Si eres de los que tira el pan cuando se queda duro, has llegado al lugar indicado. El pan es un alimento esencial en muchas sociedades y es común que el pan fresco se vuelva duro en uno o dos días. A medida que pasan las horas, el pan va perdiendo su frescura, la miga se endurece y la corteza está cada vez más blanda.
Pero, ¿existe alguna manera de revertir el endurecimiento y conseguir que la corteza vuelva a estar crujiente y la miga tierna? Te contamos varios trucos para devolverle su textura esponjosa y que aguante mejor por más tiempo. Ya os dimos algunos trucos para aprovechar el pan duro, pero ¿y si quieres ablandarlo?
Lo primero de todo es comprender por qué se da este efecto en el pan y se endurece tan rápido. Prácticamente se debe a la pérdida de humedad. El agua del pan se evapora y su almidón cambia, provocando que su textura se vuelva seca y dura. Este efecto es más rápido en panes artesanales y sin conservantes.
Por ello, para recuperarlo necesitamos devolverle la humedad que ha perdido. Por tanto, la clave para devolver la textura original es devolverle la humedad. Una vez que sepas qué es lo que provoca el endurecimiento, no tendrás ningún problema para mantener tu pan en buen estado un poco más.
Aprende a ablandar pan duro de la manera más fácil y correcta. La mayoría de los trucos para ablandar el pan duro se basan en algún tipo de proceso de calentamiento, ya que el calor puede invertir la retrogradación del almidón casi por completo.
Métodos para ablandar el pan duro
¡Al horno, en freidora de aire, al microondas o en la sartén!
Cómo recuperar pan duro // Truco infalible
1. Ablandar el pan en el horno
Perfecto para cuando estás preparando la comida en el horno, puedes aprovechar el calor de éste para recuperar la textura crujiente en el pan del día anterior o de hace más días sin tener que encender sólo para esto. Es una de las técnicas más sencillas y cómodas, ¡verás! Aunque tiene truco. Humedece el pan con un poco de agua , ya sea pasándolo rápidamente bajo el chorro del grifo o, de manera más sutil, agregando el agua con las manos sobre el pan. No interesa el empaparlo, recuerda. Simplemente, humedeciéndolo ligeramente ya ayudaremos a que el vapor que se cree dentro del horno rehidrate el pan.
Introduce el pan en el horno a 180ºC entre unos 5 y 10 minutos, dependiendo de su tamaño, tipo y grosor. ¡Y listo! Saca el pan del horno y déjalo templar ligeramente para no quemarte al cortarlo.
Si tienes el pan entero, puedes meterlo en el horno a unos 180 grados durante 5 o 10 minutos. Al recalentar el pan se ablandará, pero a la vez lo más probable es que la corteza se vuelva algo más dura. En cuanto al tiempo que el pan debe de estar dentro del horno para que deje de estar duro, esto va a depender del tipo de pan y deberás estar atento. En el caso de que ya tengas el pan cortado en rodajas o tostadas, lo mejor es que las metas en una tostadora porque si utilizas en horno acabarán aún más secas.
Es la manera clásica y la que lo deja más sabroso, aunque no es especialmente rápida. Para conseguir hacerlo más apetecible, deberás mojar el pan en agua durante unos segundos, envolverlo en papel de aluminio sin secar y hornearlo a 150 grados entre 5 y 15 minutos en función del tamaño. De esta manera el vapor del agua se mantiene dentro del aluminio y va devolviendo la textura al pan.
2. Usar la freidora de aire para revivir el pan
La freidora de aire llegó a nuestras cocinas para revolucionarlas y una de las maneras en las que la utilizamos casi a diario es para darle ese toque crujiente el pan ¡en sólo 5 minutos! Nos encanta hasta cuando el pan está de esa misma mañana y a la cena nos apetece que esté calentito. Aquí van la temperatura, tiempo y cómo preparar el pan para ese efecto de como si estuviese recién hecho.
Tiempo: Coloca los panecillos, el pan troceado o el pan en rebanadas en la canasta de la freidora y calienta entre 3 y 5 minutos (revisa a partir de los 3 minutos). Dependiendo del grosor, tamaño y tipo de pan. Comprueba el resultado y calienta un par de minutos más su consideras necesario.
Consejo adicional: Si el pan está muy duro, humedécelo ligeramente con un poco de aceite o un toque de agua antes de ponerlo en la freidora de aire. ¡También es ideal para descongelar el pan! Caliéntalo 5 minutos a 150 grados en la freidora de aire para descongelarlo. Depende el tamaño y el tipo de pan igual necesita un poco más de tiempo. ¿Sabías que el pan engorda menos al congelarlo?
3. Ablandar el pan en el microondas
No es nuestra opción favorita, pero el microondas también puede ser una alternativa para cuando no tenemos tiempo para precalentar el horno o la freidora de aire. Eso sí, la textura no será crujiente como la que conseguimos en estos dos, pero si que nos permitirá ablandar el pan que estaba duro de manera rápida y cómoda. Humedece el pan duro con agua, sin empaparlo, simplemente agrégale un poco de agua por encima. Calienta el pan en el microondas unos 10-15 segundos .
Para los panes planos blandos (como las tortillas, las chapatas o el naan), recalentar en el horno no es buena idea. El pan se secará ese pan, dejándolo crujiente y duro. En su lugar, lo mejor es recurrir al microondas. El microondas calienta todas las moléculas de agua, así que no lo dejará crujiente, sino que lo calentará desde el interior. En solo unos 10 o 20 segundos, el microondas invertirá los procesos de cristalización del almidón sin secar el pan.
También buscando el vapor del agua caliente, en esta ocasión se trata de envolver el pan en un trapo húmedo y calentarlo en el microondas a máxima potencia entre 10 y 30 segundos. No te olvides de comprobarlo cada 10 segundos para que no se pase.
Humedece una toalla o un paño y envuelve el pan duro con ella. Caliéntalo todo junto en el microondas a máxima potencia en intervalos de 10 segundos hasta lograr la textura deseada.
Vierte un chorro de agua fría por arriba y por abajo del pan. El agua, en contacto con el calor, genera un vapor que se queda atrapado gracias al papel de aluminio. Mételo en el microondas durante 20 segundos a máxima potencia. Debes tener en cuenta que, con este sistema, pasados unos minutos el pan volverá a estar duro.
4. Tostar el pan en la sartén
Más que para una barra o pan entero, la sartén o plancha es ideal para dar ese toque crujiente a las rebanadas de pan. Es rápido y hasta puedes aprovechar a darle un toque de sabor si quieres tostar un par de rebanadas para la hora de la comida y aprovechas la misma sartén en la que hayas cocinado. Opcionalmente, puedes rociar un poco de aceite de oliva sobre el pan o como comentábamos, aprovechar la sartén en la que has cocinado para calentar el pan. Queda riquísimo así el pan para tostadas o acompañar sopas, cremas o ensaladas.
Otras opciones para aprovechar el pan duro
A veces lo mejor es usar el pan duro con una nueva elaboración. En vez de ablandar el pan, puedes usarlo para elaborar diferentes recetas que tienen pan duro entre sus ingredientes. Puedes improvisar unas torrijas, trocearlo para preparar unos picatostes o unas tostadas francesas.
Cómo guardar el pan para que no se ponga duro
La regla de oro para guardar bien el pan es hacerlo en un lugar: seco, fresco y oscuro. Evita siempre dejarlo dentro de una bolsa de plástico y no lo metas en la nevera. El pan, si se almacena de manera correcta, debería mantenerse fresco durante unos tres días. Si tienes la suerte de tener un pan elaborado con masa madre y que esté muy hidratado, entonces podría aguantar hasta cuatro o cinco días.
1. Usar una panera
Las paneras son un lugar ideal donde guardar el pan. Quién lo diría, ¿verdad? Fuera de bromas, la panera consigue mantener el ambiente justo de humedad, la oscuridad y es bastante hermético, pero deja que algo de aire se mueva, de modo que no debería aparecer moho.
2. Congelar el pan que no necesites
Lo mejor que puedes hacer para guardar el pan que no necesites es congelarlo. Mételo, cortado en pedazos o rebanadas, en algún recipiente hermético. Para descongelarlo puedes dejarlo sobre la encimera unos 10 o 20 minutos o usar un tostador.
3. Dejar el pan en la bolsa de papel
Deja el pan dentro de la bolsa de papel en la que muchas veces lo venden también es buena idea, sobre todo si vas a dejarlo en la encimera. Mete la bolsa de papel cerrada de manera hermética dentro de otra de plástico, pero deja esta última abierta. Al guardar el pan así, el aire circulará libremente dentro de la bolsa de plástico, pero no tanto como si la bolsa de papel estuviera al aire libre.
4. Usar una bolsa de lino
El lino retrasa el proceso por el que el pan pierde su humedad al entrar en contacto con el aire, con lo que se consiguen 2-3 días más de frescura. Guardar el pan en una bolsa de lino es una opción sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Con estos trucos, el pan duro ya no será un problema en tu cocina. ¡Disfruta de tu pan como si estuviera recién hecho!