La Coca-Cola, el refresco más popular a nivel mundial, ha sido objeto de numerosos estudios científicos que han revelado los efectos perjudiciales de su consumo excesivo en la salud. Si bien un consumo moderado puede no suponer un gran riesgo, la ingesta frecuente y adictiva de esta bebida puede acarrear graves consecuencias para el organismo.
Impacto del Consumo Excesivo de Bebidas Azucaradas
Un estudio publicado en la revista JAMA y retomado tras la declaración de estados de alarma sanitaria a nivel global, analizó datos de 452.000 hombres y mujeres de 10 países europeos, incluyendo España. Uno de los hallazgos más destacados es que la asociación con problemas de salud se establece tanto con refrescos azucarados como con edulcorados.
En cualquier caso, que los refrescos -sobre todo los azucarados- no son buenos en el contexto de una alimentación saludable no es algo nuevo ni que nos deba sorprender.
El consumo habitual de bebidas azucaradas puede provocar un aumento de peso, caries, afectar a nuestro cerebro e incluso hacernos envejecer más rápido, según distintos estudios médicos. La ingesta excesiva está también asociada a alteraciones metabólicas y problemas cardiovasculares.
De cada 100 nuevos casos de diabetes tipo 2, aproximadamente 10 son causa directa del consumo de bebidas azucaradas. Además, también se puede observar que, de cada 100 diagnósticos de enfermedad cardiovascular, al menos 4 también están relacionados con las bebidas azucaradas.
Riesgos Asociados a la Coca-Cola
La Coca-Cola es de esos productos que han sido objeto de escrutinio por parte de la comunidad científica por ser un producto alimenticio malo y poco saludable. Esta marca (y muchas otras) simbolizan todos los refrescos que no son más que azúcar o refrescos endulzados artificialmente con colorantes. Además, la tendencia a consumir estas bebidas ha aumentado con la introducción de las versiones dietéticas. Estas versiones afirman no tener azúcar añadido, lo que puede controlar el factor peso o incluso eliminar la cafeína. Sin embargo, esto no suple sus efectos nocivos, e incluso los empeora.
- Cafeína, azúcar y aspartamo: Estos productos están presentes en los refrescos azucarados. Coca-Cola ya ha sido demandada en algunos países desarrollados por utilizar aspartamo, que provoca varias enfermedades. Los niños deberían tener estrictamente restringido el consumo de productos con aspartamo. Además, la cafeína y el azúcar son muy adictivos, lo que provoca otra serie de enfermedades como la diabetes y un hábito de por vida de ingerir cafeína en el cuerpo.
- Fallos renales: El azúcar no es la causa de la insuficiencia renal, pero sí lo son los edulcorantes artificiales. Por lo tanto, el consumo de versiones dietéticas de Coca-Cola han demostrado producir más deterioro que las versiones normales.
- Disminuye el nivel de metabolismo: Una lata de Coca-Cola puede ser en muchas ocasiones la bebida perfecta, pero realmente disminuye el metabolismo y ayuda a destruir las enzimas en poco tiempo. Por lo tanto, una lata de Coca-Cola Light o Coca-Cola normal después de un entrenamiento o un día ajetreado no es aconsejable.
- Obesidad y diabetes: La obesidad nunca fue un problema importante cuando no existía la Coca-Cola o productos similares. Pero con la llegada de estos, una gran parte de la población se está volviendo obesa, incluidos niños y adolescentes. La obesidad es la raíz de enfermedades que afectan al corazón, los pulmones y los riñones. Las investigaciones también han demostrado que la obesidad puede desencadenar células cancerosas. Del mismo modo, los pacientes con diabetes nunca deben tomar bebidas como Coca-Cola, ya que duplican el nivel de azúcar en sangre.
- Daños en dientes y huesos: El nivel de pH de la Coca-Cola es de 3,2, que es bastante alto. Este nivel de pH determina la naturaleza ácida de un líquido. Por lo tanto, estas bebidas son ácidas por naturaleza y pueden disolver huesos y esmaltes muy rápidamente. Los expertos en salud dental recomiendan limitar el consumo de estos refrescos para reducir el riesgo de caries dentales.
- Problemas de reproducción: Una investigación ha demostrado que las latas de Coca-Cola están recubiertas de sustancias químicas que pueden provocar problemas de reproducción con el consumo regular.
En general, está claro que beber Coca-Cola a diario no es una decisión saludable. Existen muchos riesgos asociados, y puede que ni siquiera sea la mejor opción para tu salud. Si estás pensando en beber Coca-Cola a diario, es mejor que pienses primero en las consecuencias. Una de vez en cuando no te va a generar grandes problemas, pero si puedes evitarla, aún mejor.
Desde luego, un vaso de agua fría puede resultar menos atractivo, pero es mucho más sano y una mejor opción en términos de supervivencia estricta si lo comparamos con una Coca-Cola, ya que esta deshidrata.
El Sodio en las Bebidas Carbonatadas
Las bebidas carbonatadas o con gas se encuentran entre las bebidas más consumidas que existen a nivel mundial, sin embargo, a pesar del consumo elevado, tienen efectos pocos deseables para la salud. En cualquier refresco con gas e, incluso, en el agua con gas, las burbujas se consiguen con carbonato sódico. Esta sal concentra mucho sodio, que junto con el cloro, son los componentes de la sal.
En muchos países, y España no es una excepción, se excede el consumo recomendable de sal por parte de la población. En la sal, el elemento perjudicial para la salud es el sodio, y ésta está presente en grandes cantidades en las bebidas con gas. La Organización Mundial de la Salud recomienda a la industria alimentaria que reduzca los niveles de sodio presentes en los alimentos porque son perjudiciales para la salud.
El sodio afecta a la presión arterial, ya que hace que esta aumente, siendo la hipertensión uno de los principales factores de riesgo de los accidentes cerebro y cardiovasculares (ictus e infarto respectivamente). Estas dos patologías son la principal causa de muerte en el mundo, por encima del cáncer. Hay que insistir en que el sodio es el principal enemigo de la presión arterial.
Las burbujas de estas bebidas son agresivas e irritantes para la mucosa de todo el tracto digestivo. Las burbujas estimulan la producción de más ácido en el estómago, relajan los esfínteres esofágicos y también el píloro.
Osteoporosis y Consumo de Coca-Cola
El elevado consumo de bebidas de cola, que contienen ácido fosfórico, se asocia con aumentos en la concentración sérica de fósforo, lo que conlleva el riesgo de disminuir la concentración de calcio y la densidad mineral ósea (DMO).
En concreto sobre las bebidas de cola se hace referencia a un estudio transversal, que evaluó los hábitos dietéticos de 1.125 hombres y 1.413 mujeres y encontró que el consumo de refrescos de cola se asoció con una DMO significativamente más baja (p<0,001 a 0,05) a nivel de la cadera, pero no en la columna vertebral, y en mujeres pero no en hombres.
La DMO media de los que consumían diariamente refrescos de cola era un 3,7% más baja en el cuello femoral que la de los participantes que consumían menos de una ración de refresco de cola al mes. Se observaron resultados similares para las bebidas de cola light y, aunque más débiles, para las bebidas de cola descafeinada. No se observaron relaciones significativas entre el consumo de bebidas carbonatadas sin cola y la DMO.
Un estudio de cohortes chino evaluó la asociación entre el consumo de refrescos y el riesgo de fractura en un total de 9.914 participantes, de ambos sexos y con edades comprendidas entre los 20 y los 75 años. Después de ajustar por factores sociodemográficos y de estilo de vida y por patrones dietéticos, se observó que el consumo de refrescos se asoció directamente con el riesgo de fractura. Hubo una relación directa dosis-respuesta entre ambos parámetros.
En otro estudio de cohortes la exposición principal evaluada fue la ingesta total de sodas'''', entendidas como bebidas carbonatadas no alcohólicas, en 72.342 mujeres postmenopáusicas inicialmente reclutadas para el estudio Women''s Health Initiative (WHI). En aquellas mujeres (n = 6.108) en las que se valoró el efecto sobre la DMO (t-score), no se observaron asociaciones entre la cantidad de consumo de sodas y las puntuaciones t-score totales de la cadera o la columna lumbar después del ajuste por edad, etnia, IMC y micronutrientes dietéticos.
En cuanto al riesgo de fractura con las sodas se observó un riesgo 26 % mayor de fractura de cadera entre las mujeres que bebían en promedio 14 raciones por semana o más en comparación con ninguna ración. La asociación entre el alto consumo de sodas y la fractura de cadera también se observó para las consumidoras de bebidas sin cafeína, con un aumento del riesgo de fractura de cadera del 32 % (HR 1,32; IC 95 %: 1,00-1,75) entre las mujeres que consumían >14 raciones por semana en promedio frente a las no bebedoras.
Adicción a la Coca-Cola
¿Cómo dejar de consumir refresco?
Sin duda, el problema más aparente del consumo de esta bebida es la adicción que genera. La ciencia demuestra que la adicción alimentaria está asociada a un incremento de la actividad en áreas del cerebro relacionada con la recompensa. “El consumo de altos contenidos de azúcar hace que la dopamina (un neurotransmisor del sistema nervioso central) se libere y la adicción se refuerce naturalmente.
Ciertas actitudes alimentarias pueden definirse como adictivas, pero “no queda claro si en realidad se trata de una dependencia a la sustancia (el azúcar) o si es más bien una adicción de comportamiento, o a comer”.
Alternativas Saludables
Existen alternativas más saludables que cumplen el mismo papel y que no llevan ningún riesgo asociado. Además, hay que tener en cuenta que la bebida que mejor hidrata el organismo es el agua, por lo que, en el caso de tener sed, esa opción siempre será acertada.
La AECC recomiendan como alternativa a los refrescos saborizar el agua con rodajas de fruta o tomar agua con gas. A la hora de socializar, en vez de bebidas alcohólicas o refrescos, una buena alternativa puede ser tomar café o té para evitar la ingesta excesiva de alcohol o azúcares.
Si lo que se busca es el consumo de una bebida azucarada, las alternativas con edulcorantes no son la panacea, puesto que acarrean con ellas otros problemas, pero por lo general conllevan un menor riesgo.
Estudio de la Universidad de Tufts
El detonante ha sido un estudio de la Universidad de Tufts, en Estados Unidos. Aproximadamente, y según este estudio, las bebidas azucaradas estarían relacionadas con 1,2 millones de nuevos casos de enfermedades cardiovasculares y 2,2 millones de nuevos casos de diabetes tipo 2.
En países que han luchado estos últimos años por promover dietas y estilos de vida más saludables, así como los impuestos que mentábamos hace unas líneas, ese consumo de azúcar ha disminuido, pero no es algo que ocurra en todo el mundo. Según estos datos, en México se asocia el consumo habitual de estas bebidas con casi un tercio de los nuevos casos de diabetes. En Colombia, el porcentaje sube a casi la mitad.
Laura Lara-Castor es la autora principal del estudio y comenta que se necesitan “intervenciones urgentes y basadas en la evidencia para frenar el consumo de bebidas azucaradas a nivel mundial antes de que más vidas se vean acortadas por sus efectos”. Mozaffarian ve esto como una auténtica epidemia y considera que, “como especie, necesitamos abordar el problema del consumo de bebidas azucaradas”. Al final, el estudio no quiere poner el foco en la responsabilidad individual, sino en una colectiva que involucra a gobiernos y sistemas de salud.
Países más Afectados
- Colombia
- México
- Sudáfrica
En el estudio, se concluye que las bebidas azucaradas podrían estar detrás de aproximadamente el 48% de todos los nuevos casos de diabetes en Colombia, casi un tercio de los nuevos casos en México y algo más de un cuarto de los nuevos casos en Sudáfrica. En este país, además, aproximadamente una sexta parte de todos los casos de enfermedades cardiovasculares podrían atribuirse al consumo de bebidas azucaradas.
Como explica Dariush Mozaffarian, director del instituto Food is medicine, de la Gerald J. and Dorothy R Friedman School of Nutrition Science and Policy, el problema con las bebidas azucaradas es especialmente grave en los países en vías de desarrollo.
En España, el último informe de Eurostat (2021) muestra que aproximadamente un 20,1% de personas mayores de 15 años consumen bebidas azucaradas de una a tres veces por semana. En menores de 15 años, en cambio, el consumo puede llegar a ser mayor.
Según informan en la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), un 50% de los niños estaría consumiendo una cantidad de azúcar mayor de la recomendada por la Organización Mundial de la Salud. Muchos de estos azúcares se consumen en forma de zumos comerciales y refrescos azucarados. También preocupa que, más de la mitad de los adolescentes consumen al menos una bebida energética al mes. Por ello, las medidas planteadas anteriormente pueden llegar a ser necesarias.
Desde la Sociedad Española de Epidemiología afirman que un impuesto extra del 20% en las bebidas azucaradas tendría un mayor impacto en su consumo. Y para ello se basan en estudios realizados tanto a nivel estatal como a nivel local.
Según explican, los impuestos extra deberían emplearse en campañas de concienciación para promover hábitos saludables en la población, ya que los estudios previos han mostrado que un aumento de precios sin una estrategia asociada es mucho menos efectivo a la hora de reducir el consumo.