Las tortas de aceite son una de las elaboraciones dulces de la gastronomía andaluza más tradicionales y populares que podemos encontrar en España, junto con los pestiños, las hojuelas de miel o los borrachuelos. Conocidas de norte a sur y de este a oeste del país, no hay tienda de alimentación ni supermercado en la que no se vendan.
Hay poca certeza sobre su origen. Según el saber popular, los estudios de pastelería apuntan hacia recetas árabes, judías o mozárabes de la mitad meridional de la península ibérica. Igualmente cuenta que las tortas de aceite son típicas de Castilleja de la Cuesta, un pueblo de Sevilla donde se elaboran desde el siglo XIX. Las pioneras en su fabricación fueron Inés Rosales y Concepción Cansino, quienes las llevaban en canastos para venderlas en Castilleja y en Sevilla. Después nacieron obradores dedicados a su elaboración.
Las tortas de aceite de Castilleja de la Cuesta, Sevilla, están protegidas por la denominación Especialidad Tradicional Garantizada de la Unión Europea, junto con otros tres productos españoles: el jamón serrano, la leche de granja y los panellets.
Las Tortas de Anís Inés Rosales son mucho más que un producto emblemático de la gastronomía española; son un símbolo de tradición, sabor y cultura que ha conquistado paladares durante más de un siglo.
La historia de Inés Rosales se remonta a 1910. Inés Rosales, una mujer valiente y trabajadora comenzó a hacer unos dulces tradicionales del Aljarafe, llamados ‘Tortas de Aceite’, siguiendo una receta tradicional que se había ido transmitiendo de generación en generación.
¿Cómo comenzó todo? Inés empezó elaborando las tortas de manera artesanal en su hogar. Con ingredientes simples como harina, aceite de oliva, azúcar y anís, estas tortas destacaban por su sabor único y su textura delicada.
El éxito local pronto se expandió. Durante las primeras décadas del siglo XX, las Tortas de Anís llegaron a las principales ciudades de España y, posteriormente, traspasaron fronteras.
La receta de las Tortas de Aceite no ha variado desde entonces, se mantiene fiel a la original, como bien indica su nombre, Tortas de Aceite Original Inés Rosales.
Elaboración de las tortas de aceite Inés Rosales
¿Qué hace especiales a las Tortas de Anís Inés Rosales?
Las Tortas de Anís no son simplemente un alimento, sino una experiencia cultural que nos conecta con las raíces de Andalucía. Su presencia en hogares de todo el mundo demuestra que la combinación de tradición, calidad e innovación sigue siendo un receta para el éxito.
- Versatilidad culinaria: Ideales para acompañar con café, té o incluso con quesos y mermeladas.
- Sabor inigualable: La mezcla de dulce y salado las hace irresistibles.
- Presentación única: Envuelta en papel tradicional, cada torta se convierte en un regalo especial.
Aunque las tortas originales son las más reconocidas, Inés Rosales ha sabido adaptarse a los tiempos, lanzando nuevas variedades para satisfacer a todos los paladares.
A pesar de los avances tecnológicos, las Tortas de Anís Inés Rosales siguen elaborándose con el mismo método artesanal que las hace únicas. Cada torta es moldeada a mano, lo que garantiza que no hay dos iguales.
Ingredientes Clave
- Aceite de oliva virgen extra: Protagonista indiscutible, que les aporta un sabor inconfundible.
- Anís: Su característica nota aromática y dulce.
- Harina y azúcar: La base que da forma y dulzura a esta delicia.
- Un toque de sal: Para realzar los sabores naturales.
Inés Rosales no solo es sinónimo de tradición, sino también de compromiso con el medio ambiente.
Receta Casera de Tortas de Anís Estilo Inés Rosales
A pesar de lo sencillo que resulta meterlas en la cesta de la compra, preparar unas tortas de aceite estilo Inés Rosales es bien sencillo.
Ingredientes:
- 300 grs de harina
- 125 ml de aceite de oliva virgen extra
- 100 ml de agua
- 15 grs de azúcar
- 20 ml de anís dulce
- 15 grs de anís en grano
- 5 grs de ajonjolí (sésamo tostado)
- 3 grs de sal
- 2 grs de levadura seca o 6 grs de levadura fresca
Preparación:
- Echamos todos los ingredientes en el vaso y programamos 2 minutos, velocidad espiga.
- Dejamos descansar 5 minutos y volvemos a poner 2 minutos velocidad espiga.
- Otro reposo de 5 minutos y un último amasado de 2 minutos, velocidad espiga.
- Sacamos la masa a un bol, tapamos y dejamos reposar 20 minutos.
- Cogemos porciones de 50 grs, las boleamos un poco y las dejamos reposar 30 minutos.
- Estiramos cada porción sobre la encimera con la mano bien fina, con la masa extendida en la mano (se pega fácilmente).
- Pasamos la cara de abajo de la masa sobre un plato con azúcar, la ponemos sobre un papel de horno en una bandeja con la parte del azúcar hacia arriba, horneamos a 200° unos 10 minutos con calor arriba y abajo y ventilador hasta que las veamos doraditas, las sacamos a una rejilla y las dejamos enfriar.
Mezclamos los ingredientes secos en un recipiente hondo y amplio, es decir, la harina, el azúcar blanco, el azúcar moreno, la canela molida, la sal, la levadura seca de panadería y las semillas de sésamo. Hacemos un hueco en el centro y añadimos el aceite con el anís (frío), el agua y el licor de anís. Mezclamos de nuevo hasta homogeneizar. Comenzamos con una cuchara de madera y, cuando no podamos más debido al espesor que va adquiriendo, después con las manos.
Transcurrido este tiempo amasamos de nuevo para desgasificar la masa y la dividimos en 12 o 14 bolas. Para que salgan iguales recomendamos pesar el total de la masa y dividir en la cantidad de tortas que queráis hacer. Boleamos las porciones de masa y aplastamos con la palma de la mano sobre la superficie de trabajo, formando un disco. Colocamos las tortas sobre las bandejas de horno, dejando un poco de separación entre unas y otras.
Espolvoreamos con azúcar por toda la superficie de las tortas y cocemos en el horno, previamente precalentado a 220ºC con calor arriba y abajo, durante unos 6-7 minutos o hasta que comiencen a tomar color. Podemos hornear las dos bandejas a la vez y así ahorrar tiempo de cocción y electricidad.
Una vez concluido el proceso de amasado se procede a la división de la masa en porciones. En la Fábrica de Tortas dividimos la masa en piezas de igual peso y a continuación se da la forma “manualmente” a la torta a través del equipo de Labradoras. Este proceso de extendido de la masa es el que confiere a la torta de aceite su apariencia especial, característico, esa textura con zonas más finas y que hace que cada Torta sea única.
El producto elaborado es unos 13cm y de poco milímetros de grosor, por lo que tarda poco en hacerse al horno.