Nos encantan, no podemos negarlo. Pero, ¿alguna vez te has preguntado a cuántas calorías te enfrentas cuando eliges entre una pizza y una hamburguesa? Conocer esta información es crucial para tomar decisiones más conscientes sobre nuestra alimentación, especialmente cuando buscamos un equilibrio entre disfrutar de nuestros antojos y mantener un estilo de vida saludable.
La clave está en que este tipo de comida sea un capricho muy esporádico, y que tu dieta diaria sea equilibrada. Si es así, es importante contarte a cuántas calorías te enfrentas cuando eliges las diferentes opciones de fast-food, cómo las puedes bajar simplemente eliminando uno o dos ingredientes, y cómo hacer comida rápida rica y súper sana en casa.
No es igual una caloría de una fruta que de un hidrato de carbono de bollería procesada. Para asesorarnos, hemos hablado con Arantxa Areta, experta en alimentación energética, emocional y macrobiótica, creadora del método cetobiótico y autora del libro El poder de la alimentación cetobiótica (editorial Zenith). En su cuenta de Instagram podras encontrar recetas saludables y rapidísimas. También nos ha ayudado Itziar Digón, psicóloga experta en alimentación consciente (mindful eating).
Calorías y Macronutrientes: ¿Qué Debes Saber?
Si comparamos 100 gramos de hamburguesa con 100 gramos de pizza, la primera tiene 295 calorías y la segunda 266. Sin embargo, no es el único argumento a tener en cuenta para inclinarse por una u otra. De nuevo al comparar, la porción de pizza solo tendría 10 gramos de grasas, frente a los 100 gramos de la primera. Y si hablamos del colesterol, el trozo de hamburguesa puede alcanzar los 47 miligramos, frente a los 17 de la pizza. Por tanto, parece que la balanza se inclina a favor del producto italiano.
Una hamburguesa con queso estándar suele contener alrededor de 313 calorías, con 14 gramos de grasa. Esta combinación proporciona un 40 % de carbohidratos, 40 % de grasas y un 20 % de proteínas, según datos de Self Nutrition Data. Aunque no es la opción más saludable, su perfil nutricional no es tan alarmante como podríamos pensar.
Tres porciones de una pizza condimentada podrían aportar unas 690 calorías. Sin embargo, si nos fijamos en otros aspectos, una rebanada de pizza solo tendría 10 gramos de grasa frente al cien por ciento más de la hamburguesa.
Las grasas son más o menos las mismas, ambas saturadas, excepto si a la hamburguesa no se suma una ración de patatas u otro complemento. En cuánto a las calorías y otros aspectos, la historia cambia. Con la hamburguesa hay que cuidar mucho la calidad de la carne o incluso el pan, aunque es difícil controlarlo salvo que te la hagas tú mismo. Visto así, la diferencia con la pizza no varía mucho, pero todos conocemos el problema añadido de escoger esta opción: una hamburguesa no es nada sin su compañía. Las cadenas de fast food las ofrecen con una cantidad excesiva de ingredientes, una ración grande de patatas fritas y refresco.
Las pizzas que encontramos en supermercados y cadenas de comida rápida contienen más grasa (no siempre de oliva), azúcares y aditivos en sus masas, junto con alimentos ricos en grasas saturadas como salchichón, beicon, salami o salchichas. El queso es uno de los elementos estrella de la pizza, con un alto contenido en materia grasa.
Sin embargo, dichos carbohidratos son en realidad carbohidratos no saludables, en forma de azúcar y sin fibra, que impiden saciar el estómago y crean la necesidad de comer más.
La imagen asociada a comida basura de las pizzas puede cambiar según los ingredientes con los que está hecha la masa (harinas refinada de trigo, sal o azúcar), el grosor de esta y lo que lleva encima, además de conservantes, colorantes o aditivos. Sin embargo, volviendo a las grasas de pizzas y hamburguesas, un consumo continuo de estas si son saturadas aumenta el riesgo de problemas cardiacos, diabetes e hipertensión.
Ten en cuenta que, por ejemplo, según estimaciones, una doble hamburguesa con queso acompañada de una porción mediana de patatas fritas y un refresco no light suman 1.150 calorías.
Grasas: las calorías no son el único detalle que vale la pena destacar, pues una rebanada (120 gramos) de pizza contienen 10 gramos de grasas, mientras que una unidad de hamburguesa (85 gramos de carne) tiene 13 gramos de grasa. En suma, una porción de pizza tiene menos calorías, grasa y colesterol que una hamburguesa.
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Alternativas Más Saludables
Muchas personas ya han encontrado la vía saludable para poder disfrutar de estos dos codiciados platos de cómida rápida. Sin embargo, el problema surge cuando las grandes cadenas de comida rápida las ofrecen a tamaños fuera de lo normal y utilizan ingredientes con un alto contenido en grasa, acompañadas de patatas fritas, aros de cebolla, bebidas carbonatadas, etc. Una única comida de este tipo aporta al organismo la mitad de las calorías que necesitamos para todo el día.
Si tienes que elegir entre las diferentes pizzas del menú, lánzate a por las que lleven verduras como champiñones, aceitunas, pimiento verde, pimiento rojo, cebolla o brócoli, es decir, las que suelen responder al nombre de pizza de la huerta o vegetal. Para los quesos, dale preferencia a la mozzarella y los quesos frescos.
Si pides la hamburguesa sin queso y sin kétchup, tendría 300 calorías menos, es decir, unas 650. Y si te la haces en casa con carne ecológica, pan de semillas, lechuga, tomate, queso de cabra y una mahonesa hecha con huevo ecológico, tendría 200 calorias. ¡Imagínate el súper capricho saludable!
Lo mejor es optar por una hamburguesa con carne de calidad en pan integral y sin aderezos o con aderezos caseros. Durante mucho tiempo, la pizza ha sido considerada un “alimento chatarra” que solo ofrece calorías y carbohidratos que engordan. Como se explicó, la pizza se considera un alimento saludable, siempre y cuando se incluya en una dieta balanceada y con moderación.
Por lo tanto, lo mejor es optar por una hamburguesa con carne de calidad en pan integral y sin aderezos o con aderezos caseros.
En definitiva, cuando pidas o prepares cualquiera de estos platos, ten muy en cuenta cada uno de los componentes de los alimentos o aderezos que añadas en su interior, así como los ingredientes del pan o de la masa. Si vas a un restaurante de comida rápida que cuente con información nutricional o de componentes, échale un vistazo, y si te asusta lo que ves opta por las ensaladas preparadas sin salsas que suelen tener. Con un poco de atención, tu salud no tendrá que correr riesgos.
La opción más recomendable sería prepararlas en casa con ingredientes de calidad, naturales, frescos y de proximidad. Elige como fuente de proteínas las legumbres, frutos secos, semillas y otras proteínas no vegetales saludables como el pescado, el huevo y la carne blanca como el pollo y el pavo. Limita la carne roja de ternera o buey y evita la carne procesada como el bacon, los embutidos, tocino, salchichas y preparados de carne. Utiliza menos sal y que ésta sea yodada. En vez de ello, incrementa el uso de hierbas aromáticas y especias.
La buena noticia es que no somos el país que más fast food consume (lideran el ranking Estados Unidos, China y Japón), tal y como recoge el estudio realizado por Strategic Research Center de EAE Business School. De hecho, "los españoles son los que menos invierten en comida rápida, pues solo gastamos una media de 21,81 euros por habitante al año. A pesar de las bajas cifras, España es el país industrializado, detrás de Francia, donde más crece el gasto por habitante en los últimos años con un incremento de casi un 18%. Así, "una de las principales conclusiones de esta investigación es hay que mirar con precaución el bajo consumo que tiene España en comida rápida, ya que es uno de los países en los que prevemos que más se incremente el consumo en los próximos años”.
Sea como fuere, lo cierto es que las propuestas de comida rápida gustan y mucho, pero, tal y como hemos anticipado, son auténticas bombas calóricas, cuyo abuso nos ayuda a ganar centímetros de cintura y afectan a nuestra salud. No obstante, hay algunas que despuntan por su enorme poder calórico. Veamos cuáles son.
El Kebab: ¿Una Opción Más Saludable?
El kebab se presenta como una opción más saludable en principio, por su aporte de verduras y porque la carne está asada. Sin embargo, al hablar de ellos no hay que olvidar un análisis que hizo la OCU en 2014. Entonces, la organización de consumidores advirtió de que, en los 25 kebabs de ternera que había analizado en otros tantos locales de Madrid, había encontrado mucho almidón, conservantes y otras carnes (pollo, caballo o pavo) que nada tenían que ver con la receta clásica de ternera. La calidad de estas era de "un aprobado raspado", según sus propias palabras.
De acuerdo a sus conclusiones, los hidratos podían oscilar entre los 24 y 68 gramos y el porcentaje de grasas en la carne era entre el 17 y el 30 % (cuando normalmente la ternera tiene el 11 % de grasa rica en ácidos saturados). La OCU concluía que un kebab tenía de media 739 calorías y 4,5 gramos de sal, más que una hamburguesa del Burger King (648 calorías, 2,3 gramos de sal) o del McDonald’s (510 calorías, 2,2 gramos de sal).
A esto hay que añadir los fosfatos que la Unión Europea no prohibió en 2017 y que se añaden a la carne preparada: en gran cantidad acumulada en el cuerpo humano pueden provocar problemas renales o riesgos cardiovasculares. Si comemos la carne sin el pan del rollo y con una salsa ligera de yogur y muchas verduras (es habitual en los locales la opción de añadir lechuga, tomate e incluso humus), eliminamos las calorías, el sodio de más y los componentes de las harinas refinadas, y obtenemos un menú más nutritivo y saludable, con mucha fibra.
Comida Rápida Casera: ¡La Mejor Alternativa!
¿Sabes que en casa puedes disfrutar de la mejor fast-food en un instante? Y lo mejor de todo, en plato único y sustituyendo a una comida, exactamente igual que la comida rápida, pero con hasta 5 veces menos calorías. ¡Saca la lista de la compra!
- Batido cetobiótico - 400 calorías: Pon en un bol un vaso de leche de almendras sin azúcar, medio aguacate, una cucharada de postre de cacao crudo sin azúcar, un poco de sirope de agave crudo o de erititrol y una cucharadita de tajín. Bátelo bien. "Además de estar riquísimo, estarás nutrida y bien alimentada porque incluye grasas saludables, minerales y vitaminas. Si le pones un par de cucharadas soperas de aceite de coco y una de proteína en polvo, por ejemplo la Raw Fit (de venta en Amazonia)", aconseja Arantxa Areta.
- Wrap de pollo - 300 calorías: Puedee ser de pollo o vegetariano, con carne tipo eura, envuelta en una torilla de maíz o trigo integral, tomate en daditos y una vinagreta o una mahonesa aligerada con vinagreta y enriquecida con especias.
- Sandwich de proteínas - 450 calorías: Compra pan de proteínas o haz tú misma un pan cetobiótico. Tuéstalo y prepara una tortilla crujiente poniendo en la base una porción de queso de cabra u oveja con leche cruda. Cuando se está derritiendo el queso, le pones dos huevos encima, y cuando se esté cuajando añades el aguacate. Pon la tortilla en el pan. Está delicioso y sustituye a una comida", explica Arantxa Areta.
- Poke bowl de salmón - 350 calorías: Está de moda la comida en bowl. Este lleva arroz de coliflor, salmón, aguacate, mix de semillas tostadas, cebolla cruda, tomates Cherry, un aliño hecho con aeite de oliva vírgen extra, limón, una cucharadita de tajín, pimienta, sal y eneldo. "Además, la calidad de las calorías que estás metiendo no tiene nada que ver con las de la fast-food de muchos establecimientos", recuerda Arantxa Areta.
Muchas veces nos has escuchado recomendar la comida hecha en casa, con nutras propias manos para comer más sano, pues hoy te mostramos cómo puede cambiar el contenido calórico la composición nutricional si te apuntas a cocinar. Analizamos comida casera vs. Pizza hecha en casa vs. Hamburguesas caseras vs. Galletas caseras ricas en fibra vs. Las primeras, la opción industrial, aportan 380 Kcal por cada 100 gramos y si bien no tienen azúcares añadidos, poseen una elavada proporción de almidón que no son más que harina refinada. Por el contrario, la opción casera de galletas sin azúcar de avena y frutos secos superan las 450 Kcal por cada 100 gramos pero aportan mucha más proteína debido a que incluyen huevos y frutos secos así como una mínima cantidad de semillas. Granola casera vs. La opción comercial aporta por ración aproximadamente 180 Kcal, mientras que la granola casera ofrece poco más de 200 Kcal por ración. Nuevamente, más calorías en la opción casera que no deja de ser una alternativa muy concentrada en azúcares libres como la miel, aunque tiene mucha más fibra y por eso sacia más esta alternativa que la comercial. Barrita de cereal hecha en casa vs. Muchas apuntan al mundo del fitness y por ello son aun más atractivas pues, ¿cómo puede ser poco sano un producto para deportistas? Aporta por cada 100 gramos 500 Kcal, mientras que en casa podemos elaborar unas barritas energéticas sin azúcares añadidos, usando dátiles y avena como únicos ingredientes, por lo que también libres de grasas trans o aceite de palma. Crema de verduras casera vs. Que levante la mano quien no haya pedido nunca comida a domicilio, pues seguramente en alguna que otra ocasión has caído en la tentación de no cocinar y simplemente esperar el menú en la mesa de tu casa. En un segundo puesto ubicamos el kebab contando una unidad más salsas para analizar el menú. También se trata de un plato muy calórico y rico en azúcares y sodio en grandes cantidades, mientras que en el tercer puesto encontramos el menú de restaurante japonés en el que se incluyeron 3 gyozas, 6 rolls de sushi y una porción de tempura para el análisi. El menú de restaurante mexicano le sigue en orden de peor a menos malo a los tres primeros puestos por tener más de 7 gramos de azúcar y cerca de 1000 mg de sodio con muy poca cantidad de fibra, debido a que se compuso para el análisis de una ración de nachos con queso y dos enchiladas de carne. Sumaríamos azúcares y calorías en cantidades apreciables sin buenos nutrientes para el organismo.
Otros Alimentos Sorprendentemente Calóricos
A menudo, las hamburguesas se caracterizan por su mala fama en el ámbito nutricional. Sin embargo, es importante destacar que el contenido calórico de una hamburguesa varía según los ingredientes utilizados. Por ejemplo, una hamburguesa de pollo puede tener un perfil diferente al de una hamburguesa de ternera. Además, el tipo de queso y la cantidad de salsas utilizadas también influyen en el aporte calórico total. Es crucial no juzgar los alimentos solo por su apariencia o reputación. Muchos alimentos que parecen saludables pueden contener más calorías que una hamburguesa. Por lo tanto, es fundamental considerar el contenido nutricional completo de los alimentos y no solo su imagen.
Las palomitas de maíz, especialmente aquellas con mantequilla, son un clásico de las salas de cine. Sin embargo, una ración mediana de palomitas con mantequilla puede contener hasta 1,610 calorías. Esto equivale a la friolera de más de cinco hamburguesas con queso. El proceso de preparación de las palomitas también influye en su contenido calórico. Las palomitas hechas en casa, sin mantequilla añadida, son una opción mucho más ligera. Sin embargo, las versiones comerciales suelen estar cargadas de aditivos que incrementan su valor calórico. Es importante ser consciente de las elecciones que hacemos al consumir snacks.
Las ensaladas son comúnmente percibidas como una opción saludable. Sin embargo, la realidad es que algunas ensaladas pueden ser una bomba calórica. La ensalada César, por ejemplo, puede contener hasta 1,000 calorías. El problema principal de las ensaladas no radica en los vegetales, sino en los aderezos y complementos que se añaden. Las salsas comerciales pueden añadir cientos de calorías a una ensalada, transformando un plato saludable en uno que supera fácilmente a una hamburguesa en calorías. Para disfrutar de una ensalada saludable, es recomendable optar por aderezos ligeros y naturales, controlar las porciones de ingredientes calóricos y priorizar las verduras frescas. Por ejemplo, con esta ensalada mediterránea: un clásico de nuestras mesas.
Un sándwich de pollo con salsa puede parecer una opción más ligera que una hamburguesa. Sin embargo, la realidad es que este tipo de sándwich puede contener hasta 1,300 calorías. Las salsas como la barbacoa o el queso suelen ser ricas en azúcares, grasas y sodio, lo que contribuye a aumentar las calorías del sándwich. Además, el tipo de pan utilizado también juega un papel importante en el contenido calórico total. Para reducir las calorías en un sándwich de pollo, se recomienda elegir salsas bajas en grasa, optar por verduras frescas como acompañamiento y seleccionar panes integrales.
Las patatas chips y los chips de verdura son populares como aperitivos. Sin embargo, una porción de 100 gramos de estos snacks puede contener entre 450 y 500 calorías. Los chips de verdura, que a menudo se perciben como una opción más saludable, no siempre lo son. Al igual que las patatas chips, estas versiones también pueden estar cargadas de grasas y calorías, dependiendo de su preparación. Para disfrutar de un snack más saludable, se pueden preparar chips caseros al horno, utilizando poco aceite y una variedad de especias para dar sabor.
Los perritos calientes, especialmente aquellos con queso, son otro clásico de la comida rápida. Aunque su contenido calórico es similar al de una hamburguesa con queso, con aproximadamente 300 calorías, su perfil nutricional es menos favorable. Las carnes procesadas, como las utilizadas en los perritos calientes, están asociadas con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes. Si se desea disfrutar de un perrito caliente de manera más saludable, se pueden elegir versiones con menos aditivos, utilizar panes integrales y reducir la cantidad de salsas y quesos añadidos. De esta manera, se puede disfrutar del sabor sin comprometer tanto la salud.
Además de los alimentos mencionados, hay otros que también pueden superar a una hamburguesa en calorías. Por ejemplo, un batido de vainilla puede contener hasta 1,000 calorías, dependiendo de los ingredientes utilizados. El whisky, aunque no se consume en grandes cantidades como un alimento, también puede ser sorprendentemente calórico. Dos medidas de whisky pueden sumar alrededor de 600 calorías, lo que equivale a casi dos hamburguesas con queso. Es importante considerar el contenido calórico de todos los alimentos y bebidas que consumimos, no solo de aquellos que tienen una reputación de ser poco saludables.
| Alimento | Calorías | Grasa (g) |
|---|---|---|
| Hamburguesa con queso (estándar) | 313 | 14 |
| Pizza (100g) | 266 | 10 |
| Kebab (promedio) | 739 | N/A |
| Palomitas con mantequilla (ración mediana) | 1610 | N/A |
| Ensalada César | 1000 | N/A |
| Sándwich de pollo con salsa | 1300 | N/A |
| Chips (100g) | 450-500 | N/A |
| Perrito caliente con queso | 300 | N/A |
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