Unas humildes alitas de pollo pueden convertirse en un plato delicioso y de elaboración relativamente sencilla. Las alitas de pollo son uno de los ingredientes más habituales en reuniones de amigos, aperitivos y picoteos, y en especial para acompañarnos mientras disfrutamos viendo juntos partidos de fútbol y otros eventos deportivos. Te damos una receta base para hacer alitas de pollo fritas que enamorarán a niños y mayores.
Ingredientes y Preparación
Las alitas de pollo que vamos a hacer hoy quedan crujientes por fuera y jugosas por dentro, con una carne suculenta en su interior. Para hacer estas alitas podemos usar las que podemos encontrar en muchos supermercados que ya vienen partidas, o también podemos optar por comprarlas enteras y partirlas nosotros, dividiendo cada pieza en tres partes. Si hemos elegido alitas enteras las cortaremos en tres partes. Podemos usar las tres piezas o usar tan solo las dos más carnosas y reservar las puntas para hacer un caldo o un fondo de carne.
A continuación, revisaremos las piezas y les quitaremos las plumas. Lavamos bien las alitas y retiramos cualquier resto de plumas que puedan tener. Cortamos las alitas separando las dos porciones.
En un amplio bol pondremos agua con todos los ingredientes del adobo bien mezclados y sumergiremos las alitas. Esta mezcla, sobre todo la del agua con la sal, azúcar y vinagre desinfecta las carnes y las ablanda.
Para preparar las alitas de pollo fritas, primero limpiad las alitas: quitad la punta del hueso cortándola limpiamente, luego eliminad las plumas residuales quemándolas con un soplete. Secad bien con papel absorbente. Añadid también el pimentón y mezclad con las manos para sazonar uniformemente. Transcurrido el tiempo de la marinada, retomad las alitas de pollo y sumergidlas primero en la masa y luego en el empanado, cubriendo bien ambos lados.
El Secreto del Rebozado Perfecto
A la hora de enharinar las alitas, pondremos especias a la harina para dar más sabor al rebozado. En este punto, podemos elegir las especias o hierbas que más nos gusten. Nosotros hemos usado ajo en polvo y pimentón picante, pero si no os gusta que piquen, podéis usar pimentón dulce en su lugar. También podríamos añadir hierbas secas como orégano, tomillo o romero, curry...
En un plato hondo mezclamos la harina con más sal y pimienta y si queremos, con el ajo y el chile en polvo. Trabajando de una en una, recubrimos bien cada alita con la mezcla de harina y cuando tenemos la mitad lista, las añadimos al aceite caliente.
Para hacerlas aún más apetitosas, además, hemos pensado en acompañar las alitas de pollo con una deliciosa salsa de yogur aromatizada con cebollino, muy fácil y rápida de preparar. Salpimentad y aromatizad con cebollino picado, luego mezclad para integrar todo.
Fritura Ideal
Preparamos un cazo con abundante aceite de girasol y freímos las alitas en tandas pequeñas, a unos 170 ºC por un lado durante unos 3 o 4 minutos. Las queremos hacer de dos veces para evitar que el aceite se enfríe al añadir demasiadas alitas de golpe. Tienen que freír unos 10 minutos y quedar bien doradas.
Pondremos el aceite a calentar e iremos friendo las alitas por tandas. Se puede utilizar aceite de girasol. Freíd hasta que estén doradas, luego escurrid y transferid sobre papel para fritos.
Se recomienda consumir las alitas de pollo fritas recién hechas. Perfectas como segundo plato con una clásica guarnición de patatas fritas o una ensaladita fresca, las alitas de pollo fritas deben servirse recién hechas para disfrutarlas aún calientes...
Alternativas de Cocción: Alitas de Pollo al Horno
¿Buscáis una versión más ligera pero igual de crujiente? Aunque el pollo frito es todo un clásico, podéis probar una versión más ligera y deliciosa: las alitas asadas. La receta de hoy la suelo preparar con bastante frecuencia ya que es super sencilla, queda riquísima y además es muy sana. A mis niños y a sus amigos les encantan estas alitas por que quedan super crujientes y nada aceitosas. ¡Aprende cómo hacer alitas de pollo al horno!
La clave de esta sencilla receta será pillarle el punto a la carne para conseguir unas alitas tiernas por dentro y crujientes por fuera. El secreto consiste en untar la carne con una salsa especial y hornearla a la temperatura y tiempos correctos. Además, Karlos Arguiñano nos enseña cómo desgrasar las alitas y prepararlas para asar y nos propone la mejor salsa picante para acompañarlas. ¡Toma nota!
Pon a calentar el horno a 220 grados. Si no quieres tener que limpiar la bandeja, se mancha bastante, pon un papel de hornear sobre ella o un poco de papel aluminio. Luego coloca encima una rejilla de hornear (si no tienes lee al final de la receta). Reparte las alitas por encima de la rejilla con la piel hacia arriba. Cuando el horno esté caliente mete la bandeja con las alitas y deja unos 40 minutos o hasta que las alitas estén bien doradas y crujientes.
Una forma de saber cuando están en su punto es pasar un tenedor por la piel y prestar atención al sonido que hace. Si notas como «cruje» la piel al pasar el tenedor es que las alitas están en su punto. Si no oyes nada la piel aún está blanda y necesita más tiempo en el horno. Ten en cuenta que a veces el horno no calienta por igual en todas partes por lo que quizás las que estén más cerca de la puerta estén crujiente y las del fondo aún tienen la piel blanda (o al revés). Cuando la piel de las alitas esté en su punto saca la bandeja del horno y añade un poco de sal fina y pimienta negra molida. Sirve con unas patatas fritas, unos nachos o como más te gusten.
Al colocar las alitas sobre una rejilla permitimos que el aire circule alrededor de las alitas lo que hace que se sequen bien y queden muy crujientes. Por otro lado si la temperatura de tu horno no supera los 200ºC y no usas rejilla puede ser que las alitas empiecen a soltar agua y la bandeja se llene de líquido. Costará mucho evaporar ese agua y tendrás que alargar mucho el tiempo de horneado por lo que el interior de las alitas quedara muy seco. En unos 40 minutos suelen estar listas a 220ºC pero es mejor ir controlando a partir de los 30 minutos y alargar hasta los 50 si fuese necesario.
Otra cosa que debes tener en cuenta es que la sal deshidrata las alitas (hace que suelten el agua con más velocidad). Por eso, si no tienes rejilla lo mejor es añadir la sal con las alitas ya horneadas y así evitas problemas de que se encharque la bandeja y luego las alitas queden secas. Por cierto, una técnica que usan mucho los americanos cuando cocinan las alitas de pollo al horno para que la piel quede muy crujiente es mezclar las alitas con levadura en polvo (levadura química). Yo la he probado y quedan bien pero se nota muy poca diferencia por lo que no se si merece la pena hacerlo.
Un último consejo. Es muy frecuente, una vez horneadas las alitas, mezclarlas con algún tipo de salsa picante, como cuando se preparan las Buffalo Wings. Pero debes tener en cuenta que en este caso la piel se humedece y quedan menos crujientes. Cuanto más tiempo lleven en la salsa menos crujiente estarán por lo que mi consejo es que pongas la salsa aparte y mojes la alita justo cuando vayas a comerla.
Corta las alitas en tres trozos y retira las puntas (resérvalas para hacer un caldo). Con un cuchillo retírales las partes sobrantes de piel (lugar en el que se concentra toda la grasa). Para hacer la salsa picante, exprime el limón y ponlo en un bol. Agrega el tomate concentrado, la salsa harissa, el ajo en polvo, el comino, el pimentón, la miel, el vinagre de Jerez y 2 cucharadas de aceite. Colócalas sobre una bandeja de horno y hornéalas (horno precalentado) a 220ºC durante 20 minutos.
Podemos usar las tres piezas o usar tan solo las dos más carnosas y reservar las puntas para hacer un caldo o un fondo de carne.
En cada bolsa, añadimos una cucharada de aceite de oliva, y las hierbas y especias que más nos gusten para condimentar nuestras alitas. Si tenemos utensilios para cocinar al vacío con la técnica sousvide, dejamos las alitas a 60ºC durante una hora. Si no tenéis utensilios para esta técnica, no os preocupéis porque podéis cocinar las alitas dentro de las bolsas, con el fuego al mínimo, evitando que el agua llegue a hervir. Finalizamos la receta friendo las alitas y escurriéndolas bien en un papel absorbente.
Partimos en dos las alitas, retirándole la parte de la punta. Las echamos en un bol, les agregamos una cucharada de aceite de oliva y les damos una vuelta para que se impregnen bien y queden engrasadas. Por otra parte en un bol mezclamos la Maicena, el pimentón, la cayena molida, la cebolla y la sal. Mezclamos todo bien y lo echamos en una bolsa de plástico para congelados. Echamos dentro las alitas engrasadas y las rebozamos bien con la mezcla dentro de la bolsa.
Partir las alitas de pollo en tres piezas, desechando las puntas, que podemos guardar para preparar un caldo. Retirar los posibles excesos de piel o restos de plumas. Disponer en una fuente o en un plato hondo. Batir en un cuenco el zumo de limón con el aceite, el vinagre, la harissa, el tomate y la miel. Añadir el ajo granulado, el comino, la sal y un golpe de pimienta. Mezclar y verter sobre las alitas, repartiendo el líquido bien. Tapar con film y dejar marinar como mínimo 30 minutos. Precalentar el horno a 200ºC. Forrar con papel de aluminio una fuente o bandeja y disponer las alitas en una sola capa. Hornear 20 minutos, sacar y dar la vuelta. Pintar con el resto del marinado.
Seguidamente partimos las alitas en dos piezas, separándoles la punta que la desecharemos. En un bol mezclamos cuatro cucharadas de aceite de oliva con el tomillo, el comino, la sal y la pimienta, revolvemos con un tenedor y bañamos las alitas con esta mezcla. Colocamos el pollo en una bandeja para horno y horneamos las alitas durante treinta minutos, dándoles la vuelta a mitad de cocción. Mientras mezclamos en un bol la mostaza, la miel, la salsa Perrins y el vinagre de arroz, cuando pase el tiempo les añadimos por encima esta mezcla y dejamos hornear diez minutos más.
Precalentar el horno a 200ºC y preparar una fuente o bandeja. Separar las alitas de pollo en dos partes, quitar el exceso de grasa si fuera necesario, secar con papel de cocina y salpimentar. Rebozar ligeramente en pan rallado y disponer en la fuente. Hornear durante unos 20 minutos. Mientras se asan, colocar la miel en un cazo pequeño con la mostaza, el tomate, la harissa o pasta de chile, la salsa de soja, el vinagre, un chorrito de agua y una pizca de pimienta. Calentar sin llevar a ebullición y dejar que espese un poco. Sacar las alitas cuando se hayan dorado, pintar con la salsa y reservar lo que sobre.
Comenzaremos precalentando el horno a 200 grados con calor abajo y grill por arriba. Limpiamos las alitas y las colocamos en una bandeja refractaria impregnadas con el aceite y sal. Asamos la alitas hasta que estén doradas, como unos 40 minutos aproximadamente. Mientras tanto en un bol pelamos los dientes de ajo, añadimos la miel, la salsa de tomate, el zumo de naranja, el vinagre blanco, la sal y el pimentón. Con una batidora trituramos todo hasta que no se vean grumos. Pasamos la mezcla a un cacito que pondremos al fuego medio, entonces coceremos la salsa durante diez minutos sin tapar para que se reduzca removiendo frecuentemente.
Empezamos salpimentando las alitas. A mi me gusta dejarlas enteras, sin partir y limpiadas solo burdamente, para que tengan un aspecto más basto y terrorífico, lo más parecido a que si realmente fueran murciélagos. Luego ponemos las alitas a dorar en la olla express con un poco de aceite de oliva y, cuando se hayan dorado, añadimos un chorrito de coñac y dejamos que reduzca. Mientras tanto, habremos preparado la salsa mezclando la soja, la miel y el ketchup. Vertemos ahora la salsa en la olla, removemos bien para que se impregnen bien las alitas, cerramos, dejamos que se caliente y cocinamos a presión durante cinco minutos.
Comenzaremos limpiando las alitas de alguna pluma que le haya quedado, las partimos a la mitad. Mezclamos en un bol grande la miel, el jengibre fresco rallado, la salsa teriyaki y la pimienta blanca para hacer la marinada. Echamos en ella las alitas, mezclando bien la carne con la salsa. Dejamos reposar diez minutos dentro de la marinada, y removiéndolas de vez en cuando para que se impregnen bien. Precalentamos el horno a 200 grados, y colocamos una bandeja refractaria forrada con papel de hornear. Colocamos las alitas en brochetas de madera y las disponemos en la fuente.
Vamos a picar finamente los ajos que vamos a poner a freír a fuego muy lento en un wok o en un sartén honda con el aceite. Los dejamos unos cinco minutos para que empiecen a dorar ligeramente. Enseguida agregamos las alitas de pollo que sellamos por unos tres a cuatro minutos de ambos lados. Mientras tanto calentamos en una olla el agua junto con el vinagre, la soja y la hoja de laurel. Cuando lleguen al punto de ebullición, bajamos la lumbre al mínimo y agregamos el azúcar revolviendo simultáneamente muy bien para que se integre. Finalmente añadimos la salsa Tabasco para darle el toque picante. Si lo prefieres menos picante puedes reducir la cantidad de Tabasco en la preparación. Pero la idea es que pique, así que mejor déjalo así. Ahora vamos a vaciar toda esta deliciosa salsa picante que hicimos en el wok o sartén en el que tenemos las alitas de pollo. Revolvemos y dejamos siempre a fuego bajo, por unos 10 minutos. Pasamos ahora las alitas a una bandeja para horno, les rociamos parte de la salsa sobrante y horneamos a unos 180ºC, por unos 30 minutos.
Comenzaremos en un bol preparando la marinada con todos los ingredientes excepto con el aceite de oliva. Añadiremos las alitas de pollo y les daremos vueltas con una cuchara para que se impregnen bien con la salsa. Dejar reposar en ella media hora. Seguiremos precalentando el horno a 200ºC. En una bandeja plana de horno pincelada con el aceite de oliva disponer las alitas de pollo en una sola capa con parte de su marinada. Hornear durante 25 minutos.
Cuando compremos las alitas, le pediremos a nuestro carnicero que las divida en las tres secciones que tienen. Las dos secciones más gruesas que contienen la carne son las que utilizaremos para nuestra receta. La punta del ala la utilizaremos para enriquecer un caldo de pollo para que tenga sabor intenso, cuando lo hagamos con unas carcasasy algunas verduras. Preparamos una mezcla -un mejunje según lo explica Darío Barrio- mezclando en un bol la soja, la miel y el zumo de los limones y espolvoreando con una cucharadita de orégano seco. Removemos bien hasta que la mezcla es homogénea. Precalentamos el horno a 200ºC y mientras alcanza la temperatura ponemos las alitas sobre un silpat de silicona para evitar que se nos ensucie la bandeja del horno. Una vez colocadas, las barnizamos sin escatimar cantidad con el mejunje y las metemos al horno. Damos la vuelta a las alitas cada 5 minutos, barnizando de nuevo con el mejunje cada vez que las volteemos y las dejamos hornear hasta que estén bien doradas y con la piel muy crujiente. El proceso tardará aproximadamente 35 minutos. En ese tiempo preparamos un arroz blanco y si queréis una ensalada de hojas verdes y servimos todo junto. Os recomiendo que preparéis servilletas de papel pues las alitas se comen con las manos y la salsa de soja miel y limón ensuciaría mucho las de tela.
Vamos a poner las alitas sobre una bandeja para horno previamente engrasada con unas gotas de aceite. Las ponemos en el horno, a 150ºC, por unos 20 minutos. Mientas tanto vamos a picar la cebolla, los dos o tres chiles chipotle en adobo. Calentamos un poco más de aceite en una olla poniendo a freír primero la cebolla por unos 3 minutos. Agregamos los chiles picados, el ketchup, la salsa Worcestershire y un poco de sal. Revolvemos bien e integramos inmediatamente el caldo de pollo. Dejamos en la lumbre unos 10 minutos a que reduzca la salsa. Vaciamos la salsa en un cuenco lo suficientemente grande para que quepan todas las piezas de pollo. Sacamos del horno las alitas y las ponemos en el cuenco. Revolvemos y dejamos marinar unos 30 minutos. Volvemos a poner las alitas sobre la bandeja y las rociamos con la salsa.
Elaboración: Esta receta se puede hacer con tantas alitas como quepan en la superficie de la bandeja de tu freidora sin aceite. Ahora bien, solo pueden ocupar una capa. En ningún caso pueden estar superpuestas o no lograremos que queden crujientes. Esto limita mucho la cantidad de alitas que podemos hacer, que en muchos casos no pasarán de tres o cuatro. Si las alitas no están partidas, pártelas en dos mitades. Colócalas en un bol y condiméntalas con pimenton dulce o picante, unas vueltas de pimienta negra recién molida, una pizca de sal y ajo granulado al gusto. Asegurate de que las alitas estén bien embadurnadas por las especias en todos lados. Dispón las alitas en la bandeja de la freidora sin aceite sin que se superpongan, y prográmala a 180º C durante 15 minutos. Pasado este tiempo, cocínalas a 200º durante 5 minutos.
Comenzaremos limpiando las alitas y partiéndolas en tres partes, desechando la parte de la punta del ala. En una ensaladera, mezclamos la salsa de tomate, la salsa Worcestershire, el azúcar moreno y la mostaza. Separamos una cuarta parte de la salsa y la metemos en la nevera. Añadimos las alitas a la marinada restante, las impregnamos bien y dejamos la mezcla en el frigorífico durante tres horas más o menos. Precalentamos el horno a 220 grados. Engrasamos una bandeja refractaria con un poco de aceite o mantequilla, echamos las alitas con su marinada y horneamos durante 30 minutos, girándolas de vez en cuando.