Pastas Gallo: Historia de Innovación y Tradición en El Carpio, Córdoba

En la entrada de la fábrica cordobesa de Pastas Gallo en El Carpio, el trajín de los trabajadores comienza al amanecer. Junto al Guadalquivir, desde la misma puerta se distingue la torre de Garci Méndez, origen del municipio de casas de piedra y economía agroalimentaria. Hoy, todas las miradas se dirigen a los silos de la factoría de donde salen toneladas de macarrones, espirales y espaguetis.

Fábrica de Pastas Gallo en El Carpio, Córdoba

Orígenes y Expansión de Pastas Gallo

José Espona, con tan solo 20 años, fundó Pastas Gallo en 1946 al adquirir una fábrica de harinas en Rubí, Barcelona. En aquel entonces, todos los fabricantes de pastas trabajaban exclusivamente con trigo blando. Pero José Espona demostró desde sus comienzos empresariales que estaba hecho de otra pasta.

Su carácter innovador y emprendedor abrió el camino del trigo duro en España, convenciendo a un gran número de agricultores para iniciar la plantación de esta nueva variedad y sembrando las semillas que, años después, harían realmente únicos los productos de Pastas Gallo.

En 1950, Gallo introduce las primeras pastas fabricadas con sémola de trigo duro en España. En 1952, Espona construyó una nueva fábrica en Terrassa (Barcelona), a donde trasladó la anterior fabricación. La producción aumenta a 30.000 kg al día. Se amplía la gama de productos con la incorporación de harinas especiales para repostería, churrería y pastas alimenticias.

En 1956, José Espona constituye la primera semolería de España. En 1958 el fundador adquiere la Fábrica de Harinas de El Carpio (Córdoba) y la transforma en semolería. La producción en aquel momento es de 60.000 kg al día. En 1968 colocan la primera piedra de la fábrica de Granollers y Esparraguera.

A Espona le llevó 10 años crear el mercado de venta de sus pastas de sémola de trigo duro, pero cuando lo consiguió se convirtió en líder indiscutible del mercado y su conocido emblema -un gallo silueteado con la cresta roja- se hizo habitual en todas las cocinas españolas.

Logo de Pastas Gallo

El Carpio: Un Pilar en la Historia de Pastas Gallo

En 1958, José Espona compra un molino en El Carpio (Córdoba), que con los años se convertiría en la mayor fábrica del grupo. Esta expansión empresarial tuvo impacto en la familia Montori, que abandonó Tarrasa de la mano de José Espona para instalarse en El Carpio. Ahí permanece cincuenta años después.

Juan Manuel Montori vivió en la fábrica hasta que se jubiló. No era raro verlo revisando la fábrica de noche. “Era tan fino en su oficio que cuando dormía, tenía hecho el oído a la fábrica; tanto es así, que si algo fallaba, cambiaba el sonido, se despertaba y acudía a la fábrica para ver si algún motor se había ido”, comenta su hijo, que estudió Económicas y acabó trabajando en la banca.

La empresa Pastas Gallo ha decidido trasladar su producción de pasta corta y larga a la fábrica que desde hace décadas trabaja en El Carpio. En El Carpio se trabajará gran parte de la pasta seca. Dentro de ella, la llamada corta y larga, que incluye espaguetis, macarrones, pajaritas y casi todo lo que más se consume.

Para hacer este trabajo se trasladarán los casi 40 puestos que ahora se encargan de esta labor en la fábrica de Granollers. Los trabajadores que quieran trasladar su puesto a El Carpio mantendrán, precisaron fuentes de Pastas Gallo , el mismo rol que desmpeñaban hasta ahora. « No se desmantela nada», insistieron.

Impacto en la Comunidad de El Carpio

“No hay familia que no tenga a alguien trabajando en Pastas Gallo”, explica rotunda María del Carmen Muñoz, de 63 años. Sus dos hijos viven de la multinacional. Ya jubilada, cuenta con orgullo que su padre tuvo mucho que ver en las primeras andanzas de la empresa en El Carpio.

“Pastas Gallo facilitó el acceso de la mujer al mercado laboral en una época en la que eran los hombres los que llevaban el jornal a casa”, detalla la concejala de Turismo de El Carpio, Emma Fernández. “Carmeli, Mamen, Ana, Petri…” fueron de las primeras en conseguir una independencia económica.

Toda la producción de trigo duro de Blas Jiménez, agricultor de la zona, va a parar a Pastas Gallo. “Ya sembramos teniendo la certeza de que nuestra cosecha tendrá comprador y eso es una garantía”, explica Blas. “Y paga bien, a tiempo y por encima del mercado; da seguridad y estabilidad”.

Traslado de la Sede Social y Estrategias Empresariales

El Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme) confirmaba este miércoles la salida de Cataluña del grupo alimenticio, que factura al año 106,7 millones de euros y vende sus productos en más de 40 países. Un día antes ya se había registrado el cambio en la sede social de Comercial Gallo, que ingresa anualmente unos 200 millones de euros.

La empresa ha cambiado de propietarios a partir de entonces y tiene otros tres puntos de producción, pero la nueva distribución del trabajo consagra cierta centralidad. Las otras tres fábricas se dedican a placas y pasta fresca (Granollers), pasta sin gluten (Esparraguera) y pasta oriental (San Vicenç dels Horts), con lo que la demanda de lo que se hace en Córdoba es mayor.

La fábrica de El Carpio es, desde hace más de tres años, la sede social de toda la empresa. Se trasladó durante las semanas posteriores al desafío separatista del 1 de octubre de 2017 y se consumó a comienzos del año siguiente.

Innovación y Calidad: El ADN de Pastas Gallo

Espona construyó la primera semolería de España en 1956 y, en 1958, cuando apenas existía mercado para la pasta en España, compró un antiguo molino en El Carpio y lo convirtió en fábrica de pastas. Poco más de una década después, ya era posible encontrar Pastas Gallo en más de 100.000 puntos de venta en toda España.

En los años setenta, Gallo introdujo las variedades de pasta compuesta y se consolidaba como marca líder en el mercado. La obsesión de José Espona por la innovación estuvo siempre sustentada en su constante afán de aprendizaje. En 1960 viajó a Italia con el objetivo de aprenderlo todo sobre la sémola de trigo duro.

Ya en el siglo XXI y tras el fallecimiento de su fundador, Pastas Gallo continúa el legado de José Espona, primando la diferenciación en el mercado. La innovación, la calidad y la apuesta constante por los nuevos retos forman parte del ADN de Gallo, y son muchos los ejemplos que así lo demuestran, como el lanzamiento de las nuevas pastas frescas, los productos refrigerados y, por supuesto, la inauguración en 2004 de una de las plantas de productos frescos más modernas de Europa, ubicada en Granollers (Barcelona).

Siguiendo esta misma dinámica, en los últimos años, Gallo ha continuado asumiendo nuevos desafíos, como el lanzamiento de toda una gama de productos sin gluten (2004), las nuevas variedades de pasta integral y una nueva gama de pasta clásica que se prepara en solo 3 minutos (2013). En 2015, la fábrica de Esparraguera (Barcelona) se convirtió en la única del país en producir pasta sin gluten de forma exclusiva.

Gallo trabaja para ofrecer productos con la mirada puesta en consumidores que buscan una alimentación sana y equilibrada. El compromiso con la más alta calidad está garantizado con la plantación de variedades de trigo duro propias y un control integral del proceso de producción en las fábricas de Pastas Gallo. Todos los productos de la marca obedecen de este modo a los más altos estándares de calidad, garantizando a los clientes que solo lo mejor de lo mejor llegará hasta su mesa.

A lo largo de toda su trayectoria, Gallo ha sabido anticiparse a las nuevas tendencias y necesidades de los consumidores, creando productos innovadores y abriendo nuevos caminos en el mundo de la pasta (como las pastas enriquecidas con verduras y fibra o la “pasta para ensaladas”). Todo ello nos hace pensar que, muy probablemente, el rumbo que tome el sector en el futuro, continuará estando liderado por Gallo.

Variedad de productos de Pastas Gallo

Cronología de Pastas Gallo

Aquí hay una cronología de los momentos clave en la historia de Pastas Gallo:

  • 1946: José Espona funda Pastas Gallo mediante la adquisición de una fábrica de harinas en Rubí (Barcelona).
  • 1950: Gallo introduce las primeras pastas fabricadas con sémola de trigo duro en España.
  • 1952: Nueva fábrica en Terrassa (Barcelona).
  • 1956: José Espona constituye la primera semolería de España.
  • 1958: Adquisición de la Fábrica de Harinas de El Carpio (Córdoba).
  • 1961: Tras la absorción de la fábrica de Ramón Pagés, se constituye la empresa Productos Alimenticios Gallo.
  • 1968: Se coloca la primera piedra de la fábrica de Granollers (Barcelona).
  • 1969: Creación del Centro Técnico Alimentario, sociedad con los agricultores de Andalucía y Extremadura.
  • 1970: Gallo introduce las variedades de pasta compuesta y se consolida como marca líder.
  • 1978: Constitución de Comercial Gallo.
  • 1980: Adquisición de Saula en Calella y Granollers (Barcelona) y El Águila en Esparreguera (Barcelona).
  • 1988: Sofia Loren se convierte en la imagen de Gallo.
  • 2000: Gallo inicia una andadura de nuevos retos, lanzando al mercado pastas y salsas frescas.
  • 2004: Lanzamiento de la gama Sin Gluten al mercado.
  • 2014: Lanzamiento de la gama Soba al mercado, los originales Yakisoba.
  • 2015: La fábrica de Esparraguera (Barcelona) se ha convertido en la primera fábrica del país en producir pasta sin gluten de manera exclusiva.
  • 2019: Adquisición de Pastas Gallo por parte de ProA Capital.
  • 2020: Pastas Gallo adquiere Ta-tung.

Cambio de Propietarios y Futuro de la Empresa

Empresa innovadora y de éxito, marca prestigiosa y emblemática, patriarca emprendedor, una sucesión no establecida, guerra familiar por el poder en la compañía, enfrentamiento entre hermanos, falta de profesionales en la gestión, miembros de la familia que intentan monopolizar los principales cargos directivos, puesta en venta por la segunda generación, interés de los fondos de capital riesgo...

La consultora EY, que intermedia la venta, tendrá en un mes las ofertas, y antes del verano la empresa líder de la pasta cambiará de manos. Por la compra de Pastas Gallo han mostrado interés las compañías alimentarias Ebro Foods e Idilia Foods, el fabricante de las marcas Nocilla y Cola Cao.

A pesar de esto, Pastas Gallo se integrará, previsiblemente, en la cartera de alguna sociedad de capital riesgo. Para este tipo de fondos, el líder de la pasta, que podría valer alrededor de 200 millones, es una buena inversión financiera.

Pastas Gallo sufrió dificultades en la crisis, pero ahora factura 200 millones, alcanza un beneficio bruto de 20 millones y prácticamente no tiene deuda. Los fondos de capital riesgo Proa Capital, Ventura Capital y Towerbrook Capital Partners -que son los favoritos para realizar la adquisición- pueden ofrecer un mejor precio que Ebro e Idilia porque cuentan con una gran liquidez fruto de los bajos tipos de interés.

Los inversores financieros tienen problemas para conseguir rentabilidad y buscan operaciones como la de Pastas Gallo para obtener un interés adicional. Además, estos fondos pueden materializar la compra de forma apalancada, como se está poniendo de moda en las últimas operaciones realizadas.

Pastas Gallo es la típica historia de un joven emprendedor que empieza de la nada y que se hace un hueco en el mercado gracias a una innovación.

Lo que ahora ha hecho Pastas Gallo es adjudicar a cada una de sus cuatro fábricas una especialización distinta. Los productos que se harán en El Carpio ya se hacían con anterioridad en la fábrica, pero ahora será la única factoría en que se realicen. Es lo que la empresa conoce como pasta larga y corta: espaguetis, macarrones, plumas, pajaritas y espirales, entre otras.

Son los productos que tienen más demanda entre el público y casi todos los que componen el apartado de la pasta dura. El resto, las placas para lasañas y canelones, se seguirán haciendo en Granollers.

Dentro del sector de la pasta , Gallo es la marca con una cuota de mercado más amplia: un 35 por ciento. El año pasado, marcado por el confinamiento y la crisis del coronavirus, el consumo de pasta creció en toda España un 10 por ciento y eso también se vio reflejado en la actividad de Gallo, que insiste en otro concepto fundamental: la penetración de sus productos en los hogares.

En la actualidad hay 122 trabajadores en la planta de El Carpio , que crecerán con los 37 a los que se ha ofrecido el traslado desde la planta de Granollers. El secretario general de la Federación de Industria, Construcción y Agricultura de UGT (el sindicato mayoritario en la fábrica de El Carpio), Pedro Téllez , aseguró que «siempre es bueno consolidar una empresa».

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