Mucho se ha escrito sobre las palomitas de maíz, sus propiedades, su sabor y cómo las disfrutamos en momentos de entretenimiento y tiempo libre. También sabemos cómo cocinarlas y prepararlas para que tengan los sabores que más nos gustan.
Pero más allá de su nombre, ¿dónde explotó el primer grano de maíz, dando lugar a la primera palomita? A pesar de que los orígenes de las palomitas de maíz se pierden entre la neblina del paso del tiempo, lo que sí sabemos con cierta certeza es que este alimento es originario del continente americano y que su existencia es muy anterior a la llegada de Cristóbal Colón a las costas del nuevo mundo.
En concreto, los primeros vestigios de palomitas de maíz se remontan a hace más de seis mil años en la Cueva de los Murciélagos en México y también a diferentes zonas de Perú, donde formaba parte esencial de la dieta de estas antiguas civilizaciones.
Para hacerse una idea de la antigüedad de las palomitas, hay que saber que las palomitas más antiguas fueron encontradas en la Cueva del Murciélago, en Nuevo México, hoy territorio estadounidense, entre 1948 y 1950 y tienen una antigüedad de 5.600 años.
El primer contacto de las palomitas de maíz con la cultura occidental fue precisamente con el desembarco de las tres carabelas de Colón en las playas del nuevo continente y la posterior colonización de América Latina. Cuando los españoles invadieron América en 1492, por primera vez vieron las palomitas de maíz. Esto sucedió en los rituales ya que los mexicanos utilizaban las palomitas como ornamento en tocados ceremoniales, collares y otros adornos en las estatuas de sus dioses.
Esto es algo que no debería sorprender ya que el maíz es un grano originario de esas tierras. Además fue uno de los primeros cereales cultivados por el hombre junto con la cebada y el trigo.
Igualmente, en el norte del continente americano los colonos franceses documentaron que los indios iroqueses hacían explotar maíz en cuencos de arcilla caliente, con los que más tarde elaboraban cerveza y sopas.
Las Palomitas en las Culturas Precolombinas
En el caso de México, una de las culturas que producía palomitas era la mexica o azteca, y a los granos reventados de maíz los llamaban “momochtli”. Cuando los españoles invadieron América en 1519, por primera vez vieron las palomitas de maíz. Bernardino de Sahagún, uno de los cronistas españoles más famoso, escribió en la Historia General de las Cosas de Nueva España: “Y también una serie de mujeres jóvenes bailaron, después de lo prometido, un baile de las palomitas de maíz.
Siguiendo en Sudamérica hay que destacar que en Perú, hay rastros de que los antiguos pobladores de la costa comían ‘pisancalla’, otro nombre de las palomitas de maíz, antes de la llegada de los españoles. Más concretamente, se hallaron restos de este alimento en tumbas con más de mil años de antigüedad y también se encontraron ollas para palomitas de maíz pertenecientes a la cultura Moche datadas en el 300 d. Los pueblos originarios que habitaban el territorio que hoy constituye Colombia también consumían palomitas en las fiestas, acompañadas de chicha u otra bebida, antes de la llegada de los españoles.
Ya durante la época colonial, se encontraron restos de crispetas, el nombre que dan en Colombia a las palomitas, en tumbas de hacía más de 1.500 años. También en el territorio del pueblo iroqués -hoy Canadá y Estados Unidos- los exploradores franceses descubrieron cerca del año 1612, que los indígenas hacían explotar granos de maíz en recipientes de arcilla, usando arena ardiente.
La Popularización y Masificación de las Palomitas de Maíz
La popularización y masificación del consumo de palomitas de maíz llegó gracias al ingenio del inventor Charles Cretors, que en 1885 ideó una máquina que, utilizando aire caliente, provocaba la explosión uniforme de los granos de maíz. Y como no podía ser de otra forma, una vez los vecinos y vecinas de los pueblos y ciudades, por los que Cretors pasó con su nueva máquina de palomitas para darla a conocer, probaron el delicioso manjar no quisieron seguir viviendo sin él.
El Origen de las Palomitas 🍿: Mucho antes del maíz 🌽
Una vez las palomitas se habían extendido por todo el planeta, cada uno las cocinaba como podía, normalmente sobre el fuego. De hecho, no fue hasta el año 1880 que no se fabricaron máquinas palomiteras para preparar esta golosina. Para intentar solucionarlo, al final del siglo XIX la famosa cadena de tiendas estadounidense Sears ofrecía a sus clientes la posibilidad de adquirir sacos de 12 kilos de mazorcas de maíz indio por un dólar.
No obstante, al estar un cierto tiempo almacenado, se acababa secando demasiado el grano y hacía que la mayoría no explotara. El problema se solventó ya en 1907 con la aparición de una máquina eléctrica doméstica que hacía palomitas. En la publicidad se podía leer: "de todos los aparatos eléctricos caseros, nuestra tostadora de maíz es el más ligero.
En 1929 llegó la gran depresión económica americana, e hizo que se incrementara el consumo del barato grano de maíz. Y una de las maneras más habituales y económicas de cocinarlo era tostando el grano haciendo palomitas. No obstante, el empujón final para su popularidad llegó gracias al cine.
Las Palomitas y el Cine: Una Combinación Perfecta
Bien pensado, tiene poca lógica: hacen mucho ruido al manipular la bolsa y masticarlas, se caen, manchan los dedos y es imposible ignorar a alguien que las está comiendo cerca de ti. Ya eran un snack muy popular cuando se instauraron en las salas, y las salvaron de una de mayores crisis que ha vivido la industria cinematográfica en Estados Unidos, la Gran Depresión.
Se suele creer que las palomitas solo pudieron acceder a la sala de cine cuando la Gran Depresión obligó a los exhibidores a incrementar sus ingresos vendiendo comida y bebida, pero no es cierto. Sabemos que antes de 1922 ya incluso se ofertaban máquinas diseñadas específicamente para los cines; otro asunto es que el propietario quisiera "ensuciar" su espacio con restos de comida, ni molestar a los demás espectadores con el sonido crujiente que provoca su ingesta.
Sí es cierto que la crisis económica que sumió al país tras el crack del 29 puso en un aprieto a la aún primitiva industria, y los cines tuvieron que reinventarse por primera vez -no sería la única- para seguir atrayendo al público. La sociedad americana deseaba olvidarse del gris panorama político, económico y social, y buscaba el ocio como fuera. Ir al cine a comer palomitas y beber refrescos se convirtió en el plan perfecto, barato y accesible para todos.
Aunque ya han quedado ligadas para siempre a las salas de cine, la historia de las palomitas no se detuvo con su conquista del séptimo arte. Las primeras marcas, anteriores a esa época, se preparaban en una sartén o plancha sobre el fuego, o directamente sobre brasas, pero la expansión del microondas por los hogares permitió facilitar aún más su preparación al consumidor.
Diversos Nombres para un Mismo Snack
Originarias de la América Precolombina, las palomitas de maíz se han extendido por todo el mundo, adaptándose no solo a las diferentes culturas gastronómicas, sino también a sus idiomas. En España las conocemos como “palomitas de maíz”, por las formas redondeadas que nos recuerdan a pequeñas aves a punto de alzar el vuelo, y en el mundo anglosajón son “popcorn”, utilizando la onomatopeya del sonido que hacen los granos de maíz al explotar (“pop”).
Su invasión a las culturas gastronómicas de todo el mundo ha llegado de la mano del cine, pero en cada país han adoptado una denominación diferente. En el mundo hispano, las palabras para nombrar a las palomitas de maíz son tan diversas como curiosas. Incluso dentro del estado español, tienen diferentes denominaciones en ciertas comunidades y provincias.
Aquí tienes algunas de ellas, agrupadas por países, que hemos encontrado en la web ‘de10.com’:
- Conjunto de España y varios países de habla hispana: palomitas de maíz
- Comunidades de Cataluña, Baleares y Valenciana: crispetes, roses, rosetes, bufes
- Canarias: cotufas, roscas
- Almería, Murcia y Alicante: tostones
- Granada, Jaén, Málaga: rosetas
- Aragón: pajaretas
- EEUU y países anglosajones: popcorn
- Argentina: pochoclo, pororó, pururú, ancua
- Belice: poporocho
- Bolivia: picoca, pororó
- Brasil: picocas
- Chile: cabritas
- Colombia: crispetas, maíz tote, maíz pira
- Cuba: rositas de maíz
- Ecuador: canguil
- El Salvador: rosetas de maíz
- Guatemala: poporopo
- México: crispetas
- Paraguay: pororó
- Panamá: millo
- Perú: cancha, canchita
- Portugal: pipocas
- Puerto Rico: rosetas de maíz
- República Dominicana: cocaleca
- Uruguay: pop, pororó
- Venezuela: cotufas
Ya sabes: si eres viajero y te gustan las palomitas de maíz, lo mejor es que te aprendas sus denominaciones en cada país para poder localizarlas. El olor a palomitas recién hechas ya nos transporta mentalmente a una sala de cine, y el sonido del pop que ametrallea la cocina al hacerlas caseras invita a apagar las luces y echarse en el sofá para una buena sesión en casa.
Pocos alimentos tenemos tan ligados a un acto tan concreto como las palomitas de maíz, el snack por excelencia, hogareño, familiar y colectivo. Son tan populares, asequibles y versátiles, que la industria ha probado a colorearlas, endulzarlas y aromatizarlas con kétchup, queso, cacao o mostaza, incluso las ha incorporado a productos como chocolates, galletas y helados.