Las Hurdes: Tierra sin pan - Un Análisis Profundo del Documental de Luis Buñuel

“Las Hurdes: Tierra sin pan” es un documental rodado por Luis Buñuel en 1932, justo al principio de la Segunda República Española, periodo muy breve que dura desde 1931 hasta 1936. En octubre de 1929, Francisco Elías Riquelme filma la que es considerada la primera película sonora del cine español, El misterio de la Puerta del Sol, estrenada en enero de 1930. Unos años después, concretamente en 1933, Luis Buñuel rodaría la que sería su tercera obra y única de carácter documental, tras Un perro andaluz (Un chien andalou, 1929 y La edad de oro (L’âge d’or, 1930). Se trata de Las Hurdes (Tierra sin pan).

La tesis investiga y analiza el proceso de creación y de recepción del filme documental de Luis Buñuel sobre Las Hurdes, realizado en 1933. La investigación arranca con los procedentes históricos, metafóricos y visuales de la obra, que se encuentran en los viajes anteriores de Miguel de Unamuno y, en particular, de Alfonso XIII y en el fotoperiodismo que la visita real provocó, así como en el estudio de geografía humana de Maurice Legendre, en el que Buñuel se inspiró abiertamente. La investigación pone de relieve el carácter anarco-surrealista del filme, tanto en virtud del equipo de producción y filmación que lo realizó, como de su puesta en escena.

Paisaje de Las Hurdes

Contexto Histórico y la "Misión Pedagógica" de la República

La República tenía una “misión pedagógica” que quería cumplir con el cine. Pretendían usarlo, creyendo que la cámara sería objetiva, para mostrar una buena cara de la sociedad y ocultando siempre el lado negativo y desagradable que toda realidad posee. Marañón y Buñuel pensaban lo mismo sobre el gran problema de la sociedad: “El problema vital de nuestro país es, ante todo, un problema de instrucción, y que todos nuestros males se curarán con una droga y nada más que con ella, que se llama: conocimiento”[ii].

Sin embargo, Buñuel no lo veía con la misma perspectiva, y por esta razón, hizo el documental como signo de denuncia y protesta hacia la autoridad. Esta polémica tiene dos vertientes: por una parte nos encontramos con un documental de “misión pedagógica” completamente contrario a lo que pretendía la República. A diferencia de otros documentales como “Estampas”, en “Las Hurdes” se muestra la realidad tal y como es, aunque en muchos aspectos provocada (como el artificial despeño de la cabra, que en realidad fue abatida con una escopeta, o la muerte fingida de la niña con enfermedad de encías). Y por la otra parte nos encontramos con una película dual. Aunque se dice que Luis Buñuel abandona el surrealismo que usó en “Un perro andaluz” no es del todo cierto. La forma de usar las escenas es cruda, objetiva y cortante, cosa que ya había hecho en “La Edad de Oro”.

Nos habla de las enfermedades como el paludismo, de las provocadas por los incestos cometidos, y lo acompaña con imágenes sobrecogedoras que hacen que nos afecten e impresionen mucho más. Exactamente, fue en diciembre de 1936 cuando la película se sonorizó en París en francés y en inglés, sin estar claro si financiada por la Embajada española, para su difusión internacional. Se consideró que Las Hurdes era un título geográfico insustancial para el público en general y pasó a denominarse con el dramático y propagandístico nombre de Tierra sin pan. No hay que olvidar que España se encontraba en plena guerra civil tras el golpe de estado en una sublevación que perpetraron los militares para intentar derribar al gobierno de la Segunda República, que entonces estaba integrado por la coalición de izquierdas del Frente Popular.

Inspiración y Producción

Luis Buñuel dejó claro que la principal inspiración para su documental fue la tesis doctoral del francés Maurice Legendre, titulada Las Jurdes. Étude de géographie humaine, publicada en 1927. Con mirada de etnógrafo y tras describir las características de la geografía de la zona, se interesa mayoritariamente por sus gentes y formas de subsistencia. La región, rodeada de barreras, según Legendre, ha atrapado a todo aquel que se ha atrevido a franquearlas.

También el título de Tierra sin pan deriva de comentarios de Legendre al referirse a ese alimento básico como un producto de lujo para los hurdanos. Por otra parte, Las Hurdes puede incluirse dentro del cine documental etnográfico, ya desarrollado en 1933. El extrañamiento que producían tales obras calaron en artistas como Picasso, Matisse, Max Ernst, Modigliani, Dalí o Cernuda.

Pero, sobre todo ello, el impulso último que llevó a Buñuel a la realización del filme fue el proyecto frustrado sobre el rodaje de un documental en la misma zona, en Las Hurdes, por el director francés Allégret, autor de Prix et profits/La Pomme de terre, sobre explotación de campesinos. Buñuel no desaprovechó la ocasión y se apropió del operador Lotar y de la cámara que ya poseía. Claro, que en último término no hay que olvidar el billete de lotería que resultó afortunado con un premio en Navidad adquirido por el amigo de Buñuel, Ramón Acín, lo que le dio la oportunidad a este último de convertirse en productor del filme.

Fotograma del documental Las Hurdes: Tierra sin pan

Puesta en Escena y Manipulación

Como el propio testimonio de Eli Lotar confirma, además de muchos otros indicios como por ejemplo descartes de montaje, todo el filme de Buñuel está reconstruido, elaborado, representado. Se organizaron con detalle las escenificaciones de los personajes y se produjeron ensayos y repeticiones. Los campesinos hurdanos interpretaban como actores sus propios papeles. Todas las tomas tuvieron que ser retribuidas a los lugareños y el intervencionismo en la puesta en escena fue mayúsculo.

Además, debemos añadir aquellas escenas que se crearon específicamente a voluntad de Buñuel. La cabra que se despeña es abatida por un disparo del realizador e igualmente mató a tiros al burro después del ataque de las abejas; la niña con la boca infectada no murió; el bebé que entierran estaba dormido; la frase escrita por un escolar en la pizarra, “Respetad los bienes ajenos”, fue sugerida por el aragonés… ¿Manipulación testimonial? Según declaraciones del propio director, fue a la zona a filmar “lo peor”.

Y el realizador de Calanda no dudó en escarbar entre lo más triste, lo más crudo, lo más desgarrador. Y si no se ponía a tiro, no dudaba en recurrir a la ficción pura y dura para recrear un doloroso y tétrico panorama de pobreza y subdesarrollo. Hay que tener presente que por mucho que acerquemos el género documental a la objetividad, el cineasta/autor siempre se sitúa en elemento creador de la narración.

Análisis Estilístico y Temático

Así denominó el propio Luis Buñuel a su obra sobre Las Hurdes. Desde luego, nos encontramos ante un insólito documento en el que se mezclan el cine de denuncia social, el etnográfico y el surrealista. Ya introducíamos en el apartado anterior que “la realidad” ha sido previamente construida como una explicación. Cada fragmento tienen su función ocupando un lugar para que lo caótico cotidiano se transforme en armónico.

El proyecto político de denuncia abordado por Buñuel en Las Hurdes muestra de manera meticulosa y descarnada lo más provocativo de la indigencia: deformaciones físicas, enfermedades como el bocio o el paludismo, envejecimientos prematuros, degeneraciones varias…Nos ofrece una realidad desmesurada, incontenible, que se empapa de la esencia surrealista para alcanzar la superrealista. Un realismo tremendista emparentado con la “España negra”, desde Valdés Leal, Gutierrez Solana o Francisco de Goya.

Buñuel, con Las Hurdes, nos exhibe un gran ejemplo de que una realidad desoladora puede transformarse en una pesadilla con un objetivo de mensaje político y social. Lo monstruoso nos conduce a lo surrealista, incluso a lo distópico en una sociedad que no es futura. El empeño en reconstruir el hambre, la disentería, las infecciones o las penurias, la recreación de lo más macabro o grotesco se enlaza también con instantes indudablemente surrealistas en concatenación de imágenes o ideas sumergidas en la falta de lógica.

En cualquier caso y ante todo, la película revela crueldad al rascar con tremenda dureza un microcosmos oscuro y depauperado.

Las Hurdes, Tierra Sin Pan (subtítulos en español) - Luis Buñuel (1932)

Las Hurdes se configura como una obra repleta de referencias intertextuales dentro de la filmografía de Luis Buñuel.

Indudablemente, el primer plano del ojo del burro muerto en Las Hurdes retrotrae al ojo cortado de Un perro andaluz. Además, a los hurdanos que el aragonés exhibe en Las Hurdes podemos encontrarles sus raíces en La edad de oro (L’âge d’or, 1930), en la tragedia que rodea a los proscritos andrajosos de su inicio. Con Los olvidados (1950) igualmente se detiene Buñuel en paisajes degradados que han llegado a denominarse “Hurdes de asfalto”.

Siguiendo con estas referencias, hemos señalado con anterioridad la inclusión en el documental del entierro de un niño que en realidad, estaba dormido. Pues bien, esta escenificación parece que dejó satisfecho a Buñuel y recurrió a nuevos entierros fluviales en sus películas mexicanas Subida al cielo (1951) y El río y la muerte (1954). Además, la decapitación de gallos también se erige en una provocación sádica equiparable a la del ojo cortado de Un perro andaluz.

Precisamente y de un modo certero, el director Salvador Simó tituló su largometraje de animación sobre Las Hurdes como Buñuel en el laberinto de las tortugas. El documental del autor aragonés al que nos hemos querido acercar, indudablemente, bebe de raíces surrealistas y vanguardistas. Pero lo hace desde un estilo que quiere aparentar neutralidad y alejamiento.

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