caso necesitamos batir durante más tiempo hasta que la mezcla se haya vuelto cremosa y blanquecina.
Para un sabor a anís más intenso, añadimos una cucharadita de anís molido o semillas de matalahúga.
Las rosquillas crecen mucho al freír, por efecto de la levadura química. Conviene ser comedidos a la hora de porcionar la masa si no se quiere terminar con rosquillones en vez de rosquillas.
Cuidado con la temperatura del aceite. No ha de estar excesivamente alta o se nos quedarán crudas por dentro al tiempo que parece que están perfectas por fuera.
Rosquillas Roceñas o de Santa Águeda
Las rosquillas roceñas o de Santa Águeda nada tienen que ver con las rosquillas a secas. Estas saben a limón y naranja y tienen un toque de anís delicioso. Su textura es más blanda, son tiernas y esponjosas. Esto las convierte en unas de las mejores rosquillas que hemos probado rivalizando con las rosquillas de mi madre Rosa.
Desde la elaboración hasta la degustación, todo tiene un encanto especial en las rosquillas roceñas. Para hacerlas es necesario usar un palo con el que, introducido dentro del agujero, se gira la masa dentro del aceite. Así se evita que el agujero se cierre y mantenga su forma de rosquilla. Es divertido prepararlas y podemos involucrar en ello a los niños, pero el momento de la fritura… mejor reservarlo a los adultos.
Acompañad estas rosquillas roceñas de un buen tazón de chocolate caliente, un café con leche, infusión, leche fría o comedlas tal cual, a palo seco. Como son tiernas y jugosas entran de maravilla. Son perfectas para el desayuno o la merienda.
Lavamos bien el limón y la naranja, los secamos y rallamos. Añadimos la ralladura al azúcar y frotamos con las manos para que este se impregne bien de los aromas de los cítricos.
Montamos las claras a punto de nieve, ya sea a mano con unas varillas metálicas o con ayuda de unas varillas eléctricas.
También batimos las yemas hasta que estén cremosas y blanquecinas. Las añadimos al cuenco en el que tenemos las claras a punto de nieve y removemos con suavidad hasta integrar.
Añadimos el azúcar aromatizado con las ralladuras y la levadura y continuamos removiendo de la misma manera, con suavidad y lentamente.
A continuación, añadimos el anís, el aceite y medio vaso de mezcla de zumo de limón y naranja.
Para finalizar la masa incorporamos la harina, poco a poco y removiendo entre añadidos. Puede que necesitemos más harina de la indicada, esto dependerá del grado de absorción de líquido que tenga la harina utilizada. La masa ha de quedar blandita y ligeramente pegajosa.
Espolvoreamos con harina una fuente grande o una bandeja de horno y colocamos sobre ella bolitas de la masa. Nos enharinamos las manos para poder manipularla mejor y que no se nos pegue. Como es una masa blanda, las bolitas quedarán aplastadas.
Una vez porcionada la masa solo queda formar las rosquillas y freír. Para ello calentamos a fuego medio una buena cantidad de aceite. Usamos un cazo o cazuela grande, con altura.
En esencia es una receta muy sencilla, tanto en su elaboración como en sus ingredientes, sin embargo para que el sabor a anís resulte sutil y delicioso, empleamos anís La Asturiana, el anís que nos ha acompañado en buenos momentos. Estas rosquillas son de la época de la abuela cuando a la masa le echaba un buen chorreon de anís y toda la familia ayudaba a formar rosquillas para disfrutar de una merienda inolvidable.
¡Y ya están listas las rosquillas caseras para disfrutar en familia!Las rosquillas son un dulce tradicional en la época de carnaval, ejemplo de la herencia árabe en la repostería española. Consisten en masa dulce aromatizada que se fríe en aceite y posteriormente se reboza en azúcar o se baña con miel.
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